Mortal Zombie (El regreso de los muertos vivientes 3)
1993 

5,0
1.187
Terror. Romance. Ciencia ficción. Comedia
Desesperado por la trágica muerte de su novia Julie Walker, Curt Reynolds se infiltra en una base militar donde se almacenan los tanques con muertos vivientes y expone el cadáver de su amada a la Trioxin 2-4-5. Tras resucitar, ambos jóvenes huyen a la ciudad, donde Julie comienza a actuar como zombie "come-cerebros"... y a provocar la aparición de más zombies peligrosos. Demasiado tarde, Curt se da cuenta de que ha desatado una ... [+]
10 de agosto de 2009
10 de agosto de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, me gusta.
Lo sé. Mi psiquiatra ya está trabajando en ello. Me ha dicho que seis meses de psicoterapia, electroshock y 200 mg diarios de Haloperidol bastarán. Volveré entonces y borraré el comentario…Si aún recuerdo mi pass.
Sí, ya sé que Yuzna no es precisamente Coppola y que su filmografía, hecha con cuatro duros y con guiones improvisados sobre servilletas del McDonald (de donde roba el kétchup que usa como sangre falsa), es pura “Serie B” (eso con suerte, las buenas). Pero, oye, hay que reconocerle que tiene un “algo”. Para empezar, el tipo, fuera bromas, en lo puramente técnico, es un director competente; quizás no sea capaz de rodar un plano-secuencia a lo Tarantino, pero sabe dejar la cámara donde toca y extraer interpretaciones fumables de sus actores (lo que es notable, teniendo en cuenta que normalmente los saca de debajo de algún viaducto).
Pero, sobre todo, lo que realmente lo salva de la quema y le da su punto de encanto, son sus obsesiones, sus eternos temas: la redención a través del dolor, la mutilación como fuente de autoconocimiento, la destrucción y degeneración física como consecuencia inevitable de la degeneración moral. Sí: enfermizo, grotesco, insano y bizarro y un poco Cronenberg. Ya os dije que me gustaba.
Vamos a la película:
Supongo que a alguien del estudio debió ocurrírsele que se podía estrujar un poco más la teta haciendo una tercera parte de “El Regreso de los Muertos Vivientes”, así que buscó un director de “género” más o menos competente y reconocido. El problema es que contrató a Yuzna y éste, como de costumbre, ignorando completamente el encargo, hizo lo previsible: utilizó los zombies (muy inteligentemente) como escusa para volver a masturbarse tras la cámara.
Y es que, ya te aviso: si lo que buscas es otra gamberrada con mucho humor socarrón y un poco de gore salchichero con la que echarte unas risas… Ésta no es tu película. Esto es una peli de Yuzna (por y para frikis), que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, utiliza la famosa “2,4,5-Trioxina” -único nexo con las anteriores partes-, para narrarnos lo que realmente le apetece: una historia de amor morbosa, necrófila y con su punto deliciosamente masoquista entre un niñato y su antropófaga novia muerta que, dicho sea de paso, está para comérsela–un chiste muy triste, lo sé-. Y todo narrado con absoluta seriedad: como si fuera Romeo y Julieta versión caníbal. Porque... Hay humor, sí, pero es humor al estilo Yuzna: sutilísimo y muy negro, soterrado y casi imperceptible (spoiler)
El resultado, ya te lo imaginarás, es irregular y no acaba de funcionar: demasiado “de zombis” para colar como melodrama y demasiado pretenciosa como para ser “una de zombis”. Sin embargo, aunque sólo sea por la originalidad (muy de agradecer), su regusto morboso y por un par de escenas que pasarán a la historia del erotismo enfermizo (spoiler), merece un visionado… o dos.
Lo sé. Mi psiquiatra ya está trabajando en ello. Me ha dicho que seis meses de psicoterapia, electroshock y 200 mg diarios de Haloperidol bastarán. Volveré entonces y borraré el comentario…Si aún recuerdo mi pass.
