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Pacto de sangre

Cine negro. Intriga. Thriller Un agente de seguros (Fred MacMurray) y la mujer de uno de sus clientes (Bárbara Stanwyck) traman asesinarlo para cobrar un cuantioso seguro de accidentes suscrito a sus espaldas. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
Críticas 189
Críticas ordenadas por utilidad
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8
8 de septiembre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando estás ante una de las obras cumbre del clásico género negro, pocas palabras bastan y menos si son tan torpes como las mías, aún así os pondré un poco en antecedentes.
El genio Wilder nos narra la historia, a modo de confesión, de un corriente vendedor de seguros que llegó al asesinato por la embriagadora influencia de una mujer y su sexy pulsera en el tobillo de la cual se enamoró perdidamente. La originalidad de la trama radica en que el inusual asesino usa todos sus conocimientos en materia legal de seguros para rentabilizar al máximo el asesinato de el pobre marido pringado de turno, pero irónicamente encuentra el mayor obstáculo para la realización de sus planes en su compañero y amigo, el sabueso contratado por la agencia de seguros donde trabaja para investigar los fraudes, el cual tiene un duende dentro de el que le avisa cuando algo no le cuadra, entre ambos amigos y el duende se producirán situaciones de progresiva tensión que llegará a ser insoportable para el protagonista a medida que se va percatando de que su amada, por la que lo ha arriesgado todo, es ni más ni menos que una de las más famosas mujeres fatales de la historia del cine.
10
6 de diciembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos llevamos dentro una película que nos cautiva y nos enamora, que nunca nos cansamos de visionar, la mía sin lugar a dudas es Perdición .Obra cumbre del genero negro y de la cinematografía mundial.
La única lastima es que el maestro Vienes no se adentrase en mas ocasiones en este genero pues demostró en esta sórdida obra dominar los cánones del genero a la perfección.
Me parece maravillosa desde la partitura inicial con esa música absorbente que nos presagia grandes emociones.
Todo es genial en esta historia de ambiciones desmedidas ,de esta tragedia de unos seres condenados a su trágico destino,un guión deslumbrante lleno de ingenio y de frases de doble sentido parido de las plumas de Raimond Chandler y Billy Wilder(no se llevaron bien pero nos dejaron un legado maravilloso en esta mágica obra).
La pareja protagonista genial especialmente la Stanwyck en ese papel que le venia como anillo al dedo de mujer fatal (una lastima que no le diesen el Oscar, se lo merecía).
Edward G.Robinson lo borda en su papel de jefe de seguros desconfiado ,aunque tampoco desmerece el resto del plantel con un Español incluso haciendo de camionero timador.
La cinta fue nominada a siete premios de la academia no le dieron ninguno aunque podría haberse llevado en justicia los siete.
En definitiva quien no haya visto todavía esta joya ya puede salir corriendo a verla pues su visionado para cualquier amante del séptimo arte es urgente y necesario.
8
7 de septiembre de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Billy Wilder es uno de esos (escasos) directores que han logrado combinar diferentes géneros (tan dispares como la comedia y la intriga) con soltura, contando también con el beneplácito de crítica y público. Perdición se inscribe dentro del cine negro y comienza con una confesión que podría dar al traste con el suspense de la película, ya que desvela, a grandes rasgos, por dónde transitará la misma. Sin embargo, ello no es problema alguno para que Wilder nos mantenga pegados a la historia, en la cual mezcla romance, obsesión y asesinato con agilidad y, sobre todo, atracción.

Quien realiza la confesión con la que se inicia la trama es Walter Neff (Fred MacMurray), un vendedor de seguros que se enamora (¿o sería más correcto decir encapricha?) perdidamente de Phyllis (Barbara Stanwyck), una mujer casada. La fijación de Walter es tan grande que será capaz de cualquier cosa con tal de satisfacerla.

Resulta especialmente interesante la atmósfera oscura y perturbadora (obra de John F. Seitz, director de fotografía) y la banda sonora, la cual ayuda a mantener la tensión. Además, la película se beneficia de las excelencias de su director (y su fluidez tras la cámara), así como de unos protagonistas cuya química y buena labor es más que evidente (de justicia sería también reseñar la química entre Fred MacMurray y Edward G. Robinson, quien interpreta a su jefe). Por todo ello, y a pesar de que el tema puede haber quedado algo desfasado, Perdición se erige como uno de los trabajos clave para entender el género.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Uno de los momentos que más me gustan es aquél en el que la cámara se centra, con un primerísimo plano, en Phyllis mientras su marido (Tom Powers) es estrangulado por Walter.
10
9 de septiembre de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya película!!! Sí señor!

Lo que hace una pulserita en el tobillo!

Una vez más una mujer manipuladora e inteligente, eso sí con una inmensa maldad y sin escrúpulos.

Es de estas películas que no te deja levantarte de la silla hasta que esté terminado el film.

A través del servicio de correo electrónico Filmaffinity, un usuario de esta web me dijo que iba a ver “Perdición”, la curiosidad me picó y me puse a verla, pues no me pesa, porque es una gran película, con una trama perfecta, unos diálogos inteligentes y con cierto ápice filosofal.

Queridos usuarios si leen esta crítica, háganme caso, no deje pasar un día más… No se arrepentirán, es una hora y media de film donde podrán disfrutar del mejor cine, cine inteligente lo catalogaría yo!

No quiero escribir sobre la película, solo dar mi opinión pues pienso que hay que verla y nada más!

Y cuidado hombres con las pulseritas en el tobillo, son un peligro.
Y a nosotras, mujeres… A la joyería a comprarnos una!!!

