La rueda de la maravilla
6,2
10.211
Drama
En la Coney Island de la década de los 50, el joven Mickey Rubin (Timberlake), un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny (Winslet), una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco ... [+]
1 de abril de 2018
1 de abril de 2018
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Llueva o truene, escampe o azote el calor, Woody Allen sigue, décadas después, estrenando una película cada año. El neoyorquino es uno de los directores más venerados de la Historia, influyente en numerosas generaciones, y uno de los pocos clásicos que sigue trabajando a día de hoy y atesorando una filmografía realmente cuantiosa. Tan sólo contadas películas de su obra son realmente excelentes, pero sus películas son siempre correctas, y su estable media de calidad aún se mantiene (en años recientes ha estrenado peliculones como Match Point o Midnight in Paris). La película que nos ocupa tenía un llamativo reparto, sugerente aspecto visual y llamativa premisa: el drama romántico Wonder Wheel. Pero llegó de manera silenciosa, y además de no funcionar en taquilla la crítica le dio la espalda. Además, la película llegó en un momento polémico para la popularidad de Allen, acusado de delitos sexuales y vilipendiado en medios por infinidad de personalidades. Por ello visité la obra como una segunda opción meses después de su estreno. Y una vez contemplada y reflexionada, me produce sensaciones encontradas. Creo que el desprecio mediático es injusto, pues es una película más que aceptable. Pero también una obra menor en la carrera de Woody. Un filme hermoso, amargo y medido, pero endeble en eficacia emocional.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Estamos en la superpoblada playa de Coney Island de los años 50, dónde centenares de personas sueñan y se divierten en las barracas, las atracciones y en la Wonder Wheel. Micky Rubin (Justin Timberlake), socorrista, es nuestro narrador. Ginny (una excelente Kate Winslet), actriz fracasada, trabaja de camarera y está casada con el bruto Humpty, con el que cría al pirómano crío descendencia de su primer matrimonio. Ese verano tendrá lugar una catastrófica historia de enredos, cuando inicie un romance a escondidas con Micky y Carolina, apuesta hija de Humpty, acuda a su hogar a esconderse de unos mafiosos que la persiguen. Clásica tragedia alleniana de romances cruzados cuyo estilo mira con nostalgia al teatro romántico de mediados de siglo, así como a su iconografía. Caben destacar dos grandes virtudes: la fotografía de Storaro, llena de colores saturados y constantes reflejos de alta intensidad cromática; y, ante todo, la extraordinaria interpretación de una desgarrada Kate Winslet. El estilo, diferenciado esta vez por la absoluta ausencia de comida, mantiene los elementos característicos de su autor: el diálogo vivo y la constante música de Jazz de fondo. Filme contenido y estilizado, de pocos personajes y foco en la carga dramática. Fiel a sí mismo y a sus temas de interés: amores pasionales, errores de juventud y, en este caso, actrices o mujeres frustradas. El aficionado al director sabe que esperar de esta película, y encontrará en ella elementos que saborear.
El filme flaquea en el elemento más característico del cine de su autor: su guión. No errado, pero falta de situaciones de interés, y de personajes llamativos. El desarrollo de la película es extremadamente predecible, y salvo contadas escenas de drama la película no tiene pegada. Nunca se aburre uno, pero jamás se interesa en exceso. Y aún siendo pretendido, la excesiva teatralidad del filme nos aleja (los decorados acartonados y esos reflejos de irreal procedencia) de lo que sucede en pantalla. Y aún ofreciendo hermosos colores y encuadres, la realización es estática y poco ambiciosa. Es una película que parece limitarse cumplir expediente con corrección, pero sin destacar. Una película lejos de ser el desastre que muchos medias declaraban, y noble de formar parte del cine de Allen. No está a la altura de hermanas recientes como Blue Jasmine o Café Society (la cual era más ambiciosa en su realización), pero ha hecho filmes peores. Es triste pensar que la película ha sido defenestrada por motivos políticos y sociales ajenos a su calidad, y que siendo mejor hubiera sido ignorada de la misma manera. Estamos en una era peligrosa de estomagante corrección política y consecuente censura, y es necesario separar la obra del creador.
Bucólica, elegante y trágica, Wonder Wheel es un ejercicio de amoríos de estilo clásico que, más allá de Winslet y su hermosa puesta en escena, no ofrece nada de interés.
