Misión: imposible - Nación secreta
2015 

6,3
24.979
Acción. Thriller
Con la FMI disuelta y Ethan Hunt (Tom Cruise) abandonado a su suerte, el equipo tiene que enfrentarse contra el Sindicato, una red de agentes especiales altamente preparados y entrenados. Estos grupos están empeñados en crear un nuevo orden mundial mediante una serie de ataques terroristas cada vez más graves. Ethan reúne a su equipo y une sus fuerzas con la agente británica renegada Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), quien puede que sea o ... [+]
30 de enero de 2019
30 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La quinta entrega de Misión imposible confirma el vigor de la saga y va a más. Tom Cruise cincuentón sigue estando en forma y se encarga él mismo de rodar sin dobles la mayoría de escenas peligrosas. El prestigioso guionista Christopher McQuarrie demuestra su talento también para la dirección en una vigorosa historia de acción plagada de secuencias vertiginosas filmadas a un ritmo trepidante y con una trama digerible que mantiene el interés más allá de las cada vez más espectaculares escenas de acción. Sus responsables se lo han currado, se han gastado la pasta y han creado otro producto modélico, sin embargo y a pesar de todas sus bondades hay un problema grave de fondo y es que la película se olvida tan rápido como se ve.
En su afán de darle ritmo al tinglado todo está rodado a tal rapidez, con miles de planos por segundo, que apenas tienes tiempo de disfrutarlo. Escenas que han costado un dineral y semanas de planificación a penas duran unos pocos segundos en pantalla. Este tipo de films, irreprochables desde el punto de vista técnico, no quedan en la retina del espectador ni siquiera como un mero pasatiempo. En este sentido echo de menos aquellas películas de acción de antaño que siguen en el recuerdo porque veías lo que pasaba y lo disfrutabas más. Ahora la acción tiene un ritmo tan acelerado que no te da tiempo a asimilar nada de lo que ves.
En su afán de darle ritmo al tinglado todo está rodado a tal rapidez, con miles de planos por segundo, que apenas tienes tiempo de disfrutarlo. Escenas que han costado un dineral y semanas de planificación a penas duran unos pocos segundos en pantalla. Este tipo de films, irreprochables desde el punto de vista técnico, no quedan en la retina del espectador ni siquiera como un mero pasatiempo. En este sentido echo de menos aquellas películas de acción de antaño que siguen en el recuerdo porque veías lo que pasaba y lo disfrutabas más. Ahora la acción tiene un ritmo tan acelerado que no te da tiempo a asimilar nada de lo que ves.
31 de julio de 2019
31 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Junto con la última las dos mejores de toda la saga.
No sé con cual me quedaría, si con el talento narrativo de Brad Bird o con la cantidad de acción y referencias que nos regala McQuarrie (que ya me gustó en Jack Reacher donde también podemos encontrar a Cruise).
La mejor solución a este dilema será disfrutar de las dos.
Orden de la Saga hasta Aquí: 1) MI 4 y MI 5 - 2) MI 1 (1996). Las demás no son relevantes, no pasa nada si os la saltáis.
No sé con cual me quedaría, si con el talento narrativo de Brad Bird o con la cantidad de acción y referencias que nos regala McQuarrie (que ya me gustó en Jack Reacher donde también podemos encontrar a Cruise).
La mejor solución a este dilema será disfrutar de las dos.
Orden de la Saga hasta Aquí: 1) MI 4 y MI 5 - 2) MI 1 (1996). Las demás no son relevantes, no pasa nada si os la saltáis.
17 de enero de 2016
17 de enero de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Cruise sigue con su particular versión americana de James Bond, dirigida aquí por Christopher McQuarrie "Misión imposible: nación secreta" es más de lo mismo, acción bien filmada, interpretaciones justitas, guión inexistente y escenas difíciles de creer incluso para una película como esta, a esta saga le sigue faltando una buena dosis de humor e ironía. Cruise debería pasar página, olvidarse ya de esta saga y centrarse en otros proyectos, lleva demasiados años interpretando personajes similares que no aportan nada a su carrera, y lo que es más grave, al cine tampoco.