Sí, ya sé que Yuzna no es precisamente Coppola y que su filmografía, hecha con cuatro duros y con guiones improvisados sobre servilletas del McDonald (de donde roba el kétchup que usa como sangre falsa), es pura “Serie B” (eso con suerte, las buenas). Pero, oye, hay que reconocerle que tiene un “algo”. Para empezar, el tipo, fuera bromas, en lo puramente técnico, es un director competente; quizás no sea capaz de rodar un plano-secuencia a lo Tarantino, pero sabe dejar la cámara donde toca y extraer interpretaciones fumables de sus actores (lo que es notable, teniendo en cuenta que normalmente los saca de debajo de algún viaducto).
Pero, sobre todo, lo que realmente lo salva de la quema y le da su punto de encanto, son sus obsesiones, sus eternos temas: la redención a través del dolor, la mutilación como fuente de autoconocimiento, la destrucción y degeneración física como consecuencia inevitable de la degeneración moral. Sí: enfermizo, grotesco, insano y bizarro y un poco Cronenberg. Ya os dije que me gustaba.
Vamos a la película:
Supongo que a alguien del estudio debió ocurrírsele que se podía estrujar un poco más la teta haciendo una tercera parte de “El Regreso de los Muertos Vivientes”, así que buscó un director de “género” más o menos competente y reconocido. El problema es que contrató a Yuzna y éste, como de costumbre, ignorando completamente el encargo, hizo lo previsible: utilizó los zombies (muy inteligentemente) como escusa para volver a masturbarse tras la cámara.
Y es que, ya te aviso: si lo que buscas es otra gamberrada con mucho humor socarrón y un poco de gore salchichero con la que echarte unas risas… Ésta no es tu película. Esto es una peli de Yuzna (por y para frikis), que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, utiliza la famosa “2,4,5-Trioxina” -único nexo con las anteriores partes-, para narrarnos lo que realmente le apetece: una historia de amor morbosa, necrófila y con su punto deliciosamente masoquista entre un niñato y su antropófaga novia muerta que, dicho sea de paso, está para comérsela–un chiste muy triste, lo sé-. Y todo narrado con absoluta seriedad: como si fuera Romeo y Julieta versión caníbal. Porque... Hay humor, sí, pero es humor al estilo Yuzna: sutilísimo y muy negro, soterrado y casi imperceptible (spoiler)
El resultado, ya te lo imaginarás, es irregular y no acaba de funcionar: demasiado “de zombis” para colar como melodrama y demasiado pretenciosa como para ser “una de zombis”. Sin embargo, aunque sólo sea por la originalidad (muy de agradecer), su regusto morboso y por un par de escenas que pasarán a la historia del erotismo enfermizo (spoiler), merece un visionado… o dos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-El protagonista se da la vuelta y encuentra a su novia muerta (Julie) devorando los sesos de un tipo. ¿Y qué hace? Lo lógico: se arrodilla ante ella, le acaricia suavemente el hombro y, en el mismo tono en el que se recrimina a un perro que se lama el culo, le dice “¿Julie? ¡Julie, para!”. Sólo se echa en falta un “¡Buena chica!”.
-Nuestro “prota” (¡todo un tío!) se empeña en hacerle el amor a su novia (a la misma a la que ha visto comiéndose los sesos de un tipo media hora antes). Pues, ¡qué ternura!: Yuzna, el muy cachondo, nos ofrece un plano de él sobre ella, a lo suyo, mientras la pobre chiquilla, que echa miradas furtivas al cuello y cráneo del imperfecto, trata de mantener la mirada en el techo y se afana en atravesarse la mano de parte a parte con un trozo de vidrio - ha descubierto que el dolor le calma los impulsos caníbales-. Ella, por supuesto, gime salvajemente: de dolor.
-La chica, tratando de mitigar su hambre, y en vista que el dolor le alivia, comienza a perforar, desgarrar, mutilar y lacerar concienzudamente cada centímetro cuadrado de su cuerpo con todo objeto punzante que encuentra, convirtiéndolo en una exposición de ferretería. Cuando da por acabado el proceso, se nos presenta prácticamente desnuda, completamente cubierta de clavos, alambres y cristales que atraviesan cada pedazo de su carne incluidos sus pechos; convertida en una especie de versión celestial e increíblemente voluptuosa de un “cenobita”. ¡Dios lo bendiga por esa imagen, que alimenta mis más sucias fantasías!
