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Servadac rating:
8
Mystery Roger Thornhill (Cary Grant) finds himself in the wrong place at the wrong time. Suddenly, the hapless businessman is targeted as an American intelligence agent and set up as a killer. All of Thornhills attempts to straighten things out only make matters worse--and soon the desperate man is on the run from murderous foreign operatives, the CIA and the police.
Language of the review:
  • es
June 30, 2009
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- ¿Mr. Kaplan?

La cámara se acerca, rauda, y encuadra el rostro de los dos sicarios. Ése es el detonante de la acción, el pistoletazo de salida.

A partir de ahí, entramos en la peripecia onírica de Roger O. Thornhill, un publicista de afilada lengua y vida sosa.

La trama es impecable porque el punto de vista, enteramente subjetivo, es impecable. Y cuando Hitchcock lo vulnera, es licencia de artista (1). Lo vemos todo a través de la mente figurada de Thornhill en el acto gratuito de soñar. Cada plano posee, empezando por los títulos de crédito, una mirada intensa, oblicua, plagada de reflejos. Cada cuadro tiene la lógica implacable del mundo de las ilusiones. Sólo me sobra la reunión explicativa en que se muestra a los prebostes de la Inteligencia norteamericana.

Thornhill aprovecha la libertad (una libertad no exenta de barreras) del durmiente para hacer realidad sus fantasías, eróticas, aventureras. Hitchcock se vale de esa misma libertad para hacer CINE y nos regala secuencias memorables: la casa de Frank Lloyd Wright (revelando sutiles concordancias entre espacio cinematográfico y arquitectura), el tiroteo en avioneta, la subasta, el tren, el monte Rushmore.

Hitchcock es maestro en el mirar, su cámara no deja indiferente. Domina la tensión pausada y el montaje nada atropellado. Prefiere resaltar el brillo de un puñal a una sangría innecesaria. Maneja como nadie la latencia. Es incisivo. Sin descuidar el rigor, bucea en el absurdo (2). Cuando el tiempo se detiene y queda suspendido momentáneamente entre dos planos, la imagen pura se destaca ante nosotros. He ahí la cima de su arte.

David Lynch llegaría algo más lejos, rompería las barreras de lo comercial y eliminaría los nexos narrativos. Mulholland Drive es cumplida prueba de ese logro.

===

Que nadie se pregunte por el significado de la O en el nombre del protagonista. El cero, la nada. El sueño vivo de la imagen indeleble.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Servadac
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