Esta película es parte de lo que ya viene a ser un subgénero propio: el de las miniseries italianas con sentido religioso realizadas para la televisión. Dentro de los parámetros de este subgénero Bakhita es una ejemplo especialmente bueno. La producción es digna, la música es bonita, el guion esta bien estructurado y el pulso de dirección hace que la historia le interese al espectador. Aunque sepamos como acabara la historia (de esclava a santa) nos interesa saber de que forma se llego a hasta allí y como los personajes cambiaron y evolucionaron a lo largo del tiempo. Ademas, como suele ser habitual en estas series, se describe el panorama social de aquellos años (la segunda mitad del siglo XIX en Italia) como un telón de fondo terriblemente nítido, la prepotencia y el egoísmo de los ricos, la miseria y resignación de los pobres, todo pintado con tal naturalidad que resulta mucho mas creíble y extrañamente mas doloroso que cualquier película “realista” a la que la carga ideológica subyacente suele restarle verosimilitud. Recomendable para aprender y para pasar un buen rato tranquilo.