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Spain Spain · Somewhere Far Beyond
Richy rating:
7
Drama. Sci-Fi Hayley Atwell plays Martha, whose boyfriend Ash (Domhnall Gleeson) is a "social media addict." They decide to move to a cottage in the middle of nowhere, but then Ash is killed returning the moving van. At the funeral, Martha's friend Sarah (Sinead Matthews) tells her that they can create a real-seeming version of Ash out of all his previous social media updates. At first, Martha is grossed out, but eventually she goes along with it — ... [+]
Language of the review:
  • es
March 9, 2015
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El comienzo de la segunda temporada de la magnífica miniserie de Charlie Brooker no podía ser más acorde con el espíritu crítico de la serie.

“Ahora mismo vuelvo” es un cuento futurista en el que se refuerzan las oscuras ideas sobre el efecto de la tecnología, más concretamente en lo referente a las redes sociales y las posibilidades de la inteligencia artificial. Estos aspectos, tan fríos en apariencia, ya condicionan la vida de muchas personas y no faltan los visionarios que especulan sobre sus posibilidades, tal como hace Brooker en este capítulo.

Todo el mundo quiere saber de todo el mundo en sacrificio de la propia intimidad. Es un precio que hay que pagar por vivir en la aldea global, con las ventajas que ello indudablemente trae pero también con sus desventajas. Aquí, Brooker es claro: la tecnología puede mantener viva a esa persona tan querida que has perdido gracias a la vida que él o ella ha ido recopilando en su perfil digital. Sus imágenes, sus datos, hasta su voz, son recuerdos que ayudan a paliar la soledad de su presencia, pero no tranquilizan el alma humana. La perfección tecnológica a la que va dirigiéndose la inteligencia artificial y la robótica podrán intentar simular expresiones o frases, pero seguirá siendo un monstruo de Frankenstein hecho a medida.

Este capítulo muestra el total desprecio que puedes tener por un engendro mecánico que simule perfectamente a tu pareja en apariencia, con todas las funciones fisiológicas adaptadas para que te haga sentir cómodo en todo momento. Es, en realidad, un servicio al consumidor, un negocio, y como todo negocio, se busca el lucro sin importar el sentido moral. El daño que se hace esa persona así misma (pues no olvidemos que nadie obliga a comprar nada) es problema de esa persona y de nadie más.

El guion, tan elaborado como viene siendo habitual en la serie, se acompaña con un desarrollo de la historia más lírico e íntimo de lo habitual, conformando un interesantísimo e inteligente “tour de force” tecnológico y dramático que sigue inquietando y dando que pensar acerca del futuro.

Muy recomendable.
Richy
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