Que nadie se confunda, “REPO!” no es un musical, es una ópera en toda regla, no existe diálogo en todo el metraje que no sea cantado, una apuesta realmente arriesgada y valiente por parte del director que hace comprender el miedo de los productores a estrenarla. Y es que no es un plato fácilmente digerible, 98 minutos de canciones de rock constantes está bien si se trata de un concierto y el público puede moverse a su gusto de un lado para otro, con una cerveza en una mano y un cigarro en la otra, pero cuando se trata de una sala de cine y el público debe estar sentado y en silencio, la cosa se vuelve dura. Se echan de menos momentos de transición y descanso entre tanta guitarra y grito desgarrado, pero a pesar de ello, “REPO!” es una experiencia única.

La mezcla de estilos entre el rock, el cómic, la ópera y la ciencia ficción, construye una película visualmente original y arrebatadora que usa esa mezcla no solo como sello personal, sino también como motor narrativo de la película, cosa que se aprecia desde el mismo prólogo que nos pone en antecedentes a golpe de viñeta. Por otra parte cabe destacar la gran labor de los actores, pues soportar el rodaje de una película ya es algo duro pero más duro debe ser una ópera que te exige cantar durante el 100% de tu interpretación y a pesar de ello tener que transmitir sentimientos.

En definitiva, se trata de una película de rabiosa originalidad que no dejará a nadie indiferente pero que requiere un esfuerzo por parte del espectador que no todo el mundo es capaz de realizar.