-Nuestro “prota” (¡todo un tío!) se empeña en hacerle el amor a su novia (a la misma a la que ha visto comiéndose los sesos de un tipo media hora antes). Pues, ¡qué ternura!: Yuzna, el muy cachondo, nos ofrece un plano de él sobre ella, a lo suyo, mientras la pobre chiquilla, que echa miradas furtivas al cuello y cráneo del imperfecto, trata de mantener la mirada en el techo y se afana en atravesarse la mano de parte a parte con un trozo de vidrio - ha descubierto que el dolor le calma los impulsos caníbales-. Ella, por supuesto, gime salvajemente: de dolor.
-La chica, tratando de mitigar su hambre, y en vista que el dolor le alivia, comienza a perforar, desgarrar, mutilar y lacerar concienzudamente cada centímetro cuadrado de su cuerpo con todo objeto punzante que encuentra, convirtiéndolo en una exposición de ferretería. Cuando da por acabado el proceso, se nos presenta prácticamente desnuda, completamente cubierta de clavos, alambres y cristales que atraviesan cada pedazo de su carne incluidos sus pechos; convertida en una especie de versión celestial e increíblemente voluptuosa de un “cenobita”. ¡Dios lo bendiga por esa imagen, que alimenta mis más sucias fantasías!
15 de junio de 2008
15 de junio de 2008
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Recomiendo esta película porque tiene en mi opinión un componente dramático que logra imponerse en mitad de un torbellino de tópicos del género. La casquería suele ser siempre refrescante, la violencia de agradecer; al final acaban siendo siempre bienvenidas. Pero esta película no se caracteriza en ese aspecto o en el plano gore por ser más o menos generosa que tantas otras, y de hecho, es bastante contenida al respecto. Su vena sangrienta poco impacto causará a los verdaderos aficionados a este tipo de cine. Es su dimensión dramática la que la hace diferente. Salvando las distancias, me ha trae a la mente películas como “Trouble Every Day” de Claire Denis, o “Ginger Snaps”; aunque sea un poco.
El tema del romance queda bastante desaliñado porque creo que el personaje de él no tiene la fuerza que si tiene el de ella. Aunque haya que reconocer que, ya en la recta final, tanto el personaje de él, como la relación, cobran mayor dimensión. Sin pasar a los anales del cine, la figura de Julie llega a ser impactante. La impronta que deja sufre altibajos durante toda la película, que va desviando de continuo su atención hacia otros pormenores de la historia, pero cuando se alza ella protagonista y se pone en faena lo hace a base de bien, eclipsando a todos los personajes y toda la trama.
* La forma de desenvolver el personaje de Julie no cae en saco roto, no nos ciega ante las debilidades del film, pero tiene el suficiente impacto como para que las pasemos por alto, y el suficiente ímpetu como para dotar de alma a la película.
Otra cinta del género que esta me trae a la cabeza por sus tintes dramáticos es "El Día de los Muertos", aunque esta última la veo más equilibrada y elaborada, y su tono desoladoramente gris lo impregna todo, mientras que en "Mortal Zombie" es el personaje femenino el que carga con todo el componente trágico.
Pocas veces el cine de horror se detiene en las sensaciones y conmociones de los protagonistas, sus criaturas, y aquí si que tenemos algo de esto. El miedo de Julie, no a la muerte, no a hacer daño a su pareja, sino al cambio, a convertirse en una de esas cosas. Miedo a ser consciente del cambio una vez este se produzca, y que quede un resquicio de lo que se era antes, pues si nada conserva la transformación, esta siempre será muerte. La muerte no es más que uno de tantos cambios, solo que con un nombre desafortunado. A Julie le inducen la esperanza de que quizá haya una solución, y es brutal ver como se lanza por sus propios medios a intentar frenar el proceso, infligiéndose daño para no sentir hambre. Agarrarse al dolor para no evolucionar. Increíble su automutilación, convirtiéndose en una de las furias como intento desesperado de no acabar siendo algo peor; para protegerse y protegerle a él, de los demás, y de ella misma. Me viene a la cabeza una frase de la película “Sitcom” de Ozon, algo así como: “Si no puedo matarme, al menos déjame que sufra”.
