La belleza de las cosas

Bo Widerberg nos regala su obra póstuma y, por extensión, su mejor película.
Dividida en dos actos, lo que al principio es un magnífico melodrama de "affaire" entre un joven y apuesto adolescente y su bella y joven profesora de idiomas (la bella Marika Lagercrantz), trascenderá (en un segundo acto personal e independiente) a una composición a tres voces en la que el triángulo principal se somete a la desesperación y a la angustia en mayúsculas (antagonismo de la belleza mostrada en paralelo): el marido alcohólico arruinado y amante de la música (belleza artística), la esposa adúltera obsesionada febrilmente por la belleza del joven protagonista y, el propio Stig que será devorado por la situación mientras se hace amigo de su marido, descubriendo la belleza de la música y perdiendo a su hermano.
Todo ello con una estructura formal basada en elipsis narrativas que requerirán un esfuerzo por parte del espectador.
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, es un homenaje a las cosas bellas de este mundo en contraposición a las desgracias y luchas de la sociedad: la música clásica (Beethoven, Mahler, Brahms, Tchaikovsky), el cine, el amor y la belleza sexual, la inocencia juvenil, la familia, etc

La vi hace bastantes años, Y la volví a ver en 2015, que fue cuando la valoré; ahora en 2021 por fin me decido con mi comentario.

Lo que más me sorprendió fue su capacidad para meter en la historia escenas comunes tratadas con pericia y sensibilidad, sin renunciar, por otro lado, a esa narrativa suavemente canalla.

El personaje interpretado por Johan Widerberg contiene todos los elementos para acometer un trabajo de sutiles aristas, que en mano de su director y padre, Bo Widerberg consigue una contenida y bien trazada interpretación.

El peso de la historia recae sobre el joven Johan Widerberg, hijo del director; que nos presenta una historia sencilla en su planteamiento, pero con importante carga literaria y cuyo guion se va desdibujando a media que avanza.

LA BELLEZA DE LAS COSAS, no tiene una trama convencional, pese a lo que podamos considerar al leer su argumento. A lo largo de los últimos minutos, la narrativa visual se vuelve criptica, dejando a la interpretación del espectador, aspectos que se presentan de manera simbólica.

La vi hace unos años, y aunque me siguió interesando, creo que no le hubiera puesto una nota tan alta como hace cinco años.

Empieza bien pero poco a poco se va volviendo más deprimente. Me sorprendió que la relación entre el joven estudiante y la profesora empezase de forma tan rápida y a partir de ahí la película va perdiendo enteros. Supongo que el argumento no quería centrarse sólo en eso y que en conjunto la película va sobre madurar y lo que significa ser adulto. Por eso, como la vida misma, acabas de bajón y más cuando ves la escena final, en la que, al menos yo, no entendí nada. Te quedas esperando que ocurra algo más pero no, luego salen los títulos de crédito y luego el Fin.

Lo que más me gustó fue la relación del joven estudiante con la profesora aunque si no hubiese ido todo tan rápido habría tenido más emoción. El resto está bien, incluidas algunas escenas que me gustaron bastante y otras que sirven para entender partes de la película. Quizá esperaba algo más romántico o una historia más apasionante entre la maestra y el joven.

Stig vive dos historias paralelas por un lado su complicada vida familiar y por otro un romance con su profesora,casada con un tipo lamentable,alcohlico y bastante patético.Stig da un aire nuevo a la vida de la profesora,pero la historia se desgasta y las dos historias paralelas de Stig se desmoronan.
Por momentos la pelicula esta un poco mal llevada y va a la deriba pero hay otros momentos excelentes.
Para destacar el buen uso de la música.