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Vivoleyendo rating:
8
Drama. Romance While waiting for the night rehearsal of the ballet Swan Lake, the lonely twenty-eight year-old ballerina Marie receives a diary through the mail. She travels by ferry to an island nearby Stockholm, where she recalls her first love Henrik. Thirteen years ago, while traveling to spend her summer vacation with her aunt Elisabeth and her uncle Erland, Marie meets Henrik in the ferry and sooner they fall in love for each other. They spend ... [+]
Language of the review:
  • es
May 23, 2010
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Marie, una bailarina de ballet de veintiocho años, se enfunda su vaporoso vestido de gasas en su grácil silueta, y se aplica una espesa capa de maquillaje sobre su terso cutis cada vez que tiene que salir al escenario a bailar. Detrás de tanto maquillaje, se agazapa una joven dubitativa, infeliz y temerosa, anclada en una adolescencia floreciente, que fue tan feliz como desgraciada.
Marie recibe un paquete que la catapulta al pasado. El diario de Henrik, su amado Henrik, la devuelve a un verano insustituible a orillas de un lago que podría ser la puerta del Edén. Jovencísima estudiante de ballet, siguiendo los pasos de su madre muerta, Marie compartía la gran propiedad de sus tíos junto al lago. Durante unas vacaciones, conoció a Henrik y los fuegos artificiales del amor recién descubierto…
Después nada volvió a ser igual.
Ella baila como una linda muñeca pintada, un títere que se castiga hasta la extenuación en su dura profesión, rota por dentro, temiendo a su juventud en fuga…
Este Bergman mucho más asequible y menos insondable ofrece un aliento cálido, incluso distendido en ese verano pletórico de la parejita de amantes disfrutando del hecho de estar juntos. Maj-Britt Nilsson destila un recital de espontaneidad que atrapa y enternece. Su bonita faz, tanto limpia como maquillada, es muy expresiva y elocuente. Pasado y presente se funden en ella con doloroso y veraz contraste.
Bergman siempre es Bergman y en sus dramas no hay dolor que no esté al acecho detrás de la felicidad. La alegría de Marie y Henrik no podía durar, la juventud no puede detenerse en los quince o dieciséis años. El tiempo no tiene piedad.
Y eso vemos, el transcurrir despiadado de las eras en una mujer que busca la vía para salir de su atasco afectivo mientras los espectáculos de ballet continúan sobre los escenarios. El tiempo sólo se frena mientras ella nos convence de que los cuerpos vuelan y burlan la gravedad en virtud de esos pies que apenas tocan el suelo, disfrazando el tremendo esfuerzo que hay detrás, siguiendo los compases inmortales de Tchaikovsky o de cualquier mago de la batuta.
Vivoleyendo
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