El tema del romance queda bastante desaliñado porque creo que el personaje de él no tiene la fuerza que si tiene el de ella. Aunque haya que reconocer que, ya en la recta final, tanto el personaje de él, como la relación, cobran mayor dimensión. Sin pasar a los anales del cine, la figura de Julie llega a ser impactante. La impronta que deja sufre altibajos durante toda la película, que va desviando de continuo su atención hacia otros pormenores de la historia, pero cuando se alza ella protagonista y se pone en faena lo hace a base de bien, eclipsando a todos los personajes y toda la trama.
* La forma de desenvolver el personaje de Julie no cae en saco roto, no nos ciega ante las debilidades del film, pero tiene el suficiente impacto como para que las pasemos por alto, y el suficiente ímpetu como para dotar de alma a la película.
Otra cinta del género que esta me trae a la cabeza por sus tintes dramáticos es "El Día de los Muertos", aunque esta última la veo más equilibrada y elaborada, y su tono desoladoramente gris lo impregna todo, mientras que en "Mortal Zombie" es el personaje femenino el que carga con todo el componente trágico.
Pocas veces el cine de horror se detiene en las sensaciones y conmociones de los protagonistas, sus criaturas, y aquí si que tenemos algo de esto. El miedo de Julie, no a la muerte, no a hacer daño a su pareja, sino al cambio, a convertirse en una de esas cosas. Miedo a ser consciente del cambio una vez este se produzca, y que quede un resquicio de lo que se era antes, pues si nada conserva la transformación, esta siempre será muerte. La muerte no es más que uno de tantos cambios, solo que con un nombre desafortunado. A Julie le inducen la esperanza de que quizá haya una solución, y es brutal ver como se lanza por sus propios medios a intentar frenar el proceso, infligiéndose daño para no sentir hambre. Agarrarse al dolor para no evolucionar. Increíble su automutilación, convirtiéndose en una de las furias como intento desesperado de no acabar siendo algo peor; para protegerse y protegerle a él, de los demás, y de ella misma. Me viene a la cabeza una frase de la película “Sitcom” de Ozon, algo así como: “Si no puedo matarme, al menos déjame que sufra”.
8 de marzo de 2009
8 de marzo de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien está debajo en calidad comparada con la primera parte, es lo suficientemente mejor que la regular segunda entrega.
Esta cinta de terror zombi se renueva en su propuesta reciclando los tópicos y dándole un atractivo especial a la idea de base de la saga, ya que aparece aquí en esta tercera parte la utilización muy poco ética de los muertos vivientes como armas biológicas por parte de los militares.
Pero ello no es todo lo que ofrece como novedoso, sino que el filme es interesante porque se introduce el concepto del “humanismo” de los zombis con una fogosa historia de amor a pesar de la barrera de la muerte. Muy llamativo y novedoso resulta el concepto de que el apetito de devorar cerebros aquí puede ser controlado deliberadamente a través del dolor auto infligido, y por si fuera poco también se desarrolla –aunque de manera más liviana- el vacío afectivo en la relación paterno filial de uno de los personajes principales.
Todos esos elementos descriptos le dan al filme una base argumental bastante sólida como para que el producto sea algo más que una tonta cinta de zombis comiéndose humanos.
Ahora bien, claro que la película cae en licencias y absurdos propios del género, que se incurre en exageraciones que se alejan de toda lógica, pero el factor sobrenatural de fondo exige en ciertas ocasiones determinadas contemplaciones como para no analizar todo desde la razón. Aquí el filme es muy visceral y truculento y posee una adictiva ambientación estética, la cual se logra con muy buenos efectos especiales mecánicos y un más que llamativo maquillaje para darle vida a lo sobrenatural. También es menester mencionar el arreglo estético de unos zombis tuneados muy particulares que se alejan al menos desde lo visual a lo ya visto anteriormente. Pero además el director Brian Yuzna utiliza a la sensual californiana Melinda Clarke como su diva protagonista ya que la actriz cautiva la pantalla con su estética y su atractivo sexual.