10 de agosto de 2015
10 de agosto de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ethan Hunt, "manifestación viva del destino", incansable corporal espadachín, experto en camuflaje y uso de armas, que todo lo puede, que hace factible lo irrealizable con sólo su empeño y coraje, osadía y firmeza, que para la presente aparición se ha reforzado con una estupenda y eficaz pareja de baile, tan potente, rítmica, atractiva y fascinante como el veterano protagonista, ambos -colegas a la fuerza, solicitados y abandonados por igual por sus respectivos paises-, forman un dueto espectacular, vivaz y carismático, la mejor baza, sin duda alguna, para continuar con esa tensión, intriga y explosivo entusiasmo que hace que el público se entregue, con voluntad y garantía, sin lamento ni reparos, al espectáculo ofrecido dado el pleno acierto de lo entregado.
Pues si algo es seguro con Tom Cruise, al margen de tu opinión reservada como actor hacia el mismo, es su dedicación plena, rendimiento absoluto y fruto magnífico de sus trabajos, especialmente cuando se trata de ocio y acción y, cuando la cinta en cuestión es producida por su propia productora pues su tesón, meticulosidad y deseo de lograr, la excelencia en su rendimiento y profesión, es clara y manifiesta.
Afianzado por un guionista-director, Christopher McQuarrie, tan volcado como el susodicho valiente y atrevido paladín, que ofrece un relato lleno de giros, contra-giros, volteretas, cambio de equipaje y alterna careta según se tercie la oportunidad y el momento, que lleva al límite de lo posible cualquier idea imposible que se le ocurra como misión, más su inseparable elenco de camaradas de aventura, obtenemos un conjunto sugerente, simpático, delicioso, veloz y dinámico que no permite relajación ni disminución de la adrenalina o éxtasis y, donde el papel supremo del honorable líder del FMI es compartido, con sabiduría y experiencia de ser ya cinco los años con dicho cargo, con una colaboradora británica que le va a la zaga, ya que calza la horma de su zapato con destreza, habilidad y puntería aunque, eso sí, calzado derecho pues ¡ellos conducen a la suya!
"Hemos cumplido nuestra parte y nos han dejado de lado..., les tiene sin cuidado que vivas o mueras", desesperación de lealtad puesta a prueba, tentación de abandonar y, por fin, ser total y merecidamente libre, ganacia siempre retribuida con tormento de misión donde se juega con la estima, la fidelidad y capacidad de obedecer da igual cual sea la orden, cuya base de la partida de ajedrez ofrecida es esa moneda de dos caras, ambas secretas, inexistentes y al margen del registro gubernamental que se enfrenta a su similar, de diferente reverso y opuesto objetivo, para ver quien de los dos puede más, si Caín o Abel.
Porque "hoy es el día en que la suerte del FMI se ha agotado", pasa a clandestinidad de supervivencia con la oficial CIA tras sus pasos -nada como la demostración de amor entre hermanos- y el Sindicato como máximo rival a perseguir, cazar y eliminar, un ellos o nosotros, con intrusa seductora que se mueve por ambas partes, para evidenciar la capacidad de este sufridor adalid para amoldarse y dejar espacio a un nuevo e interesante personaje que potencia, aún más si cabe, su magnífico esfuerzo y óptimo resultado.
Porque, otra cosa no, pero la cinta cumple con la tarea prometida, exquisitez de oficio realizado con conciencia de logro y valor de seguir innovando, respetando el clásico esperado, entretenimiento 100%, puede que largo en cierto momento y estado concreto donde, tanta ida y vuelta te ha llevado a confusión momentánea, pero cuyo desvío, receso y olvido desaparece casi instantánemane para recuperar la ruta electrizante de una actividad pura, de ejercicio desbordante y precipitado, un estupendo atropello de delirio incesante firmado por una calidad suprema de estilo, garra y buen hacer, magistral equilibrio de disfrutar de movimientos inimaginables, con estrategia rocambolesca y autenticidad de creencia de que los sueños posibles son, lo imposible sólo un juego de niños bien preparados y entrenados y, las fantasías actos al alcance de la mano.
"A grandes males, grandes remedios", Ethan y su equipo nunca han estado al borde del precipicio con peligro de caer y entrar en coma irreversible pero, si que es verdad que existía la curiosidad de comprobar cómo mantenía el tipo y sobrevivía al juzgador y sentencioso paso del tiempo; se confirma, lo ha hecho con arte rotundo de quien está por ser eficiente en su labor, voraz en su determinación y contundente en su resolución, billar de carambolas cuyas bolas entran con precisión en su correspondiente agujero, para amenizar con esplendor la velada y deleitar a la vista, con esa exactitud impresionante y accesible al tiempo, que mira encantada y abrumada la pantalla.