El filme flaquea en el elemento más característico del cine de su autor: su guión. No errado, pero falta de situaciones de interés, y de personajes llamativos. El desarrollo de la película es extremadamente predecible, y salvo contadas escenas de drama la película no tiene pegada. Nunca se aburre uno, pero jamás se interesa en exceso. Y aún siendo pretendido, la excesiva teatralidad del filme nos aleja (los decorados acartonados y esos reflejos de irreal procedencia) de lo que sucede en pantalla. Y aún ofreciendo hermosos colores y encuadres, la realización es estática y poco ambiciosa. Es una película que parece limitarse cumplir expediente con corrección, pero sin destacar. Una película lejos de ser el desastre que muchos medias declaraban, y noble de formar parte del cine de Allen. No está a la altura de hermanas recientes como Blue Jasmine o Café Society (la cual era más ambiciosa en su realización), pero ha hecho filmes peores. Es triste pensar que la película ha sido defenestrada por motivos políticos y sociales ajenos a su calidad, y que siendo mejor hubiera sido ignorada de la misma manera. Estamos en una era peligrosa de estomagante corrección política y consecuente censura, y es necesario separar la obra del creador.
Bucólica, elegante y trágica, Wonder Wheel es un ejercicio de amoríos de estilo clásico que, más allá de Winslet y su hermosa puesta en escena, no ofrece nada de interés.
4 de mayo de 2018
4 de mayo de 2018
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Elegante, con un uso del color espectacular, con los recursos habituales del maestro (como por ejemplo que el protagonista hable al espectador), y con algunos de los arquetipos de los personajes de los guiones de Allen, pero todo ello en una historia dramática, en el fondo muy oscura, lo que contrasta con la fotografía de la misma. Kate Winslet está estupenda en un film más cerca de la atmósfera negativa de "Match Point" que de cualquier otra película del veterano director
28 de septiembre de 2019
28 de septiembre de 2019
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“Wonder Wheel” es de esas obras que quieres que te gusten más de lo que en realidad te han gustado. Hay de sobras ingredientes para un buen plato, pero resulta que, sin saber muy bien como, al final te quedas con hambre. Quizás quería que “Wonder Wheel” me gustase para que Woody Allen completase un magnífico hat-trick junto con la excelente “Café Society” (2016) y la aún más excelente “Irrational man” (2015). Puede ser. Pero al final la cinta se me ha quedado en tierra de nadie, obra intermedia.
En “Wonder Wheel” el cineasta neoyorquino vuelve al amor, pero en su faceta más amarga. Allen entreteje una tela de araña que une a cuatro personajes, todo ello con la feria de la Coney Island de los cincuenta como particular y precioso marco agrandado por la genial fotografía de Vittorio Storaro.
En el fondo quieres que “Wonder Wheel” te guste porque es una pequeña delicia visual. Woody Allen vuelve a colaborar con Vittorio Storaro tras “Café Society”, y el resultado es de una belleza incomparable. Quieres que la cinta te guste porque esta vez la cámara del cineasta se presta al lucimiento del actor, fruto de una realización eminentemente teatral que exprime para bien al intérprete. Aunque es cierto que esto oculta una piedra en el zapato y es que, fruto de esa teatralidad, el texto de Allen tiende demasiado al monólogo. Quieres que la película de guste por su amargo y atinado fondo de armario, equiparando la vida a una atracción de feria como un tiovivo, o una noria si hacemos caso omiso al título. Pero al final nada de todo ello desequilibra la balanza lo necesario, haciendo que “Wonder Wheel” se quede en tierra de nadie.
Otra cosa que me chirría de “Wonder Wheel” es Justin Timberlake. No lo soporto, no lo trago. Daría más vueltas, pero creo que no hará falta. Eso si, el trío Kate Winslet, Juno Temple, Jim Belushi esta soberbio.
En definitiva, “Wonder Wheel” ni es buena ni es mala, está en el medio. Aunque duele que esté ahí porque podría haber aspirado a ser más que buena.
En “Wonder Wheel” el cineasta neoyorquino vuelve al amor, pero en su faceta más amarga. Allen entreteje una tela de araña que une a cuatro personajes, todo ello con la feria de la Coney Island de los cincuenta como particular y precioso marco agrandado por la genial fotografía de Vittorio Storaro.
