Una vida no tan simple
2023 

6,3
3.479
Drama
Isaías, 40 años, era un prometedor arquitecto. Ahora pasa sus días entre su estudio de arquitectura y el parque donde juegan sus hijos a la salida del colegio. Dondequiera que esté, Isaías siente que no está donde debería. Con su mujer, Ainhoa, se nota el paso de los años y lo agotadores que pueden ser los niños. Isaías entabla una amistad con Sonia, madre de otro niño del cole, que le va a mostrar que esto de criar a tus hijos y entrar ... [+]
21 de enero de 2024
21 de enero de 2024
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Una película que funciona por su descarnado realismo y que discurre con madurez fuera de la condescendencia. Asistimos a la vida desorientada, perdida, fría y dura, cual larga cuesta de enero, de un cuarentón que da las primeras señales de alarmas del derrumbe. La crisis de los cuarenta en estado puro donde la dureza de la monotonía de los días repetitivos, la cansada y trastabillada paternidad, la vida de pareja alejada de sorpresas y deseos, junto al peso de los sinsabores de la vida y las comparaciones odiosas con triunfitos peleles que se alzan al lado, llevan al personaje principal, a Isaías, ha replantearse muchos aspectos de su vida. Sin embargo, a pesar de lo expuesto, en ningún momento el film pisa terreno desagradable, lugares comunes de gritos e iras a los que otros directores acudirían para perfilar el drama. Aquí no. Aquí hay una bella sutileza, una narrativa en donde las imágenes evocan, los silencios hablan, y los personajes dialogan pero no lo cuentan todo. Y el final cierra brillantemente el círculo por que la historia serpentea.
Está cosida con temple y gusto por Viscarret, el director que supo llevar con acierto a la gran pantalla 'Patria', la novela de Aramburu, la obra literaria más importante en España de lo que llevamos de siglo XXI.
Está cosida con temple y gusto por Viscarret, el director que supo llevar con acierto a la gran pantalla 'Patria', la novela de Aramburu, la obra literaria más importante en España de lo que llevamos de siglo XXI.
3 de agosto de 2024
3 de agosto de 2024
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Cuantísima verdad hay en esta hermosa e imperfecta tragicomedia que habla de cuando ya escuchamos la "cara B" de nuestra cinta; cuando peinamos canas, cuando muchos de nuestros sueños nunca llegaran, pasamos a un segundo plano de nuestra propia vida, la gente nos juzga severamente por ser padres o madres, cuando fabulas con un cambio de aires, miras más atrás que hacia adelante o eres consciente de tu propia insignificancia. Viscarret ahonda en las crisis de la vida en pareja adulta con una mirada amarga e irónica, pero tierna, que siempre empatiza con sus personajes y con sus defectos; y en un mundo cada día más carente de empatía y comprensión, esta pequeña cinta es todo un hallazgo.
17 de noviembre de 2024
17 de noviembre de 2024
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El título de la crítica alude a los dos personajes masculinos, “personas” entradas en los 40 que se comportan como niños a los que les han robado el juguete, como adolescentes que no aceptan la realidad y niegan la verdad, como jóvenes que flirtean con quien sea sin importar a quién hieren, y, finalmente, como adultos que van dando consejos de vida cuando se comportan de forma diametralmente opuesta.
Esta película es una farsa muy bien enlatada. Debo reconocer la mano del director que, considero, logra transmitir la cotidianidad a la que aspira la historia, si bien el guion es de párvulos, lleno de obviedades, trampas y sinsentidos, que destrozan la película.
Los personajes están muy mal dibujados, así como las relaciones entre ellos.
Los dos hombres son los protagonistas. Ellas están de atrezo, para justificar situaciones en algunos casos inverosímiles.
Esto no es un pedazo de vida de cualquier español de 40 años; ni se le acerca. Esto es una historia de clase media acomodada y de cómo se aburren. Ni retrato de una generación ni gaitas.
Sigo en Spoiler.
Esta película es una farsa muy bien enlatada. Debo reconocer la mano del director que, considero, logra transmitir la cotidianidad a la que aspira la historia, si bien el guion es de párvulos, lleno de obviedades, trampas y sinsentidos, que destrozan la película.
Los personajes están muy mal dibujados, así como las relaciones entre ellos.
Los dos hombres son los protagonistas. Ellas están de atrezo, para justificar situaciones en algunos casos inverosímiles.
Esto no es un pedazo de vida de cualquier español de 40 años; ni se le acerca. Esto es una historia de clase media acomodada y de cómo se aburren. Ni retrato de una generación ni gaitas.
Sigo en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
He aquí la historia de dos amigos que montan un estudio de arquitectura, motivados por el éxito de uno de ellos, que recibió un premio hace 7 años. Desde entonces dicen que no han hecho ni un proyecto; pero eso es igual, pasan el rato en la oficina hablando de tonterías, criticando y riéndose de sus compañeros de profesión, y del mundo en general. Eso sí, sin proyectos a la vista, descartan obras menores, ellos no están para eso.
Yo más que Arquitectos creo que son Magos, si no que me expliquen cómo nuestro protagonista logra mantener un estudio de arquitectura si no sabe ni leerse las bases para acudir a un concurso, cómo con su mujer (profesora) paga un pisazo nuevo decorado a todo lujo con su coche familiar sueco a juego, cómo crían y mantienen a dos hijos y cómo llenan la nevera. Se indica que el protagonista a veces le pide dinero al suegro, al que odia, pero ello no le impide criticar y quejarse de todos.
