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El déspota

Comedia. Drama Adaptación de una obra teatral de Harold Brighouse, ambientada en 1890. Trata sobre las relaciones entre un próspero comerciante viudo y sus hijas, a las que mantiene encerradas en casa, mientras se dedica a lamentarse y a despotricar contra lo injusta que es la vida por haberle arrebatado a su esposa. (FILMAFFINITY)
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8
24 de diciembre de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su esposa ya fallecida lo ordenaba todo, ahora sus hijas le limpian las botas, sale de su casa cuando desea… y éstas, y otras menudencias, tienen al recio y obeso fabricante-comerciante de zapatos, Henry Hobson, absolutamente convencido de que “¡Yo soy el que manda aquí!”. Ahora Hobson tiene un plan: Quiere casar a sus dos hijas menores, Vicky y Alice, porque siente que “el dominio de una mujer es un paraíso, ¡pero el de tres!”, y piensa que dejará a Maggie, la mayorcita –para él una solterona-, para que le acompañe, lo atienda y se siga ocupando de la tienda.

Pero cuando también el otro piensa, con frecuencia los planes tiemblan… y Maggie, que de seguro se sabe bella, pero sobre todo inteligente y sagaz, asume en contraposición y como respuesta a la subestimación en que la tiene su padre, un plan personal que hará que muchas cosas cambien, desde ese día, en la rutinaria existencia de la familia Hobson.

“Hobson’s Choice” es una exitosa obra teatral escrita, en 1916, por el inglés Harold Brighouse (1882-1958). Desde entonces, ha sido un éxito en las tablas y en las salas de espectáculos como comedia, musical y hasta ballet; y ha sido llevada al cine en Inglaterra en tres ocasiones: En 1920, versión muda, dirigida por Percy Nash. Luego, en 1931, en versión sonora bajo la dirección de Thomas Bentley. Y ahora, en 1954, David Lean ha decidido reescribirla junto a Donald Spencer y Wynyard Browne, y dirigiéndola él mismo, la ha convertido por fin en una comedia cinematográfica memorable.

Charles Laughton tiene aquí uno de sus antológicos roles como comediante, y como Henry Hobson, recrea a uno de esos hombres que, mientras más alarde hacen en público de su autoridad en el hogar, más contraria es la verdad dentro de las paredes de la casa. Laughton resulta aquí medio-malabarista, jugando a un inefectivo despotismo, y motivándonos unas cuantas risas con el cauce que toman sus resoluciones. Brenda De Banzie, una linda y fina mujer, que necesitó llegar a la mediana edad para poder alcanzar el éxito en el cine, resulta excelente como la hija de irresoluble carácter que se avendrá de sorpresa en sorpresa, hasta dejar bien sentado que la autoridad se conquista con hechos y no con palabras.

Y con ellos, el inolvidable John Mills, tiene a su cargo al silencioso pero significativo personaje, Willie Mossop, al que quizás le salgan alitas y comience a demostrar que no es, ni mucho menos, lo que parece un cero a la izquierda. “Eres un genio haciendo botas- así lo describe Maggie-, lástima que seas un idiota en todo lo demás”. Pero cuando un hombre tiene a su lado a una mujer de Empuje -y Maggie lo es con mayúsculas-, hasta su lado menso puede llegar a esfumarse.

Colmada de mordaces diálogos; con una positiva puesta en escena que se hubiera merecido –¡esta sí!- un bonito technicolor; y en un ambiente social masculinamente conservadurista, pero femeninamente liberador, “EL DÉSPOTA” se convierte en otro notable acierto en la carrera del que ya es, sin duda, uno de los más significativos realizadores ingleses.

