Si de algo se puede disfrutar de "Juegos secretos", entre otras cosas, es de lo humana que es. Una serie de personajes diferentes y diversos, que tienen en común ser víctimas de una sociedad que no ha sabido o no ha podido evitar que sus vidas sean enfermizas. Bien unos por la monotonía a la que son sometidos, otros por el descuidado que sufren, otros por la ambición que nos generan en los puestos de trabajo, demostrando más y mejor nivel, más y mejores horas a lo mismo, sin poder ver en casi todo el día a la gente que quieres. Esos problemas tan humanos y tan pocas veces reflejados en la gran pantalla son lo que hace destacar a esta obra de Todd Field sobre otras similares.

A parte de lo anterior, cuenta con buenos actores que realizan buenas interpretaciones, a destacar, por encima del resto, a Kate Winslet (impresionante una vez más, esta vez como ama de casa) y a un enormísimo Earle Haley, que bien podría haber ganado un Óscar por esta interpretación, pero se quedó sólo en candidato.