Vean, vean la película por favor y descubrirán porque lo digo!


Y como siempre… Gracias por leerme!


María
8
8 de noviembre de 2010 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe, y en ciertos aspectos está muy extendida, una filosofía primitivista, que nos recuerda que los primeros hombres carecían de la ambición obsesiva de la que se hace gala hoy en día, y, a pesar de los comienzos del trabajo manual, seguían viviendo adaptándose al medio, en lugar de adaptar el medio a sí mismos. Claro que, entonces, el arte estaba más relacionado con pintar búfalos en cuevas que con filmar adaptaciones de novelas, pero, de todas formas, el motivo por el que escribo esto aquí es más por el fondo que por la forma, y el fondo es el siguiente: se puede aprender muchísimo de nuestro pasado, y, de hecho, es la mejor forma de evolucionar, y Perdición es, sin duda, un gran ejemplo de esto, tanto por su fondo, como por su contexto.
Centrándonos en el contexto, el cine, al igual que el fútbol, ha cambiado mucho. No se puede comparar al Barça de Kubala con el Barça de Guardiola, al igual que no se puede comparar a Billy Wilder, uno de los más grandes del género noir, con Cristopher Nolan, porque ya solo con la mitad de los medios de los que puede disponer el segundo, el primero habría flipado. También se ha evolucionado mucho en técnica, en tratamiento de las películas y, por supuesto, en capacidad interpretativa (yo casi definiría una etapa pre Brando y una etapa post Brando en este aspecto), las historias piden más complejidad... hasta los créditos iniciales hay que saber hacerlos.
Sin embargo, por mucho que los actores de aquel entonces tuviesen todos la misma cara, las bandas sonoras no fuesen el culmen de la originalidad, a la historia se le hayan dado todas las vueltas de tuerca posibles o los avances técnicos hayan conseguido que las películas del pasado parezcan lo más falso del mundo, hay algo que no se puede copiar: como dice Gordon-Levitt en Origen, la inspiración es genuina. Llamadlo talento, inventiva, imaginación, capacidad... eso se tiene o no se tiene, y eso ni siquiera se puede aprender, solo puede uno maravillarse de que lo que está viendo es la obra de un verdadero artista. Aun así, hay que decir que al arte no le gustan los ídolos o los intocables, ya se llamen Coppola, Wilder, Van Gogh o Da Vinci. Es a nosotros (no a los usuarios de esta página, sino a todo el mundo) a quienes nos gusta crear ídolos en lugar de aprender de ellos, motivo por el cual hay usuarios que se dedican a fusilar críticas de otros usuarios porque en una ocasión dijeron algo negativo de su película favorita, o por el cual hay personas a las que no se les puede decir en voz alta que escuchar metal progresivo te parece un coñazo. Si aprendiésemos en lugar de endiosar, quizás podríamos evolucionar sin miedo. Ahí lo dejo.

Ahora vamos con el fondo:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Perdición (es curioso que Double Indemnity, que en realidad se traduce como indemnización doble, fuese traducido como perdición en el caso de la película y como pacto de sangre en caso del libro. Quizás no lo vieron lo suficientemente rimbombante) cuenta la historia de Walter Neff, un vendedor de seguros que conoce a Phyllis Dietrichson, la bella esposa de uno de sus clientes. Tras enamorarse, comienzan a tramar juntos la forma de asesinar a su marido y cobrar la póliza del seguro. En realidad, esta historia, recogida por James M. Cain, tiene su origen en un caso real mucho más chapucero, al que el señor Cain decidió adornar. He aquí el primer tanto para Wilder: supo transmitir la oscuridad de la novela a la perfección. He aquí el fondo: un hombre aprende de los errores cometidos, aunque sea después de muchos tropiezos.
Los personajes estan todos perfectamente construidos. Se nota a la perfección que detrás hay una novela (y ese es uno de los puntos a favor de las adaptaciones literarias, la excelente construcción de los personajes que permite la narrativa. Las excepciones suelen ser culpa del autor del libro, que ha sido incapaz de crear personajes con profundidad), y he de decir que esa excelente profundidad es lo que salva a MacMurray en esta película. En cambio, por algún motivo que se me escapa, la carga interpretativa de las películas antiguas recae sobre el plantel femenino, y esta película no es la excepción, con una maravillosa Barbara Stanwyck en su papel de femme fatale, y una para mí más maravillosa aún Jean Heather, que, aunque sale menos, yo creo que le echa más huevos. Aunque, para ser justos, también hay que destacar a Edward G. Robinson, que lo clava.
Como dije antes, la inspiración no se puede imitar, y aunque el arte evoluciona constantemente, el genio no es algo que cambie de manos. En la literatura existe el ejemplo de Tolkien, que escribió los libros que sentaron la base de la fantasía épica, y lo que entonces era nuevo, ahora ha sido copiado mil veces, y la historia se ha convertido en demasiado tópica; en la música, fueron los Beatles y los Rolling Stones los que sentaron las bases del grupo de rock, aunque ahora hay mil formaciones distintas pero iguales; en la arquitectura, fue el abad Suger el primero al que se le ocurrió que la abadía de Saint Dennis debía ser como una manifestación del cielo en la tierra, y surgió el arte gótico, a pesar de que lo de poner un techo a cuatro tablas ya estaba inventado de antes... por mucho que se imite y se evolucione, las genialidades son las que van a calar, y por mucho que se haya avanzado en complejidad técnica, argumental, interpretativa, musical... lo que sea, siempre nos van a quedar las obras de arte que fueron necesarias para llegar hasta esto.
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