Título para Latinoamérica: “¿ES PAPÁ EL AMO?”
8
21 de marzo de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil en un mismo film compaginar toques de comedia, un cierto trasfondo crítico amparado en el personaje magníficamente interpretado por Laughton, amen de unos buenos y a la vez discretos toques musicales.
El personaje de Laughton, " El despota " , pese a ser como es llega a transmitirnos en algunos momentos de la película una cierta sensación de desamparo y parece como si el propio actor Británico se riera de si mismo amparandose en esos momentos. De hecho buena parte del metraje gira en torno al actor Ingles, incluso dando la sensación de estar en los momentos incluso en los que no aparece.
El resto del elenco está perfecto en sus caracterizaciones, en especial John Mills, que unos cuantos años más tarde volvería a ser usado por Lean en " La hija de Ryan ". Hay que fijarse como hace transicionar bien su personaje desde una especie de tontuna y servilismo inicial hacia una gran seguridad en si mismo.
La dirección es correcta, aquí Lean se limita a poner la cámara en función de la historia y de su propia esencia teatral.
Dentro de la filmografía del director Británico dicho film no queda enmarcado ni en sus superproducciones de tipo intimista como bien son " Doctor Zhivago ", " Lawrence de Arabia ", ni tampoco en las producciones más intimistas a secas, como " Breve encuentro " ó el desarraigado y poderoso drama " Los amigos apasionados ". " El déspota " junto a " La barrera del sonido " es una rara avis en su filmografía puesto que son films difícilmente enmarcables dentro de las 2 tendencias de Lean que acabo de comentar.
En general no hay que pasar desapercibidos los diálogos ni tampoco ciertos toques oníricos, producidos despues de la inmensa melopea de Laughton ( a tener en cuenta el momento dentro de esta borrachera en el que despotrica contra sus compañeros Masones ).
Todos estos motivos aquí citados no me hacen si no recomendar dicha película.
Un saludo, Efelson.
8
19 de mayo de 2020 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa e inusual comedia de David Lean, este director famoso por sus grandes superproducciones ( Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, El puente sobre el Río Kwai...), que aquí nos trae una adaptación de una obra teatral que él traslada a la pantalla con mucha habilidad y con un estilo muy personal.
La acción se sitúa en la época victoriana.
Charles Laughton, grande como siempre, viudo y con tres hijas, regenta una zapatería en una pequeña ciudad.
Aquí ya vemos los valores de la época. Machista, misógino, déspota, autoritario y clasista, es el típico reyezuelo en su pequeño imperio, explota y tiraniza a sus hijas y empleados que asumen por completo toda la carga del hogar y negocio, mientras él se corre las juergas y borracheras en el bar de la esquina.
Como buen tirano está ciego y no es capaz de ver la increíble labor que realizan sus hijas y sus empleados y, harto de los " excesivos" cuidados que le prodigan, quiere deshacerse de dos de sus hijas casándolas para quedarse con sólo una, la mayor, a la que cree poder manejar.
Y aquí entra en juego Brenda De Banzie. Con un increíble papel y una interpretación soberbia, se revelará como una mujer de bandera, inteligente y ambiciosa que, jugando las limitadas cartas que una mujer poseía en aquella época, tomará las riendas de su destino y sabrá moldear a los demás a su antojo consiguiendo triunfar en la sombra como titiritero oculto.
" Detrás de cada gran hombre hay siempre una gran mujer". Nada es más cierto en este film en el que Brenda hace y deshace a su antojo demostrando gran ingenio e intuición, sabiendo apreciar el potencial de su habilidoso empleado como zapatero, pero al mismo tiempo ignorante y pusilánime, casándose con él y convirtiéndose en su cerebro, al cual guiará en el camino del éxito.
Batacazo de Laughton, que descubrirá tardíamente que sin su hija no es nada y no tendrá más remedio que ponerse en sus manos.
La película contiene escenas muy originales y curiosas aunque también desorienta en ocasiones.
La comedia resulta algo irregular. A veces se pone muy graciosa y otras muy seria. No se sabe bien quién es el protagonista. A veces, parece que se prioriza la decadencia de Laughton, que no me parece lo más interesante, y otras, nos desarrollan el ascenso de De Banzie que, eso sí, resulta divertidísima.
Pero en conjunto resulta una película muy estimable, original y poco vista. Con escenas francamente deliciosas.
Muy, muy disfrutable.
8
8 de abril de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hobson’s Choise (El déspota), es una película dirigida por David Lean en 1953; ayudante de cámara en 1927, posteriormente montador le lleva hasta la dirección con sus primeras películas basadas en obras teatrales llevadas al cine para posteriormente dirigir su talentoso trabajo reflejado en aclamados títulos como las épicas Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia, o la magnífica Oliver Twist entre un selecto grupo de títulos que forman parte de la filmografía esencial del cine de todos los tiempos.

