Game of ThronesSerie

La serie me mantuvo en vilo durante 7 temporadas, 7 que fueron realmente brutales, cada una me hacía querer ver más y más. Llegó la temporada 8 y de camino al 10 de serie termino con un 8. ¿A quién se le ocurrió la magnífica idea de acabar la serie en una temporada final en el que todo finalizaba de prisa y corriendo? Me hizo sentir como aquellos trabajos universitarios donde te explayabas en una introducción y una explicación del contexto de 100 páginas para acabar con un desarrollo y unas conclusiones de 2 páginas mal redactadas… En fin… Lo que pudo ser y no fue…

Las primeras temporadas eran casi una obra maestra, pero según la serie va avanzando van apresurando demasiado las cosas y la serie pierde toda la esencia que tenía que era una lenta construcción de personajes y del mundo y el final parece que quieren terminar rápido haciendo que los personajes pierdan su esencia casi en su totalidad.

Es una de las mejores series que he visto, aunque nunca olvidaré las últimas temporadas, que fueron un desastre, pero tampoco las primeras que eran una maravillosa adaptación de los libros, gran ejemplo de como se puede llegar a adaptar el papel a la pantalla.

Los puntos buenos y por los que recomiendo ver esta serie empiezan por el escenario, lugares naturales y castillos que representan a la perfección lo que me imaginé leyendo los libros, por su temática de fantasía épica, hay elementos que pueden ser muy imaginarios como los reconocidos dragones Targaryen o las religiones del norte y del Señor de la Luz, pero sin duda la política y los comportamientos sociales son muy realistas y hacen que te sientas como un Stark o Lannister más que debe sobrevivir al mortífero “Juego de Tronos”. También siguiendo por el desarrollo de sus personajes, con todo tipo de personalidades, algunos que reflejan el dilema entre el bien y el mal, muchas veces el maquiavelismo o también la bondad o incluso comportamientos grises que hacen que te plantees quién hizo lo correcto antes de la Rebelión Baratheon, que colocó el punto de partida de la serie, y además muchos de ellos empiezan apenas pequeños, con unos 12 años como los niños Stark y poco a poco les ves crecer viendo sus conflictos, disfrutando sus victorias y llorando sus derrotas.

Todo estaba perfectamente cuadriculado durante las primeras temporadas, siguiendo el guion establecido por los libros de George R.R Martin, una perfección que atrajo mucho al público, pero lo que no es correcto es decir que es una mala serie por la séptima y octava temporada, porque al fin y al cabo se acabó el material que había de los libros que aún están en desarrollo, y la serie es un desenlace alternativo porque en la saga de libros será diferente. Además, desde mi punto de vista no es tan malo, simplemente los seguidores de un personaje en concreto acabaron descontentos por lo ocurrido, aunque esto se llevaba viendo desde hacía un tiempo, en la serie no tanto, pero sobre todo en el cuarto libro donde esto se refleja más. Seguramente fue más problema de algunos actores que no desarrollaron bien como debían encauzar su personaje de cara a la octava temporada junto con el director que debía ser que tenía prisa por acabar, aunque cabe destacar que podría haberse alargado un poco más y se habría suplido la problemática de la falta de desarrollo.

En conclusión, debemos dar gracias a Juego de Tronos por los magníficos capítulos que nos ha regalado, puede que no ha todos les haya gustado del todo pero siempre será una destacada serie que merece estar en la vitrina de las mejores de esta última década.

Profundizar en la laberíntica 'Juego de tronos', es como profundizar en el interior de todas las tesis y fantasías tolkianas admisibles a razón, solo que el autor no es J. R. R. Tolkien sino George R. R. Martin (si es que hasta los nombres han hecho por coincidir). Existen demasiadas evidencias como para obviar los paralelismos entre la obra de uno y otro, portentos ilustrativos, en cualquier caso, ambos, para construir mundos imaginarios. La serie plasma con excelencia (y mucho presupuesto) la complejidad de una novela que se revela magna, ante tal disparidad de personajes y situaciones, contextualizados en profusos escenarios que albergan tanta variedad como los primeros.

