Después del correcto y emotivo capítulo final de la serie “Prison Break”, parece que los productores quisieron contentar a los fans que pedían más aventuras de Michael Scofield (Wentworth Miller) y compañía, pero nunca debieron hacerlo, o al menos, no de esta forma.

La historia se centra en los que sucedió desde el momento en que Scofield, Burrows, Mahone y Sucre alcanzan la ansiada libertad después de entregar Scylla a Kellerman, y antes de la muerte de Scofield, por lo que se podría decir que este telefilme es una especie de precuela de los últimos instantes del último capítulo.

Pero se nota a la legua que la falta de ideas llega a hacer el relato inverosímil: esta “Evasión final” se centra en la captura de Sara Tancredi (Sarah Wayne Callis) por el asesinato de Christina Scofield y su ingreso en una prisión mixta. Scofield deberá, una vez más, elaborar un plan para sacar a su amada de la prisión. Desde luego, los guionistas se han lucido y han roto el delicado engranaje de verosimilitud que lograron con la serie, a pesar de su innecesaria extensión a cuatro temporadas: el arresto de Tancredi después de que Kellerman limpiara el expediente de todo el grupo es poco menos que sorprendente (en el peor de los sentidos). Además, si esto es así, ¿por qué el poderoso Kellerman no mueve un dedo para sacarla de ahí?

Por otro lado, el plan que elabora Scofield es de los más sencillos de los que se ha enfrentado durante las cuatro temporadas de la serie, y sin embargo, acaba de forma mucho más inverosímil (al spoiler).

En definitiva, la serie debió terminar de la forma en que terminó, dejando a los protagonistas ya tranquilos con su libertad tan difícilmente conseguida, y los productores hubieran acertado más haciendo un spin-off con “La Compañía” o con las implicaciones que pudiera tener Scylla en manos de sus nuevos dueños.

Película innecesaria aunque, como toda la serie, muy entretenida.