El guión que nos ofrece Lean, coescrito con Norman Spencer y Wynyard Browne sobre la obra de teatro de Harold Brighouse, nos ofrece un esplendido muestrario de la conducta humana desde el agradable filtro de la tragicomedia de la mano de un realizador bregado en géneros tan dispares como la sátira, lo bélico, el drama, lo fantástico, el romance, el melodrama, el cine de época, la infancia, la pobreza, lo judicial, la familia, la aventura, o la tragicomedia, género este último donde se desarrollan los contenidos de Hobson’s Choise, en un ejercicio de agridulces contrastes aderezados con inolvidables interpretaciones proporcionándonos algo más de una hora y media de verdadero placer visual.

Se trata de una película que nos da la oportunidad de poder disfrutar de una joya cinematográfica donde el equilibrio interpretativo, los encuadres, la fotografía, a cargo de Jack Hildyard, y la música de Malcom Arnold, roza la perfección en escenas sublimes de sorprendente contrahílo interpretativo y marcado interés cinematográfico donde los tempos, encuadres, luz, banda sonora y los silencios, se unen para contemplar algo tan eminente y complejo desde la sencillez aparente en el montaje, como la escena previa de unos recién casados en su primera noche de bodas a cargo de William Mossop (John Mills) y Maggie Hobson (Brenda de Banzie) ¡una delicia de secuencia que podría pasar a los anales paradigmáticos de la cinematografía cuando de expresar sublime incertidumbre se trata, ¡no se la pueden perder!

La guinda a esta excepcional película viene de la mano del gran Charles Laughton y su personaje cascarrabias Henry Hobson, en quien se concentra una gran dosis interpretativa a base de motivaciones acumuladas que le hacen ser bronco, autoritario, huraño y amigo de un selecto grupo de bebedores que no malgastan ni un segundo en ponerse al día sobre las noticias que la comunidad proporcionan, sobre todo si se trata de asuntos sensiblemente amorosos de los que el beodo Henry Hobson no tiene reparo en hablar, más, cuando se trata de sus hijas Maggie, Alice Hobson (Daphne Anderson) y Vicky Hobson (Prunella Scales).

Si Laughton es garantía de calidad junto a Mills y Brenda, podemos afirmar que lo completa un elenco de primeras figuras absolutamente creíble en sus respectivos roles; es como si Lean les hubiese encontrado la medida interpretativa a cada cual sin temor a equivocarse, de modo que vistos los resultados así parece que resulta del visionado de este maravilloso metraje para uso y disfrute de los buenos momentos cinematográficos que siempre son bienvenidos.
7
22 de abril de 2017 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy muy afín a la comedia (soy más de ciencia ficción) pero este filme me ha entretenido de principio a fin en sus 107 minutos de duración. Entrando en materia, la historia, como dice un compañero más arriba, es extraña. Pero no el sentido de que sea raro lo que nos cuentan, si no la forma en la que lo hace, y es que, la película, tiene una historia bastante jodida, pero el filme lo quiere convertir en una comedia (llegando al punto de tener que recordarnoslo en ocasiones con esos efectos de sonido para "ridiculizar" algunas escenas) y creo que choca bastante ese tipo de "doble sentido" en el que se maneja. Porque salvo el inicio, y algunas escenas contadas, la película no es graciosa, lo intenta, pero lo que ocurre no lo es. Aunque al inicio dije que me entretuvo aún siendo una comedia, creo que realmente me enganchó más por guión (que no es de comedia) que por ser graciosa.

Pero que quede claro que, aunque critique la "contradicción" de la película, la experiencia fue bastante buena. Maggi es un personaje malo, pero no en el sentido de mal escrito, si no que roza casi el papel de villano; las manipulaciones que realiza en la película para sus beneficios son increíbles. Prácticamente tiene a todo dios comiendo de su mano pero..me encantó. Me gustó que fue fuera tan ambiciosa, me gustó que no se resignara a seguir el papel de mujer de la época(actúa como una para de alguna forma ridiculizar dicha forma de actual) y hasta me gustó su "romance" con Will. Y hablando de Will, su desarrollo es cero (como el de todos los personajes) pero es un mensaje que era un alivio cómico al inicio pero que a su forma nos entrega un personaje algo entrañable. Y por último, pero no menos importante, el padre de las chicas, una caricatura de un hombre de época machista, pero con mucha fuerza cuando aparece en pantalla. Entre él, Will y Maggi, sostienen la película sin problemas.
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