Cruzando el límite

Buen primer largometraje de Fred Cavayé, que logra imprimir un buen ritmo al film, entreteniendo y haciéndolo interesante.
Con todo, no resulta demasiado creíble, aunque sí verosímil, pero lo mejor es que, tratándose de un primer trabajo en el mundo del largometraje, este sea aparente y feliz desde el punto de vista técnico, y ameno desde el plano comercial.
Tiene algunos fallos que mejorar, pero repito está bien y hace pasar el rato, que no es poco.
Conoció años después un remake interpretado por Russell Crowe.

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No sé qué título es peor, si "Cruzando el límite", o "Por ella". Ambos me parecen terribles.

Lo primero que me ha chocado ha sido ver a Diane Kruger, una mujer muy guapa y aspecto juvenil, como pareja de Vincent Lindon, que se ve más estropeado que ella. Lo he mirado, y hay una diferencia de edad de 17 años. Se han colado.

La película va de que a ella la encierran por un delito que no ha cometido, y el marido idea un plan para una evasión. Podía haber cometido el delito y escapar igualmente, pero eso al público le gustaría menos porque tenemos esa idea infantil de que deben ganar los buenos. No hay un plan muy elaborado y complicado, lleno de detalles que luego se complican, que es lo que hace disfrutable este tipo de proposiciones, si no algo más distendido e improvisado. No es, por tanto, un peliculón, aunque se deja ver con moderado interés.

Esta película, baratita, sencilla y correcta en su factura se aguanta por Vincen Lindon. Pedazo de actor. Y eso que el tema es bueno: tu mujer es acusada de asesinato, toditas las pruebas así lo indican, pero tú, Vincent, que la quieres y la ves con el corazón, sabes que es inocente. Así de sencillo: I-NO-CEN-TE y se va a pasar 20 años en el trullo.

Oh, là là, monsieur Lindon! ¡Hay que ponerse las pilas pero ya y hacer algo! Cruzar el límite.

Hasta aquí, bien, ¿no? Peeeero… aquí viene mi alegato. Vincent Lindon, nacido en 1959. Diane Kruger (su mujer) nacida en 1976. Diecisiete añitos de por medio. ¿Tan mal quedaría a ojos del mundo jugarse el culo por una cincuentona a la que hace la tira de años que quieres? Los bombones que yo tenía colgando en mi habitación en casa de papá y mamá ahora se quejan de que no hay papeles para ellas. Resucitan al cacho carne de Mickey Rourke y a la Pfeiffer no le dan un papel. Manda cojones.

Quizás me esté explicando mal. No es que sea del sindicato de actrices ni me impide dormir el devenir de Kim Basinger o de Amparo Moreno (por poner un ejemplo constrastado). Es que cuando una película me sorprende, me fastidia que no sea verosímil.

¡Que nos ponen jovencitas hasta en la sopa, hombre!

Esta pelicula francesa me ha sorpredido, y es que el cine europeo cada vez puede competir más con el americano, y lo ha hecho claro para bien.
Lo más conseguido ha sido para el ambiente opresivo y dramático durante toda la película, a mí me hubiera gustado más que se hubieran centrado en otra trama, ya que creo que da para ello.

Film de estética fría, conscientemente sobria, tanto como la expresividad de los interpretes: sin excepción todos los miembros de la familia son emocionalmente poco expresivos. A esto se le añade una historia desaprovechada por un desarrollo demasiado lineal y con poco ritmo: ya al principio de la historia se explica la inocencia de la esposa. Hubiera dado mucho más juego dejar esta cuestión en suspense ya que las acciones del marido resultarían más heroicas si cabe.

La gran cuestión que nos plantea la película es qué estarías dispuesto a hacer por un ser querido. El resto limita al espectador a observar los preparativos del esposo, que cual caballero andante, ha de rescatarla a su doncella.

Algunos temas tratados son la fiabilidad de la justicia, el paso de la legalidad a la ilegalidad, la fuerza de los lazos afectivos, la moral privada frente a la moral de las leyes, la inteligencia práctica, la planificación, la fuerza de voluntad…

En conclusión, un film prescindible, con actores inexpresivos (especialmente la reo), ambientación fría y carente de intriga. En el lado positivo, la cuestión planteada y el debate abierto entorno a la moral privada: el protagonista da un gran salto moral (cruzando el límite) y decide regirse por sus propias reglas.