Traducir en imágenes al gran King, muchas veces es dificil, aquí lo demuestran con una de sus mejores novelas. Lo que podía ser un gran filme de miedo se comvierte en una infantilada, con un niño religioso que nos ha hecho reir hasta llorar. El reparto de actores un poco conocidos destaca el trabajo de Perlman, aunque el papel parece solo hecho para él. Lo demás lo dicho casi dos horas sin interés y una dirección y ambientación con muy mal gusto.