Vista tres veces en mi vida, la primera cuando tenía unos doce años y la pude ver en cine, maravillándome con el grandioso Cinemascope que sacaba todo el esplendor a los agrestes paisajes donde se desarrolla la acción.
Y me pareció esto:

"Entretenida cinta del oeste, cuya principal virtud está en su magnífico reparto.
La historia es buena, pero (y es mi opinión), es quizás un pelo académica.
Por lo demás se sigue sin esfuerzo y se pasa bien el rato.
Si el personaje de Lee Marvin hubiese sido un poco más extenso la peli se habría beneficiado.
Este film fue el último dirigido por Michael Curtiz".

Después, unos quince años o más tarde, la vi por televisión y quedé un tanto decepcionado. No sé porqué pero no me hizo mucha gracia.
Sin embargo me he reconciliado con ella en esta tercera visión, hace bien poco: 12 de febrero de 2019.
Esta vez me lo he pasado de lo lindo, pues creo que es una muy entretenida cinta del oeste, con magníficos intérpretes, un uso espléndido del antes referido Cinemascope y una narrativa clásica pero muy eficaz gracias al muy ágil ritmo, con estupendas escenas de acción y fluidos diálogos.
En lo que estoy de acuerdo con mi primera vez es que el personaje de Lee Marvin (excelente en su papel como siempre) se saborea poco.
En definitiva, un muy ameno western que te reconcilia con el ahora mismo semi-desaparecido género rey.
¡Ah! Y la partitura del maestro Elmer Bernstein, magnífica, sobre todo en los títulos de crédito iniciales, luego la melodía principal se hace un poquito machacona.

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