Vistos los cuatro primeros capítulos de Gotham, aún me reservo una opinión definitiva. En general, la serie está entretenida, si bien con altibajos dependiendo de la trama de turno.

Al centrarse en el comisario Gordon en sus inicios, evidentemente tiene la pega de que cualquier personaje conocido de Batman que salga debería estar entre los 10 y los 17 años, poco más o menos, por lo que pocas apariciones estelares podemos esperar, más allá de los cameos de Catwoman, Poison Ivy y algún que otro rostro conocido más y la aparición continuada de Bruce Wayne y Alfred que, por ahora, pintan más bien poco. Sin embargo, y aprovechando que para el público en general el personal de Gotham Central no es tan conocido, a éstos si que se los han llevado atrás pasándose por el forro las diferencias de edad con James Gordon. Así pues, tenemos a Sarah Essen de jefa -que en la serie es mayor que él-, Bullock -que en lugar de a Montoya tiene a Gordon de compañero- y a Montoya y Allen, a los que les han soplado 20 años más por la cara morena.

La pega adicional de la época de la serie es que, en teoría, los villanos vestidos de lagarterana no empiezan a aparecer hasta que Batman se deja caer por la ciudad, por lo que, a efectos prácticos, Gotham viene a ser una serie policiaca y de gansters del montón. Los guiones están correctos, pero no espectaculares. Los personajes están más o menos dentro de carácter (salvo un par de excepciones) pero no son memorables. Los escenarios ... esos si están conseguidos. Los villanos, sin embargo (más allá de las dos familias del crimen) no están a la altura.

En resumen, y desde el punto de vista de una lectora de comics, lo suficientemente entretenida para seguir viéndola. Al menos por el momento.