La saga sigue en forma, sin perder un ápice del espíritu que la vio nacer, sabe adaptarse, ceñirse a los tiempos y colaborar con la demanda solicitada, nación secreta trepidante y lustrosa que cumple con orgullo su mayoría de edad, más uno, que de vuelta a la primera fila del liderazgo de los blockbusters no deja de sorprender, encantar y maravillar, degustación de ser admirado pues esta fructífera relación empezó ya hace la friolera de 19 años y, ahí sigue, al pie del cañón, con confirmada entereza, aire renovado y una encerada locomotora, de motor añejo, que aspira con plenitud, renueva con energía, coge fuerza y sigue emocionando y dejando estupefacto a la audiencia.
"Matar para provocar el cambio", no ha sido necesario pues sigues enamorando, diviertiendo y animando el enrevesado, conspirador y extensivo mundo del espionaje, Tom Cruise; con placer, nos vemos en la próxima, besos y agradecimiento del ferviente público asistente.
No defraudas.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
Pues si algo es seguro con Tom Cruise, al margen de tu opinión reservada como actor hacia el mismo, es su dedicación plena, rendimiento absoluto y fruto magnífico de sus trabajos, especialmente cuando se trata de ocio y acción y, cuando la cinta en cuestión es producida por su propia productora pues su tesón, meticulosidad y deseo de lograr, la excelencia en su rendimiento y profesión, es clara y manifiesta.
Afianzado por un guionista-director, Christopher McQuarrie, tan volcado como el susodicho valiente y atrevido paladín, que ofrece un relato lleno de giros, contra-giros, volteretas, cambio de equipaje y alterna careta según se tercie la oportunidad y el momento, que lleva al límite de lo posible cualquier idea imposible que se le ocurra como misión, más su inseparable elenco de camaradas de aventura, obtenemos un conjunto sugerente, simpático, delicioso, veloz y dinámico que no permite relajación ni disminución de la adrenalina o éxtasis y, donde el papel supremo del honorable líder del FMI es compartido, con sabiduría y experiencia de ser ya cinco los años con dicho cargo, con una colaboradora británica que le va a la zaga, ya que calza la horma de su zapato con destreza, habilidad y puntería aunque, eso sí, calzado derecho pues ¡ellos conducen a la suya!
"Hemos cumplido nuestra parte y nos han dejado de lado..., les tiene sin cuidado que vivas o mueras", desesperación de lealtad puesta a prueba, tentación de abandonar y, por fin, ser total y merecidamente libre, ganacia siempre retribuida con tormento de misión donde se juega con la estima, la fidelidad y capacidad de obedecer da igual cual sea la orden, cuya base de la partida de ajedrez ofrecida es esa moneda de dos caras, ambas secretas, inexistentes y al margen del registro gubernamental que se enfrenta a su similar, de diferente reverso y opuesto objetivo, para ver quien de los dos puede más, si Caín o Abel.
Porque "hoy es el día en que la suerte del FMI se ha agotado", pasa a clandestinidad de supervivencia con la oficial CIA tras sus pasos -nada como la demostración de amor entre hermanos- y el Sindicato como máximo rival a perseguir, cazar y eliminar, un ellos o nosotros, con intrusa seductora que se mueve por ambas partes, para evidenciar la capacidad de este sufridor adalid para amoldarse y dejar espacio a un nuevo e interesante personaje que potencia, aún más si cabe, su magnífico esfuerzo y óptimo resultado.
Porque, otra cosa no, pero la cinta cumple con la tarea prometida, exquisitez de oficio realizado con conciencia de logro y valor de seguir innovando, respetando el clásico esperado, entretenimiento 100%, puede que largo en cierto momento y estado concreto donde, tanta ida y vuelta te ha llevado a confusión momentánea, pero cuyo desvío, receso y olvido desaparece casi instantánemane para recuperar la ruta electrizante de una actividad pura, de ejercicio desbordante y precipitado, un estupendo atropello de delirio incesante firmado por una calidad suprema de estilo, garra y buen hacer, magistral equilibrio de disfrutar de movimientos inimaginables, con estrategia rocambolesca y autenticidad de creencia de que los sueños posibles son, lo imposible sólo un juego de niños bien preparados y entrenados y, las fantasías actos al alcance de la mano.