En el fondo quieres que “Wonder Wheel” te guste porque es una pequeña delicia visual. Woody Allen vuelve a colaborar con Vittorio Storaro tras “Café Society”, y el resultado es de una belleza incomparable. Quieres que la cinta te guste porque esta vez la cámara del cineasta se presta al lucimiento del actor, fruto de una realización eminentemente teatral que exprime para bien al intérprete. Aunque es cierto que esto oculta una piedra en el zapato y es que, fruto de esa teatralidad, el texto de Allen tiende demasiado al monólogo. Quieres que la película de guste por su amargo y atinado fondo de armario, equiparando la vida a una atracción de feria como un tiovivo, o una noria si hacemos caso omiso al título. Pero al final nada de todo ello desequilibra la balanza lo necesario, haciendo que “Wonder Wheel” se quede en tierra de nadie.
Otra cosa que me chirría de “Wonder Wheel” es Justin Timberlake. No lo soporto, no lo trago. Daría más vueltas, pero creo que no hará falta. Eso si, el trío Kate Winslet, Juno Temple, Jim Belushi esta soberbio.
En definitiva, “Wonder Wheel” ni es buena ni es mala, está en el medio. Aunque duele que esté ahí porque podría haber aspirado a ser más que buena.
27 de mayo de 2020
27 de mayo de 2020
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Me ha gustado mucho esta película de Woody Allen, director que rara vez me decepciona y que, en mayor o menor medida, siempre me deja pensando y debatiendo tras ver alguna de sus obras. Ésta en particular me ha encantado. Se estrenó el mismo día en le que el veterano actor y director cumplía 82 años, ni más ni menos y está ambientada, una vez más, en esa Nueva York que él tanto adora y, más concretamente, en Coney Island, sitio de veraneo para os neoyorquinos, con su noria como emblema identificador, sus puestos de feria y sus tiovio y su paseo marítimo lleno de restaurantes. En uno de ellos trabaja, precisamente, el personaje magníficamente interpretado por una pedazo de actriz llamada Kate Winslet.
Winlset está grandiosa, trabajando a las órdenos de Allen por primera vez, llenado la patnlla cada vez que sale, con un peonaje llamado Ginny que destila amargura y rencor por todos los poros de su piel, desencantada, frustrada y decepcionada con la vida que le ha tocado llevar, aguantado a un marido por el que sólo siente gratitud interpretado por un actor como Jim Belushi, toda una sorpresa para mí aquí, ya que Belushi no es el tipo de actor que yo hubiera imaginado trabajando alguna vez para el genio judío.
Lo que hace Belushi con su personaje de marido alcohólico perdedor y sin motivación alguna en la vida más que ir a pescar con sus amigos es de elogiar. El actor está enorme.
Junto a ellos un Justin Timberlake cada vez más asiduo de la gran pantalla que no desentona y que cumple correctamente con su papel de socorrista en la playa de Coney Island. Él le dará una pequeña esperanza a la vida de Winslet antes de que entre en acción la joven Juno Temple como Carolina, interpretando muy solventemente a la hija de Belushi. Ella y su llegada a la vida de Winslet desencadenarán unos celos enfermizos y un odio inmenso de ésta hacia la joven por captar la atención de Timberlake.
Y es que los celos y la envidia son muy dañinos, de lo pero que pude sentir un ser humano.
Notable película.
Un saludo,
Tess
"Nada podrías decirme que ensombrezca lo más mínimo esta tarde".
Winlset está grandiosa, trabajando a las órdenos de Allen por primera vez, llenado la patnlla cada vez que sale, con un peonaje llamado Ginny que destila amargura y rencor por todos los poros de su piel, desencantada, frustrada y decepcionada con la vida que le ha tocado llevar, aguantado a un marido por el que sólo siente gratitud interpretado por un actor como Jim Belushi, toda una sorpresa para mí aquí, ya que Belushi no es el tipo de actor que yo hubiera imaginado trabajando alguna vez para el genio judío.
Lo que hace Belushi con su personaje de marido alcohólico perdedor y sin motivación alguna en la vida más que ir a pescar con sus amigos es de elogiar. El actor está enorme.
Junto a ellos un Justin Timberlake cada vez más asiduo de la gran pantalla que no desentona y que cumple correctamente con su papel de socorrista en la playa de Coney Island. Él le dará una pequeña esperanza a la vida de Winslet antes de que entre en acción la joven Juno Temple como Carolina, interpretando muy solventemente a la hija de Belushi. Ella y su llegada a la vida de Winslet desencadenarán unos celos enfermizos y un odio inmenso de ésta hacia la joven por captar la atención de Timberlake.