En fin, una película interesante que sobresale de la media esperable para una cinta del subgénero zombi, y ello se da básicamente por darle algo de profundidad ética y sensible a la historia, por otorgarle un cariz absorbente desde lo visual, y por explotar a la perfección a la actriz principal para dar vida a una de las zombis tuneadas más sensuales que me tocara visionar en un filme.
Esta cinta de terror zombi se renueva en su propuesta reciclando los tópicos y dándole un atractivo especial a la idea de base de la saga, ya que aparece aquí en esta tercera parte la utilización muy poco ética de los muertos vivientes como armas biológicas por parte de los militares.
Pero ello no es todo lo que ofrece como novedoso, sino que el filme es interesante porque se introduce el concepto del “humanismo” de los zombis con una fogosa historia de amor a pesar de la barrera de la muerte. Muy llamativo y novedoso resulta el concepto de que el apetito de devorar cerebros aquí puede ser controlado deliberadamente a través del dolor auto infligido, y por si fuera poco también se desarrolla –aunque de manera más liviana- el vacío afectivo en la relación paterno filial de uno de los personajes principales.
Todos esos elementos descriptos le dan al filme una base argumental bastante sólida como para que el producto sea algo más que una tonta cinta de zombis comiéndose humanos.
Ahora bien, claro que la película cae en licencias y absurdos propios del género, que se incurre en exageraciones que se alejan de toda lógica, pero el factor sobrenatural de fondo exige en ciertas ocasiones determinadas contemplaciones como para no analizar todo desde la razón. Aquí el filme es muy visceral y truculento y posee una adictiva ambientación estética, la cual se logra con muy buenos efectos especiales mecánicos y un más que llamativo maquillaje para darle vida a lo sobrenatural. También es menester mencionar el arreglo estético de unos zombis tuneados muy particulares que se alejan al menos desde lo visual a lo ya visto anteriormente. Pero además el director Brian Yuzna utiliza a la sensual californiana Melinda Clarke como su diva protagonista ya que la actriz cautiva la pantalla con su estética y su atractivo sexual.
En fin, una película interesante que sobresale de la media esperable para una cinta del subgénero zombi, y ello se da básicamente por darle algo de profundidad ética y sensible a la historia, por otorgarle un cariz absorbente desde lo visual, y por explotar a la perfección a la actriz principal para dar vida a una de las zombis tuneadas más sensuales que me tocara visionar en un filme.
31 de julio de 2013
31 de julio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La saga de The Return Of The Living Dead aborda el tema de los zombies desde una perspectiva más lúdica y menos crítica que la de George A. Romero, de hecho su autoría corresponde al otro padre de lo muertos vivientes originales, John A. Russo. El punto de partida en la obra de Russo consiste en desmitificar algunos puntos imperturbables en las cintas de Romero (aquí los muertos revividos sí hablan y la mayoría de las veces es para exclamar “¡brrraaaainsss!”, tienen algo de cognición y nada parece detenerlos, ni siquiera las balas, el descuartizamiento o el fuego, puesto que los gases que desprenden sus cuerpos al ser cremados propagan el “virus”) siendo el principal de ellos, esclarecer el enigma medular que dejó Night Of The Living Dead: ¿qué es lo que ocasiona que los muertos revivan?, algo que Romero siempre se ha negado a responder y que Russo adjudica a un experimento del gobierno estadounidense para crear una arma biológica: ya es un sello distintivo en esta serie de películas de resucitados la aparición del tanque contenedor de 2-4-5 Trioxin que por descuido alguien abre y expulsa ese vapor que desata la epidemia. Si la primera de estas cintas, la de 1985 es la mejor de la franquicia –contiene escenas memorables como los contoneos de Linnea Quigley desnuda en el cementerio o cuando el medio cadáver de una mujer explica que comer cerebros alivia su dolor de estar muerta–, la segunda es la más torpe en cuanto a historia y se va más hacia el chiste fácil, es en su tercera entrega donde hay un giro temático, por decirlo de algún modo es más intimista y oscura aunque sigue siendo absurda y posee innumerables momentos ilógicos –o lógicos