Nuestro antihéroe, con una vida aparentemente solucionada, se siente infeliz, no tiene suficiente. Llevar una buena vida con dos hijos y la mujer que, en teoría, amas, no es lo que quería. Y, ¿qué es lo que quería? Tampoco lo sabemos, pero no importa, él está cansado. Suerte tiene de poder cansarse de la vida y seguir llevando el nivel que aparece en la película. Es un insulto intentar justificar esta pseudo-crisis vital.
Pues a lo que iba, nuestro antihéroe quiere transmitir un vacío existencial, pero no cuela, es un jeta de clase media que se aburre. No hay más. Sus aspiraciones no se cumplen, pero es culpa de los demás. Su mujer parece ser que no le hace el caso que él quiere, pero es culpa de ella (él le recrimina que no le escucha, que está harto de llevar los niños al colegio, o de ordenar el lavaplatos…en su día a día de holgazanear de casa a la oficina). Su amigo parece que no le entiende, no sabe de qué habla. Clásico español: lo bueno es mérito mío, lo que va mal es culpa de los demás. Yo no cambiaré ni aceptaré nada que no me guste.
El amigo/confidente otro que tal. Quiere representar el reverso de la moneda, el adultescente que vive desligado del compromiso y atado a sus ligues temporales. Pero, moraleja, eso es malo, y descubre el verdadero sentido de la vida en su intento de camelarse a la mujer de su mejor amigo; todo valores. Lo mejor es que luego se siente con argumentos para aleccionar a nuestro antihéroe indicándole que es incapaz de apreciar lo que tiene en casa, con una lágrima asomando, dando lecciones de vida de un pazguato a otro. Menudo panorama.
Ellas poco pintan en la historia. La madurez, profundidad y serenidad que podría aportar la mujer de nuestro protagonista no se muestra; al contrario, el guion da un giro inesperado y nos la muestra como alguien en el mismo estado que el protagonista, que no duda en, a la mínima, comerle la boca a su socio y mejor amigo. Fantástico. Tod@s víctimas.
La otra del elenco hace el papel de la vecina de al lado, algo paranoica, pero que despierta los sentidos de nuestro adormilado protagonista en su viaje a ninguna parte.
La moraleja final es inexistente; y el toque del director con las patinadoras en la noche se lo puede ahorrar, no sabemos qué significa, esta manía de intentar aparentar profundidad mediante lo incomprensible. No lo compro.
En resumen, un libreto de pijo progre que no aporta nada; en su intento de conmover y retratar a la sociedad, solamente despierta las ganas de arrearle una buena castaña a nuestro triste protagonista.
Yo más que Arquitectos creo que son Magos, si no que me expliquen cómo nuestro protagonista logra mantener un estudio de arquitectura si no sabe ni leerse las bases para acudir a un concurso, cómo con su mujer (profesora) paga un pisazo nuevo decorado a todo lujo con su coche familiar sueco a juego, cómo crían y mantienen a dos hijos y cómo llenan la nevera. Se indica que el protagonista a veces le pide dinero al suegro, al que odia, pero ello no le impide criticar y quejarse de todos.
Nuestro antihéroe, con una vida aparentemente solucionada, se siente infeliz, no tiene suficiente. Llevar una buena vida con dos hijos y la mujer que, en teoría, amas, no es lo que quería. Y, ¿qué es lo que quería? Tampoco lo sabemos, pero no importa, él está cansado. Suerte tiene de poder cansarse de la vida y seguir llevando el nivel que aparece en la película. Es un insulto intentar justificar esta pseudo-crisis vital.
Pues a lo que iba, nuestro antihéroe quiere transmitir un vacío existencial, pero no cuela, es un jeta de clase media que se aburre. No hay más. Sus aspiraciones no se cumplen, pero es culpa de los demás. Su mujer parece ser que no le hace el caso que él quiere, pero es culpa de ella (él le recrimina que no le escucha, que está harto de llevar los niños al colegio, o de ordenar el lavaplatos…en su día a día de holgazanear de casa a la oficina). Su amigo parece que no le entiende, no sabe de qué habla. Clásico español: lo bueno es mérito mío, lo que va mal es culpa de los demás. Yo no cambiaré ni aceptaré nada que no me guste.
El amigo/confidente otro que tal. Quiere representar el reverso de la moneda, el adultescente que vive desligado del compromiso y atado a sus ligues temporales. Pero, moraleja, eso es malo, y descubre el verdadero sentido de la vida en su intento de camelarse a la mujer de su mejor amigo; todo valores. Lo mejor es que luego se siente con argumentos para aleccionar a nuestro antihéroe indicándole que es incapaz de apreciar lo que tiene en casa, con una lágrima asomando, dando lecciones de vida de un pazguato a otro. Menudo panorama.
Ellas poco pintan en la historia. La madurez, profundidad y serenidad que podría aportar la mujer de nuestro protagonista no se muestra; al contrario, el guion da un giro inesperado y nos la muestra como alguien en el mismo estado que el protagonista, que no duda en, a la mínima, comerle la boca a su socio y mejor amigo. Fantástico. Tod@s víctimas.
La otra del elenco hace el papel de la vecina de al lado, algo paranoica, pero que despierta los sentidos de nuestro adormilado protagonista en su viaje a ninguna parte.
La moraleja final es inexistente; y el toque del director con las patinadoras en la noche se lo puede ahorrar, no sabemos qué significa, esta manía de intentar aparentar profundidad mediante lo incomprensible. No lo compro.
En resumen, un libreto de pijo progre que no aporta nada; en su intento de conmover y retratar a la sociedad, solamente despierta las ganas de arrearle una buena castaña a nuestro triste protagonista.
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