Y es que los celos y la envidia son muy dañinos, de lo pero que pude sentir un ser humano.
Notable película.
Un saludo,
Tess
"Nada podrías decirme que ensombrezca lo más mínimo esta tarde".
9 de septiembre de 2020
9 de septiembre de 2020
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Siguiendo con la filmografía de Allien (con "i"), hoy toca esta, y parece ser que será la última que veré porque veo bastante improbable que Allien sea capaz de reinventarse o hacer algo distinto. Cambiará el envoltorio, pero el asunto seguirá siendo el mismo.
Aquí el neoyorquino sigue explorando la amargura y la insatisfacción, y la verdad es que creo que se ha vuelto casi un referente en el tema. La película es casi una copia de Blue Jasmine, pero con una Kate Winslet que también lo borda. La película es bastante buena. Aunque Allien vuelve a sacar sus fobias, manías y aparataje psicológico en lo que a relaciones entre hombres y mujeres se tercia, me gusta esta peli y cómo toca el tema del sufrimiento, del fracaso, de la tristeza y de la amargura de la cárcel de un "matrimonio mal hecho". Es un tema que me gusta, y me fascina cuando alguien sabe ponerlo en pantalla. Pero Allien no depura el guión como debería... se circunscribe a su estrecha y gastada cosmovisión, y ahí se "pierde".
Después de ver su filmografía por primera vez, me reitero en lo dicho en otras críticas. Allien me parece un tipo bastante flojeras y cobardica que realmente no ofrece mensaje alguno. Es decir, no se moja ni bajo el agua (tengo que decir a su favor que en una peli se mojó un poco, pero tampoco demasiado, casi se puso de perfil...). Algunos lo verán como una virtud, pero yo lo veo como sencillamente una incapacidad intelectual o psicológica. Así que lo considero un cineasta sobrevalorado que vive de su genio (es un tipo inteligente, eso no lo niego) que no es un Goya ni un Dalí, sino más bien un pintor bueno de segunda clase. Eso no quiere decir que no tenga pelis correctas (y de hecho en esta he estado tentado a ponerle el 7)... pero sigue con guiones muy poco arriesgados. Además hay un fuerte pedantismo de fondo en este hombre que cansa y hastía, y pocas de sus pelis se libran de ello.
Pero bueno, para terminar el periplo del cine de Woodie (con "i"), terminar con esta casi lo considero un regalo del cielo después de los bodrios y el sopor que he tenido que aguantar.
Hale, amor y paz.
Aquí el neoyorquino sigue explorando la amargura y la insatisfacción, y la verdad es que creo que se ha vuelto casi un referente en el tema. La película es casi una copia de Blue Jasmine, pero con una Kate Winslet que también lo borda. La película es bastante buena. Aunque Allien vuelve a sacar sus fobias, manías y aparataje psicológico en lo que a relaciones entre hombres y mujeres se tercia, me gusta esta peli y cómo toca el tema del sufrimiento, del fracaso, de la tristeza y de la amargura de la cárcel de un "matrimonio mal hecho". Es un tema que me gusta, y me fascina cuando alguien sabe ponerlo en pantalla. Pero Allien no depura el guión como debería... se circunscribe a su estrecha y gastada cosmovisión, y ahí se "pierde".
Después de ver su filmografía por primera vez, me reitero en lo dicho en otras críticas. Allien me parece un tipo bastante flojeras y cobardica que realmente no ofrece mensaje alguno. Es decir, no se moja ni bajo el agua (tengo que decir a su favor que en una peli se mojó un poco, pero tampoco demasiado, casi se puso de perfil...). Algunos lo verán como una virtud, pero yo lo veo como sencillamente una incapacidad intelectual o psicológica. Así que lo considero un cineasta sobrevalorado que vive de su genio (es un tipo inteligente, eso no lo niego) que no es un Goya ni un Dalí, sino más bien un pintor bueno de segunda clase. Eso no quiere decir que no tenga pelis correctas (y de hecho en esta he estado tentado a ponerle el 7)... pero sigue con guiones muy poco arriesgados. Además hay un fuerte pedantismo de fondo en este hombre que cansa y hastía, y pocas de sus pelis se libran de ello.
Pero bueno, para terminar el periplo del cine de Woodie (con "i"), terminar con esta casi lo considero un regalo del cielo después de los bodrios y el sopor que he tenido que aguantar.
Hale, amor y paz.
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