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Renoir

Drama La Costa Azul, 1915. Auguste Renoir, en el ocaso de su vida, está atormentado por la pérdida de su esposa, los dolores artríticos y la noticia de que su hijo Jean ha sido herido en la guerra. Sin embargo, cuando una joven entra en su mundo, el pintor se siente dueño de una nueva energía. Radiante de vida, bellísima, Andrée se convertirá en su última modelo. Jean regresa a casa para reponerse y también cae bajo el encanto de la estrella ... [+]
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
10 de noviembre de 2017
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A un gran artista lo tiene que retratar otro gran artista. Quizás, el genio de Bourdos no se acerque, siquiera en la lejanía al de cualquier Renoir, por tanto, es difícil captar una mínima esencia del arte de estos. No se puede hacer una película sobre Renoir sin emoción y esto es lo que hace Bourdos. La musa brilla, pero sola, en unos paisajes que reflejan bien la pintura de Renoir, pero que carecen de su alma. No hay riesgo y por tanto, fracasa.
gpiqueras
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3 de diciembre de 2019
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Una aproximación, no sólo al pintor francés, si no a parte de la familia (y la cohorte de mujeres) que cohabitó con él durante sus últimos años de vida. Pues no sólo habla de los últimos coletazos del artista Auguste Renoir, que tuvo una febril producción pictórica en esta última etapa, si no del proceso del nacimiento de Jean Renoir (su segundo hijo) como el director que después se convirtió.
Con un cuidado trabajo de producción, el director francés Gilles Bourdos (Premonición) nos acerca a la vida costumbrista y tranquila que llevaba el pintor alejado del mundanal ruido, en un bucólico lugar apartado del bullicio de la ciudad... Y de la I Guerra Mundial. Deja patente la presencia del histórico hecho cada ciertos minutos y la contraposición entre la tranquilidad doméstica y lo que ocurre en el resto de Europa en armas está bien conseguido, puesto que el espectador está con el runrún del conflicto bélico presente pese a ver una historia amable y, a priori tranquila, como si nada ocurriera. es, quizás, en esta falta de tensión, o de sucesos, lo que la hace un poco descafeinada, pero cierto es que lo que ocurre en casa, en casa se queda.
Es liviana, y sencilla de ver, no te lleva por derroteros extraños y va directa al grano. Las interpretaciones están bien, sobre todo la de Michel Bouquet (Toto, el héroe) como Renoir padre, que con pocas palabras es capaz de llenar la pantalla... Palabras, eso sí, sabiamente expresadas por un personaje histórico que ha visto mucha vida y que le salen de la experiencia. Sin dudas, cada vez que está él en pantalla es digno de dejarse oír. Christa Theret (Madame Marguerite) encarna a la última musa del artista, inspiradora de cientos de obras en el ocaso de Renoir, entregando un papel grácil y agradecido. Como Jean Renoir cumple sin alardes Vincent Rottiers (Dheepan), en constante lucha consigo mismo y su deber de volver a la guerra, y con su padre.
Este es un fiel reflejo costumbrista de la época que se mira en el espejo de las obras del pintor francés y que nos enseña sus últimos años de vida como una persona sabia y melancólica, añorante de la esposa perdida prematuramente. Es una cinta más para conocer los entresijos del arte, y de los impresionistas en particular. Su pero es que es tranquila y nos lleva de la mano con parsimonia, sin una nota alta para sacar al espectador de su conformidad, un algo que la agite en algún momento de su metraje.
Por cierto, merece una mención especial su BSO: Alexandre Desplat es el nuevo gran compositor de cine de estos años.
Siferval
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19 de abril de 2020
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Inspirado en hechos reales, este cuarto largometraje del realizador francés Gilles Bourdos se centra en la particular relación que una joven bella y desinhibida, Andrée, establece con dos artistas que hoy son leyenda, uno en el ocaso de su vida y el otro cuando estaba definiendo qué camino creativo va a seguir: el célebre pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir (encarnado con su habitual talento por el octogenario Michel Bouquet) y su hijo, el futuro cineasta Jean Renoir, quien dirigiría títulos tan memorables como las magistrales "La gran ilusión" y "La regla del juego".

Nominada a cuatro premios César y elegida por Francia para postular al Oscar a la mejor película extranjera, "Renoir" se ambienta en bucólicos parajes de la Costa Azul en 1915, en plena Primera Guerra Mundial, y sigue cierta tradición académica, refinada y convencional del cine galo; como era de esperar por abordar el trabajo de artistas visuales, se luce especialmente por las imágenes de innegable delicadeza y belleza plástica que captura la fotografía del taiwanés Ping bin Lee (quien ya se ha lucido en trabajos de cineastas como Wong Kar-Wai y Hou Hsiao-Hsien), muy bien subrayadas por la banda sonora del solicitado Alexandre Desplat.
Lawrence
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