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Vivoleyendo rating:
8
Horror. Mystery. Thriller A couple of English tourists arrive on an island where all the children have gone crazy and are murdering the adults.
Language of the review:
  • es
September 3, 2008
26 of 36 users found this review helpful
Terrorífico, macabro y escalofriante planteamiento de uno de los directores españoles del terror por antonomasia, "¿Quién puede matar a un niño?" es además un ejercicio demoledor de denuncia contra la violencia, la negligencia y la miseria que se cobra millones de víctimas infantiles cada año. Niños y más niños que ven la luz para no encontrar más que tristeza, hambre, enfermedad, miedo, abandono, odio, destrucción, atropellos y muerte. Tantas vidas que se acaban nada más empezar. Tantos cuerpecitos y almitas destrozados.
Chicho Ibáñez Serrador introduce un prólogo estremecedor que ya nos da una idea concisa de las premisas en las que se basa para desarrollar un thriller alegórico y aplastante.
Una pequeña isla en el Mediterráneo que se ofrece a los turistas como un tentador remanso de paz y de lejanía del mundanal ruido. Un matrimonio feliz pasando sus vacaciones en la costa de Levante, que desea descansar en Almanzora, la encantadora isla a varias horas del continente.
Pero algo extraño ocurre. Demasiado silencio. Todo desierto. Sólo se ven niños y se oyen algunas risas infantiles. Ni rastro de los adultos.
Algo aterrador se empieza a notar en el aire abrasador.
Los niños de Almanzora juegan a matar. Ríen y se divierten como todos los niños, pero sus juegos no son inofensivos, sus risas hielan la sangre y sus miradas están despojadas de todo rastro de inocencia.
Ellos han desarrollado una reacción instintiva de rebelión contra los mayores, los cuales a lo largo y ancho de los continentes permiten y provocan que tantos pequeños sufran las consecuencias de sus propias maldades.
Ellos nos devuelven lo que les damos.
Son nuestra creación.
El espejo en el que vemos el alma podrida de nuestra especie.
El grito de protesta.
Chicho maneja con solvencia el suspense, la tensión psicológica, la fotografía ambientada en lugares típicos mediterráneos con sus casas blancas, sus calles adoquinadas y estrechas para mantener a raya las altas temperaturas, mar y sol glorioso; lugares engañosamente tranquilos y entrañables que esconden un secreto terrible y apocalíptico. Imágenes que se van adentrando en un pánico progresivo, en la perplejidad ante lo inaudito, en una carrera a la desesperada para salvarse de los pequeños asesinos. Una música con ecos de canciones infantiles y registros que enfatizan los momentos álgidos, con mezclas de temas optimistas al principio, para ir descendiendo a los tonos siniestros. Y un plantel de actores, tanto grandes como pequeños, que cumplen correctamente con su cometido.
Lo que se siembra, se recoge...
No hay vuelta atrás.
Los cantos de los niños de Almanzora son cantos mortíferos.
Aprenderemos a temerlos.
Vivoleyendo
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