"A grandes males, grandes remedios", Ethan y su equipo nunca han estado al borde del precipicio con peligro de caer y entrar en coma irreversible pero, si que es verdad que existía la curiosidad de comprobar cómo mantenía el tipo y sobrevivía al juzgador y sentencioso paso del tiempo; se confirma, lo ha hecho con arte rotundo de quien está por ser eficiente en su labor, voraz en su determinación y contundente en su resolución, billar de carambolas cuyas bolas entran con precisión en su correspondiente agujero, para amenizar con esplendor la velada y deleitar a la vista, con esa exactitud impresionante y accesible al tiempo, que mira encantada y abrumada la pantalla.
La saga sigue en forma, sin perder un ápice del espíritu que la vio nacer, sabe adaptarse, ceñirse a los tiempos y colaborar con la demanda solicitada, nación secreta trepidante y lustrosa que cumple con orgullo su mayoría de edad, más uno, que de vuelta a la primera fila del liderazgo de los blockbusters no deja de sorprender, encantar y maravillar, degustación de ser admirado pues esta fructífera relación empezó ya hace la friolera de 19 años y, ahí sigue, al pie del cañón, con confirmada entereza, aire renovado y una encerada locomotora, de motor añejo, que aspira con plenitud, renueva con energía, coge fuerza y sigue emocionando y dejando estupefacto a la audiencia.
"Matar para provocar el cambio", no ha sido necesario pues sigues enamorando, diviertiendo y animando el enrevesado, conspirador y extensivo mundo del espionaje, Tom Cruise; con placer, nos vemos en la próxima, besos y agradecimiento del ferviente público asistente.
No defraudas.
lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
9 de enero de 2016
9 de enero de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
212/14(25/12715) Quinta entrega de la saga impulsada por Tom Cruise, nada nuevo bajo el sol, argumento cortado por un patrón ya manido, conspiraciones internacionales que amenazan con destruir el mundo, espectacular (lo es) escena de acción pre-créditos, un héroe que al querer combatirla es marginado por sus superiores y que seguirá su misión al margen de la ley, ayudado por su fiel grupo, clásica escena del mensaje que se autodestruirá, en su objetivo recorrerá variopintos lugares por el globo terráqueo (en este caso Bielorrusia, Marruecos, Viena, Londres, Cuba o París), peleas ágilmente coreografiadas, alguna explosión, alguna vertiginosa persecución por carretera, infiltración en edificio súper-protegido, algún gadget super-guay, alianza forzada (chantaje) con el enemigo, juego de máscaras para sorprender al espectador (solo ocurre si hay algún despistado) y como guinda una persecución en el clímax final donde parece tener las de perder nuestro Ethan..., se me olvidaba, hay que meter al menos a una chica guapa que derive en tensión sexual entre el prota y ella, todo esto se cumple, pero sin nada más, todo exento de alma, de frescura, de mínima reflexión moral, la simple, superficial y eterna lucha del bien contra el mal, nada aporta al resto de la saga, una más que se perderá entre el montón de montones de cintas de acción. Basada en la serie de televisión de la CBS creada en 1966 por Bruce Geller y que se mantuvo en antena hasta 1973, comenzó su saga fílmica en 1996 con la notable cinta dirigida por Bryan DePalma, y conforme a avanzaron las secuelas su calidad ha discurrido de modo desigual, cada una dirigida por un realizador distinto y siempre muy por debajo de la primigenia, en esta ocasión es dirigida por Christopher McQuarrie, con el que Cruise ha hecho buenas migas tras “Jack Reacher” (2012), tanto que también realizará la siguiente parte de esta saga, guioniza junto a Drew Pearce (“Iron Man 3″)
Ethan Hunt (Tom Cruise), agente del FMI (Fuerza de Misión Imposible), dependiente de la CIA, está inmerso en probar y destrir a la poderosa organización criminal El Sindicato, el problema es que el director de la CIA, Alan Hunley (Alec Baldwin) no cree su existencia, y ante la rebeldía de Hunt decide disolver el FMI, pero Hunt, con la ayuda de los agentes William Brandt (Jeremy Renner), Benji Dunn (Simon Pegg), y Luther Stickel (Ving Rhames), continuará sus investigaciones, en las que se topará con la ambigua agente Ilsa faust (Rebecca Ferguson), que no se sabe de qué lado está. El Sindicato está dirigido por el siniestro Lane (Sean Harris).