Las familias y el Trono de Hierro, esa es la cuestión. Fuente de poder, causa de disputa permanente, aspiración máxima de los habitantes de los siete reinos que ocupan el continente de Poniente, solo el rey que los aúne puede sentarse en él. Forjado con las espadas de los enemigos derrotados en el pasado, es un objeto tan simbólico en la serie como ansiado, es por eso que, Lannister, Stark o Targaryen, son algunas de las casas que pugnan entre sí reclamando su derecho dinástico por ser quienes ocupen su sitio.

De sus fuertes habría mucho por destacar, y uno de ellos se halla en algo que quizá pase más desapercibido sin dejar de ser igualmente intenso, el arte de saber unir lazos disolutos y morales, elementos habituales en los que asociar conductas con caracteres enfrentados, siempre con constancia, incluso cuando los bandazos emocionales de alguno de sus afines, apunte en direcciones opuestas. Violencia explícita, lujuria y fantasía corren a la cita también como activos potentes que rellenan este rompecabezas virtuoso, de amplísimo recorrido, vasto en alternancias, de grandes y espléndidas batallas que se libran a lo largo y ancho de los imaginados continentes de Poniente y Essos, desde Desembarco del Rey hasta Invernalia. Me detengo aquí, en Invernalia, la tierra de los Stark, porque de todos los lugares es el más identificativo y porque marca los confines en sus frías tierras e invierno permanente, de lo físico y lo sobrenatural.

Se acerca el invierno, oirás repetidas veces, reflejo apocalíptico que avanza sin remisión. Capaz de hacer explorar vínculos en sus últimos compases, es decir, temporadas, que parecían irreconciliables o muy lejos en espacio e incluso tiempo, por una alianza común en beneficio de todos los mortales, porque hay algo que acecha, se acerca y juega en contra de todos. Solo un enorme muro de hielo vigilado persistentemente por la Guardia de la Noche, separa ambos mundos. Al otro lado del mismo, se encuentra la amenaza que puede cambiar los designios de todo lo conocido y establecido: los caminantes blancos y su ejército de los muertos se aproximan sin detenerse.

Todo en ella es cuestión de vida o muerte, de éxito o fracaso, de alianzas y enemistades. Un aparente caos que se precipita continuamente por sendas que emocionan y sobrecogen, que te dejan resoplando por inesperadas e impactantes, con amplitud de miras para cubrir todos los aspectos físicos y emocionales. Un universo en sí mismo tan deslumbrante y bien puntualizado con sus tramas de apariencia deslavazada, que justo su despedida final, un cierre con ambigüedades en su concordancia que no deja del todo satisfecho en algunos puntos, no deteriora los muchos méritos que ostenta una de la mejores y más ambiciosas series que se hayan propuesto jamás.

Para acabar, una pequeña reflexión final: aún recorre por mis entrañas una sensación de dependencia hacia ella cada vez que escucho su poderosa sintonía de cabecera, una pieza de orquesta monumental del compositor Ramin Djawadi en simbiosis perfecta con aquello que busca plasmar. Sientes que te llama, que te atrapa otra vez, como cuando habías ya caído bajo su primer influjo en aquellos días en que decidiste verla. Tienes el deseo de volver a vivir todo el desarrollo y ser de nuevo suyo, su cómplice hasta que finalice o, por qué no, para siempre.

Año 2022, varios años después del estreno de esta majestuosa serie me dispongo a verla. Lo había intentado tiempo atrás, pero por X razón no encontraba el punto, el hilo que me enganchase en pocos capítulos.

Y está vez, por Y razón me dispuse a verla sin abandonarla, y vaya si me engancho. Ojalá pudiese verla desde cero de nuevo sin saber lo que va a suceder.

Desde los diálogos, hasta el más ínfimo detalle de la vestimenta de cualquier extra está cuidado. Es impresionante TODO.

Y por su fuera poco, la BSO es más de lo mismo, delicia.

De ahí el título, te deja ese vacío que produce una serie que te llena mientras la ves, la disfrutas, pero al terminarla, sabes que no puedes volver a disfrutarla de la misma forma, con la misma intriga, con esa tan increíble sensación de "que pasará?".

Para mi de lo mejor que se puede ver. 10/10