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travis braddock rating:
6
Comedy. Romance. Drama A witty comedy about relationships, art, and clashing cultures, 2 DAYS IN NEW YORK picks up again with Marion (Delpy), now living in New York City with her attentive boyfriend Mingus (Rock), each with a child from a previous relationship. When Marion’s jolly father (played by Delpy’s real-life dad, Albert Delpy), her oversexed sister, and her sister’s outrageous boyfriend unceremoniously descend upon them for an overseas visit, it ... [+]
Language of the review:
  • es
February 26, 2013
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Conocida por su participación en las películas "Antes del amanecer" y "Antes del atardecer" (y la tercera parte, de próximo estreno), Julie Delpy está centrándose en los últimos años en su faceta de directora, con películas como las ya citadas o la estupenda "El Skylab", todas ellas caracterizadas por sus apuntes autobiográficos y la presencia de familiares reales como familiares en la ficción. Sus padres fueron sus progenitores en "Dos días en París" y tras la muerte de su madre, su padre Albert (inconfundibles sus ojos y su parecido) ha seguido saliendo en las películas de la hija, siempre con personajes muy divertidos.

En esta ocasión, Delpy parece ser consciente de estar haciendo una comedia y por ello sus personajes son un poco caricaturescos, como si fueran gags andantes. Marion es neurótica e insegura y piensa vender su alma como parte de su próxima exposición artística, su padre es un hombre bonachón y mujeriego, su hermana (Alexia Landeau, también coguionista de la historia) es promiscua y despreocupada y al novio que lleva consigo, que en su día fue novio de Marion, solo le interesa el sexo y los porros. Mientras tanto, el personaje de Chris Rock (muy contenido, bastante bien) es un locutor de radio divorciado y padre de una niña y quizá el más equilibrado de todos, a pesar de sus diálogos a solas con una estatua de cartón de Barack Obama, ante el que suelta sus frustraciones.

Como se ve, todo es bastante proclive al humorismo y no faltan situaciones de enredo con el contraste entre esos franceses anárquicos y el racionalismo americano, en una especie de adopción/parodia de tópicos sobre las características nacionales y el choque de culturas. De esta manera, Delpy nos ofrece una comedia, a ratos disparatada y a ratos reflexiva, sobre las relaciones humanas que no será recordada como su mejor trabajo tras la cámara, pero que se deja ver con agrado. No deja mucha huella, pero tampoco molesta.
travis braddock
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