Mr. Holmes

Mr. Holmes es una película que enreda el misterio que caracteriza la mayoría de las personificaciones que se han hecho sobre el mismo, pero esta vez de la mano de Ian Mackelle, esta vez mostrado una etapa final del investigador donde se ve obligado a lidiar con 3 diferentes historias, la primera su pasado enlazado a su viaje a japón, la segunda en el porque de su retiro siguiendo un caso donde no recuerda en si su desenlace ni el porque de este y el tercero su vida actual, la cual se enlaza claramente con Munro y si hijo Roger, es una pelicula muy interesante debido a la lucha que tiene el investigador con un enemigo que el jamas pensó tener, esta vez su memoria. Lo cual lo frustra y lo desorienta. Este punto es el que mantiene la mayor parte de la de la historia entretenida, debido la necesidad de recordar ese caso que hizo que su retiro se diera o el porque de esos recuerdos. A pesar de mostrar los desenlaces de las historias, se siente que queda corta y se hubiera podido generar un mejor desenlace o una mejor desarrollo de la misma.

Durante toda la película se busca argumentar y sobrellevar las distintas ideas que se plantean dentro de esta, desde la senilidad y la pérdida de memoria de Holmes así como la historia paralela de la Sra. Munro y su hijo Roger, el presunto caso inconcluso de Holmes y el encuentro con Matsuda Umezaki quien era el hijo de gran admirador de Mr. Holmes, todas estas ideas fueron reunidas de tal manera que a mi parecer se trata de material distinto que desvaría dentro de la historia.
Para quien no está acostumbrado a este tipo de material y desconoce títulos en los cuales se basa esta película, encontrará en mi opinión, un planteamiento de ideas que se van mostrando dentro de la trama de la película y personajes que no tienen relación alguna.
Se rescata de la película la producción y la actuación de los personajes dentro de esta debido al sentimiento emotivo de algunas escenas que tratan de llenar los vacíos globales de la película, pero la idea de reunir varias temáticas no es de total agrado, de la película no se puede concluir si se quería mostrar el retiro de Holmes o el caso inconcluso de la Dama de Gris.
La dama de Gris es el supuesto caso inconcluso de Holmes el cual se muestra dentro de la trama de la película como una explicación de lo que realmente paso por parte de Holmes sobre la historia escrita por Watson con fallos y exceso.
La aparición de la Sra. Munro está justificada en la senilidad de Holmes debido a que a sus 93 años necesita un acompañamiento diario y Murno cumple este papel, además que muestra una cara que dentro del film a mi parecer parece ser el plus y lo que al final de la película ayuda a que esta se torne más interesante el sentimiento y el cariño hacia su hijo.
Finalmente Roger que a mi parecer es la contraparte de Holmes y muestra todo lo que fue el personaje principal en su niñez y debido a eso considero que nace tal sentimiento de Holmes hacia Roger.

Germán Vargas Rodríguez

Ese actor tan brillante, y tan inglés al mismo tiempo, llamado Ian McKellen representa la esencia del personaje de ficción Sherlock Holmes tal y como cualquiera de nosotros se lo podría imaginar: perfecto. Aunque no he llegado del todo a conectar con el Holmes investigador -más por una falta de interés en el caso a investigar que por la interpretación de McKellen- sí que se vislumbra en alguna ocasión lo que pudo ser en el pasado la figura del famoso detective de ficción en el imaginario colectivo, tal y como hubiese pasado por la mente de su creador Arthur Conan Doyle.
Curiosamente, parece despertar más apego el componente dramático que el de la investigación insospechada. Puede que la sensación de fragilidad sea la causa, además del protectorado y ternura que parece surgir en él tras conocer al hijo de su ama de llaves interpretada por la, a mi juicio, siempre infravalorada Laura Linney.
Es, ante todo, una invitación a la reflexión, para recapitular lo vivido y enfrentarse a las emociones como nunca antes había hecho, pero justo lo que parece darle vigor a Holmes en la senectud de su vida, un último caso que atender antes de morir, es justo lo que a mí, sin embargo, me causa más somnolencia en esta emotiva, pero un pelín aburrida, última aventura -aunque esa palabra le venga grande- del gran Sherlock Holmes.

Si ya tuvimos ocasión de ver a Christopher Plummer interpretando a un octogenario Paul Getty en "Todo el dinero del mundo" y lo hacía sin utilizar gafas ni para leer, ni para para ver (cualquier cosa), ahora se ve superado por este interesante Sherlock Holmes, nonagenario en esta ocasión, que también lo ve todo sin necesidad de gafas, como en sus mejores años, aunque eso sí, la lupa en el bolsillo para examinar el submundo microscópico.

Quitando esta chocante curiosidad, la película mantiene el atractivo perfil de la producciones británicas ambientadas en su plácida campiña, añejos escenarios y personajes agradables. Más drama que suspense, no se vaya a pensar otra cosa.
Bien por McKellen que a sus 74 años redondea su Holmes de 92 años.

Demasiado farragosa en su planteamiento y desarrollo, mezcla excesivos escenarios paralelos que sólo contribuyen a que el espectador se pierda, pese a la esforzada interpretación de McKellen. En mi opinión, pese a la importancia que luego pueda tener, sobra toda la parte que transcurre en Japón y el guión podía haberse resumido en que Holmes había conseguido el mejunje de marras como sustitutivo de la jalea real.
Además, el niño me llega a resultar un poquito cargante y Laura Linney casi tiene un papel testimonial, desaprovechándola como actriz protagonista. Ni siquiera Watson aparece físicamente en la película, a pesar de las continuas referencias que se hacen de él y que casi lo convierten en un personaje fundamental.