Mal día para pescar

El mejor papel de Gary Piquer encarnando a este 'Príncipe' a full. Un príncipe de medio pelo como representante curtido de un púgil en horas bajas y basado en un cuento de Juan Carlos Onetti. Ambientado en un pequeño pueblo uruguayo y con una fotografía muy bella a partir de la austeridad, explica los vericuetos de un encuentro de boxeo que resulta ser homérico hasta sus últimas consecuencias: mal día para pescar pero bueno para echar las redes.

Y siempre es un placer el volver a recuperarla.

La verdad tenia flojera de ver esta película, vi las criticas y pensé: "hay que verla"... Pues nada, tremenda sorpresa me llevé, me gustó demasiado.

Estamos ante un luchador que dicen es lo máximo y su manager que va de pueblo en pueblo arreglando peleas... historia entretenida, divertida, al menos a mi se me pasaron las casi dos horas volando! los personajes son buenos, el manager y el peleador hacen buen papel, son creíbles, simpatizan. Lo que más me gustó, la pelea final, sin dudas excelente (spoiler).

Aunque está hecha con poco la película sobresale, en definitiva me pareció muy buena. Recomendada para gente sin prejuicios, es un drama más que todo, y tiene sus toques de humor, es una buena historia, que entretiene y eso es más que suficiente.

Vemos a un ex campeón de lucha que tras su aspecto rudo, se descubre sensible, atormentado, lleno de añoranzas que intenta tapar con alcohol; y su representante (que capitaliza gran parte de esta cinta) buscavidas, liante y mentiroso (al que hay que reconocerle que vale para ello) con el fin de lograr sus objetivos, sobre todo económicos.
La película se desenvuelve tranquila y sin la teatralidad de la lucha libre, entretenida sin agarrarse a excentricidades. No precisa de efectos ni de ambientes deslumbrantes. Considero que con muy poco se ha conseguido mucho. Sencillez seductora.

Excelente historia sobre una pareja tan distinta como complementaria. Un ex campeón de lucha libre, ya muy deteriorado, y un vividor que se agarra a él como a su último recurso. Y en en el seno de esta extraña relación simbiótica aparece incluso cierto afecto, cierto calor humano. Como el que puede surgir entre dos naúfragos que se ayudan mutuamente a sobrevivir. El resto de actores rellenan con eficacia el poco espacio libre que los dos protagonistas dejan. El desenlace final es, sin embargo, desconcertante. Al menos, yo no lo entiendo.

Era domingo por la tarde, mi idea era ir a ver la tan aplaudida “La ventana”, pero cuando llegue a taquilla me informaron, que no la proyectaban hasta la siguiente sesión, por lo que decidí ver “Mal día para pescar”, no me esperaba nada, ni bueno ni malo, y conforme se desarrollaba el largometraje, me fui sumergiendo en esta historia de perdedores busca fortunas, gente que vive de su pasado, y que no tiene futuro. Y no me desagrado, pues es el guión estaba bastante bien atado, y las actuaciones eran muy creíbles. Se deja ver.