Film de acción adrenalítico que se ve con la misma facilidad que se olvida, hay que empezar otorgando la licencia de suspensión de la realidad, y entonces tenemos una cinta entretenida y amena, pero que tras verla solo que da la escena de la carátula, la de Cruise colgado de un avión en vuelo, para la retina, y esto se da a los minutos de iniciarse, y la de la Ópera de Viena, el resto se quedan ágiles escenas envueltas en sensación de deja vú. La narración discurre de modo fluido, con una buena cadencia a la hora de meter escenas de acción, un pasarratos efectivo, pero a la hora de dejarnos un mínimo poso fracasa. Los personajes resultan bastante acartonados, los secundarios se quedan un cuasi-floreros, solo se salva de la vulgaridad Rebecca Ferguson, a estas taras se suma un villano ordinario, sin fuerza, sin carisma, sin capacidad alguna en el entente con Tom Cruise, estos defectos son coronados por un clímax final anticlimático, como si a los guionistas se les hubieran acabado las ideas. Seguramente a los que esperen más de lo mismo les entusiasmará, pero si esperan algo de sustancia les defraudará. Se tocan temas como la lealtad, la corrupción del poder, la ambición megalómana, son abordados de modo liviano, mera muleta sobre la que apoyar unas cuantas escenas de acción. La única nota de ambigüedad y complejidad la intenta aportar el personaje de Ilsa, pero me queda impostado, se ve a la legua de que pata cojea, no posee capacidad de punzar su pretendida dicotomía. Tampoco en su apartado de humor no queda bien parada, parcela adjudicada a al personaje de Simon Pegg, en este caso muy desdibujado, blandito, sin encontrar su sitio en el metraje. Es una cinta que en su tono banal provoca que adolezca de intensidad, de tensión, llegando por tanto la previsibilidad, y con ella la frialdad emocional del espectador. Al final te deja la sensación de más de lo mismo, una reiteración sin querer arriesgar mínimamente en algo distinto.
La puesta en escena como es de recibo para una superproducción es notable, con un estupendo diseño de producción de James D. Bissell (“E.T.”, “Jumanji” o “300”), rodando en escenarios de Londres, Marruecos, Austria y Malaysia, esto con la fenomenal fotografía del gran Robert Elswit (“Magnolia”, “Pozos de ambición” o “Buenas noches y buena suerte”), fulgurante en su cromatismo, y esto adornado por la inane música de Joe Kraemer (“Secuestro infernal” o “Jack Reacher”.
Tom Cruise cumple con su vitalista rol, demuestra estar en plena forma a sus 53 años, realizando la mayor parte de sus escenas sin dobles, demostrando un tremendo trabajo físico, aparte de esto se amolda bien a un papel sin aristas, sin dilemas morales, el héroe y punto. La sueca Rebecca Ferguson supera los niveles de rutina con una apreciable némesis de Ethan Hunt, intenta dar algo de relieve a un personaje que tampoco genera mucho. El resto del elenco secundario queda en una nebulosa, meras apariciones de relleno, un Jeremy Renner, que no tiene un solo momento de acción, parece que pasaba por allí y lo grabaron, un Simon Pegg capado de humor, un Ving Rhames que si aparece, pero no se que pinta, un Alec Baldwin con un papel bastante soso, haciendo de tipo que no se entera de nada, bastante cándido, y lo más peor un nefasto vi8llano en la figura de un soso Sean Harris, desprovisto de carisma alguno, no se le atisba personalidad. (sigue en spoiler)
Ethan Hunt (Tom Cruise), agente del FMI (Fuerza de Misión Imposible), dependiente de la CIA, está inmerso en probar y destrir a la poderosa organización criminal El Sindicato, el problema es que el director de la CIA, Alan Hunley (Alec Baldwin) no cree su existencia, y ante la rebeldía de Hunt decide disolver el FMI, pero Hunt, con la ayuda de los agentes William Brandt (Jeremy Renner), Benji Dunn (Simon Pegg), y Luther Stickel (Ving Rhames), continuará sus investigaciones, en las que se topará con la ambigua agente Ilsa faust (Rebecca Ferguson), que no se sabe de qué lado está. El Sindicato está dirigido por el siniestro Lane (Sean Harris).
