En muchas de las cintas que produce el cine asiático, se aprecia muy claramente el cambio de estilo con respecto a lo que nos ha acostumbrado el conservadurismo hollywoodiense. Directores como Park Chan-wook con su trilogía de la venganza, o el Kim Ji-woon de esta "Encontré al diablo", han removido las conciencias occidentales con su potencia visual, su violencia extrema y su sentido de hacer espectáculo de lo desagradable.

Porque no nos engañemos: "Encontré al diablo" es una película que puede resultar muy desagradable para mucha gente. Su impacto visual es portentoso. Es capaz de hacer recuperar la capacidad de asombro de un espectador que haya visto muchas películas parecidas, y si ese espectador no está acostumbrado al cine coreano el impacto puede ser brutal.

Es la historia de una sangrienta venganza. Kyung-chul (un soberbio Choi Min-sik) es un asesino psicópata que se dedica a matar gente por el mero placer de hacerlo. Cuando acaba cruelmente con la vida de Joo-yeon (Oh San-ha), la novia del policía secreto Soo-hyun (Lee Byung-hun), éste decide encontrarlo y hacerle sufrir lo indecible para vengar su muerte a base de cogerlo, torturarlo y dejarlo ir, haciendo el proceso varias veces para hacer de su vida un infierno.

El director ofrece un sinfín de escenas sangrientas donde campan a sus anchas los cuchillos, los martillos, las armas de fuego y la casquería, creando un auténtico espectáculo grotesco, violento y gore, donde incluso las escenas de sexo se muestran sin censuras. Es una dirección magistral y difícil, pues es complicado mantener un ritmo tan intenso con una trama tan simple en las más de dos horas del metraje. Kim Ji-woon lo consigue a duras penas, pero acaba la película dejando en el espectador una sensación de plenitud indescriptible.

Es un filme para dejarse llevar por las emociones que suscitan tanto repulsión por el asesino como por los actos del vengativo policía, desprovisto absolutamente de moralidad, y tan decidido a culminar su venganza que iguala o incluso supera la inhumanidad de su presa.

Un gran acierto también las actuaciones de Lee Byung-hun y Choi Min-sik, sobre todo la de este último: todo un derroche de frialdad y falta de escrúpulos como no se ha visto en mucho tiempo.

Muy recomendable.