Tras ver "Man on the moon" e investigar un poco, apenas de forma superficial, sobre Andy Kaufman, uno bien podría llegar a la conclusión de que no es tan importante discutir acerca de si verdaderamente era tan gracioso no, de sí era un excéntrico o simplemente un desequilibrado peligroso. Eso va al margen, casi cuestión de gustos. Lo que que es indiscutible es su faceta de pionero.

Jim Carrey encarna con soltura en uno de sus mejores papeles (probablemente, junto con "El show de Truman") en la gran pantalla, a un verdadero visionario de lo que para bien y para mal iba a ser la televisión. Monologuista frustrado que evoluciona hasta convertirse en un personaje de quiebre en la célebre "Taxi", muy a su pesar, ya que no le gustaban las risas enlatadas, showman, presentador, alguien capaz de darse cuenta de la riqueza para lo esperpéntico que ofrecía la lucha libre...

Milos Forman no hace circunloquios, arriesga con un montaje que el propio Kaufman hubiera firmado, juega con nosotros de la misma forma que él lo hubiera hecho. El reparto seleccionado también es digno de destacar (Courtney Love, Paul Giamatti, Christopher Lloyd, etc.), con especial mención para un excelente Danny DeVito como sufrido agente del peculiar cómico.

La mezcla de tragedia y comedia resulta con soltura en este peculiar combinado que no viene a ser, si uno de para a pensarlo, en una recreación del cuentecillo de Pedro y El Lobo. Dudo que gente como Seth MacFarlane y otros artífices de ese humor tan políticamente incorrecto fueran hoy como son sin la presencia de pioneros como este señor.

Prestemos especial atención a esa pregunta clave en la cinta que otras críticas de esta página, han rescatado atinadamente, "¿A quién quieres entretener, al público o a ti mismo?