Film de acción adrenalítico que se ve con la misma facilidad que se olvida, hay que empezar otorgando la licencia de suspensión de la realidad, y entonces tenemos una cinta entretenida y amena, pero que tras verla solo que da la escena de la carátula, la de Cruise colgado de un avión en vuelo, para la retina, y esto se da a los minutos de iniciarse, y la de la Ópera de Viena, el resto se quedan ágiles escenas envueltas en sensación de deja vú. La narración discurre de modo fluido, con una buena cadencia a la hora de meter escenas de acción, un pasarratos efectivo, pero a la hora de dejarnos un mínimo poso fracasa. Los personajes resultan bastante acartonados, los secundarios se quedan un cuasi-floreros, solo se salva de la vulgaridad Rebecca Ferguson, a estas taras se suma un villano ordinario, sin fuerza, sin carisma, sin capacidad alguna en el entente con Tom Cruise, estos defectos son coronados por un clímax final anticlimático, como si a los guionistas se les hubieran acabado las ideas. Seguramente a los que esperen más de lo mismo les entusiasmará, pero si esperan algo de sustancia les defraudará. Se tocan temas como la lealtad, la corrupción del poder, la ambición megalómana, son abordados de modo liviano, mera muleta sobre la que apoyar unas cuantas escenas de acción. La única nota de ambigüedad y complejidad la intenta aportar el personaje de Ilsa, pero me queda impostado, se ve a la legua de que pata cojea, no posee capacidad de punzar su pretendida dicotomía. Tampoco en su apartado de humor no queda bien parada, parcela adjudicada a al personaje de Simon Pegg, en este caso muy desdibujado, blandito, sin encontrar su sitio en el metraje. Es una cinta que en su tono banal provoca que adolezca de intensidad, de tensión, llegando por tanto la previsibilidad, y con ella la frialdad emocional del espectador. Al final te deja la sensación de más de lo mismo, una reiteración sin querer arriesgar mínimamente en algo distinto.
La puesta en escena como es de recibo para una superproducción es notable, con un estupendo diseño de producción de James D. Bissell (“E.T.”, “Jumanji” o “300”), rodando en escenarios de Londres, Marruecos, Austria y Malaysia, esto con la fenomenal fotografía del gran Robert Elswit (“Magnolia”, “Pozos de ambición” o “Buenas noches y buena suerte”), fulgurante en su cromatismo, y esto adornado por la inane música de Joe Kraemer (“Secuestro infernal” o “Jack Reacher”.
Tom Cruise cumple con su vitalista rol, demuestra estar en plena forma a sus 53 años, realizando la mayor parte de sus escenas sin dobles, demostrando un tremendo trabajo físico, aparte de esto se amolda bien a un papel sin aristas, sin dilemas morales, el héroe y punto. La sueca Rebecca Ferguson supera los niveles de rutina con una apreciable némesis de Ethan Hunt, intenta dar algo de relieve a un personaje que tampoco genera mucho. El resto del elenco secundario queda en una nebulosa, meras apariciones de relleno, un Jeremy Renner, que no tiene un solo momento de acción, parece que pasaba por allí y lo grabaron, un Simon Pegg capado de humor, un Ving Rhames que si aparece, pero no se que pinta, un Alec Baldwin con un papel bastante soso, haciendo de tipo que no se entera de nada, bastante cándido, y lo más peor un nefasto vi8llano en la figura de un soso Sean Harris, desprovisto de carisma alguno, no se le atisba personalidad. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Momentos recordables: Su tremendo arranque con Ethan Hunt colgando por fuera de un gran avión de carga en Bielorrusia (en realidad Kuala Lumpur en Malaysia); La escena en la ópera de Viena, claramente inspirada en la hitchcockiana “El hombre que sabía demasiado” (1956), solo que la del orondo director inglés era en el Royal alber Hall de Londres, con una fascinante coreografía y planificación de escenario, y todo adornado por la majestuosa música de la obra que se interpreta en el escenario, el aria Nessun dorma de la obra Turandot de Puccini; La persecución por Marrakech, se inicia en coche por las calles de la ciudad, para desembocar en una de motos por carretera (esta en Agadir en Marruecos también); La infiltración en la instalación súper-segura me ha generado un deja vú de sensación de otra vez lo mismo, pero peor.
En conjunto me queda un producto escapista, con la fecha de caducidad en el subconsciente cumplida cuando se termina la cinta. Fuerza y honor!!!
En conjunto me queda un producto escapista, con la fecha de caducidad en el subconsciente cumplida cuando se termina la cinta. Fuerza y honor!!!
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