Dead or alive I

Independientemente te guste o lo detestes, no hay que quitarle méritos. Takashi Miike es un cineasta con personalidad suficiente para ser considerado de culto.
Sus películas se mueven entre la violencia, el humor negro, absurdo y escatológico y contienen las escenas hiperbólicas más punzantes del cine moderno. Que se le considere el Tarantino oriental y tenga una legión de fans que aplaudan sus filmes no resulta extraño.
No para de rodar, intenta no repetir, imprime su estilo personal a cada una de sus películas y tiene el aliciente que se editan en occidente con cuentagotas, lo cual aviva más si cabe su leyenda.
Reconocidos sus méritos también hay que destacar sus defectos, mejor dicho, el único fallo que le encuentro: al contrario que Tarantino es imposible o muy difícil tomárselo en serio. La culpa la tiene el humor absurdo y los momentos ridículos que forman parte de su estilo.
Un ejemplo perfecto es el inicio de la trilogía de “Dead or alive”. Una película de yakuzas distinta a ritmo de video clip con suficiente violencia gratuita y humor irreverente para tomarla medianamente en serio o aplaudir sus muchas virtudes.
Por el contrario su friki y original final con préstamos del gore y Akira Toriyama es más hiper-ridículo que hiperbólico restando credibilidad y mucho valor a lo anteriormente visto.
Fallida.

El cine de Miike es como el de Lynch, el de Greenaway, el de Cronenberg, el de Cocteau o el de Buñuel: se ama o se odia, y no suele haber términos medios. "Dead or Alive" es una buena película de yakuzas y policías, con una historia convencional y sin mucha originalidad pero con el toque especial de su autor, el toque de lo aberrante y lo hiperviolento. Aun así, contiene algunas grandes escenas de lirismo y la lucha entre los dos protagonistas y sus respectivos estratos sociales está muy bien retratada. En el desenlace estoy de acuerdo, es lo mejor y lo peor, y puede ser genial o patético dependiendo de cada espectador. Ahí ya es pura cuestión de gustos.

Pues yo opino que este señor hace pelis serias con humor. "Soy japonés, así que voy a hacer un final a lo songoku que va a alucinar esta gente, muahaha". No está mal la retranca. El principio no se puede negar que está bien montado, y el resto de la peli, bien, es como cualquier otro thriller, con algun tinte negro. No me extraña que sea un cineasta de culto, la verdad, aunque a mí ni se me pasaría por la cabeza compararlo con Tarantino. No es ningún genio, ni mucho menos. Tarantino lo es. Vago, pero genial, como la mayoría de los genios de nuestra época.

Magnífico trabajo del tipo con mayúsculas, si alguien piensa que David Lynch está como un mono borracho de tequila vestido con traje de flamenca contoneándose sexy en garaje sónico, no, veréis como Takashi Miike lleva milenios de opio en los genes.

Otra obra teatral frenética y grotesca, bien narrada, con la reflexión justa que tú le quieras dar, ni más ni menos. El tipo no se corta un pelo a la hora de mostrar la absoluta crudeza de sus historias. Un discursito de un “padrino” jakuza –a media luz, joder que imagen- colgado de caballo sobre su pequeño pene, te termina por desconcertar del todo cuando ves a una adorable china en una bañerita de agua de jardín, flotando entre sus heces. Sí señores, esto es la locura Miike.

Vuelve de nuevo Takashi Miike dispuesto arrasar y a dejarnos alucinados una vez mas. Este genial director Japonés ha conseguido por fin, después de títulos como “Ichi the killer”, “Cementerio Yakuza”, “Izo”... hacer una película en la que me he decantado. Después de ver esta pelícla he decidido que Miike ha pasado de ser un genio a un dios.
Esta película, que es de lo mas típica, consigue llegar a enganchar desde el primer fotograma. Desde un principio estilo “videoclip”(absolutamente irrepetible) hasta un final sobrenatural que te deja boquiabierto.
Violencia, sexo, acción, amor, gansters, asesinos y policías son los componentes principales que envuelven a esta obro maestra que sus secuelas no consiguen superar. Una obra indiscutible. No se la pierdan por nada.