dentro de su ilógica lógica–, para decirlo bien es una película romántica de zombies –predecesora de ese fallido intento de innovación al género que posteriormente sería la insulsa Warm Bodies– y que remite de manera inmediata al mito de Orfeo y Eurídice: Curt y Julie son un par de adolescentes renegados en búsqueda de libertad, Curt vive bajo el yugo marcial de su padre quien es el mandamás en un centro del US Army en el que de manera secreta se experimenta con cadáveres para volverlos máquinas de guerra. No es muy difícil deducir qué es todo lo que sigue a partir de aquí y, sin embargo, lo más interesante es el curioso proceso de deshumanización por el que pasa Julie al momento de entrar en contacto con la sustancia química que la hace volver a la vida (inicia con una necesidad de punzarse la piel y perforarse para distraer con el dolor su apetito caníbal llevando esto al límite en su parte media) hasta hacerla ver efectivamente como una bestial máquina de guerra al estilo del Robocop de Verhoeven pero que en este caso se alimenta de carne viva para seguir subsistiendo y sólo se sensibiliza, se amansa, por las palabras de Curt; uno de los momentos mejor logrados (además de ese final donde las llamas dan un toque dramático precedido por una lograda escena de acción que involucra a otro zombie que porta un armazón metálico) es cuando luego de dejar un rastro de sangre así como unos cuantos zombies más en su paso por la ciudad y Julie es puesta en una jaula, sus captores (los científicos del ejército) como para confirmar que Julie ya no es quien Curt cree le han asignado, como si fuera una nueva y desconocida especie o una rata de laboratorio, el apelativo de espécimen 32. A pesar de tener un final rutinario, unas interpretaciones regulares y muchos baches en el guión The Return Of The Living Dead 3 es una interesante propuesta que viene a dar un extraño toque romántico necrófilo -y es hasta un buen estudio psicológico del tránsito por el que pasa un muerto reciente que es revivido hasta el estado en el que es gobernado sólo por el instinto de comer cerebros- a una saga que ya ha generado 4 secuelas y 1 documental pero que siempre ha vivido a la sombra de la magistral serie de películas de muertos vivientes creada por George A. Romero.
14 de enero de 2018
14 de enero de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yuzna es un director muy interesante desde que flipé con la magistral "Society", después me quede como estaba con "La novia de Re-animator" pero esta tercera entrega de la saga zombie me gustó bastante en aquellos años 90 cuando la vi al poco de su estreno.Logicamente carece del "feelin" y de la magia de sus dos predecesoras pero es una digna continuación con un argumento mas moderno y adaptado a la nueva década y a los nuevos tiempos del cine de muertos vivientes. La guapa Melinda Clarke realiza una gran interpretación como sexy muerta viviente y el papel de la legendaria malota Sarah Douglas también es bueno pero siempre me quedo con ganas de sea mas protagonista. La mala de "Superman II" y "V" los visitantes" se encarna en la coronel Sinclair encargada de supervisar los experimentos con los muertos encerrados en bidones. Quizá a la peli en general le falten un poco mas de efectos especiales y una manada de muertos terroríficos como en las dos primeras entregas, aun así hay algunas escenas gloriosas y muy gores que son una delicia. El papel de J.Trevor Edmond como novio de la chica zombie no me dice nada y es demasiado insulso, solo parece importarlo en toda la película que su pelito no se despeine. Que no falten los momentos cómicos que tan famosos hicieron a la mítica primera parte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cinta comienza con mucha acción en la que unos cientificos de una base militar han resucitado de nuevo mediante la trioxina a un famélico y horripilante muerto que la lía muy gorda comiendo los cocos de los pobres desgraciados que intentan reducirlo.El joven Curt es el hijo del alto cargo que realiza los experimentos y lo presencia todo escondido junto con su novia Julie. Después esta se mata en un desgraciado accidente de moto en el que el superviviente novio tendrá que llevarla a la base y resucitarla lo antes posible sin el permiso de su padre el coronel Reynolds. Es de un Gore y de un sadismo total las escenas en las que Julie se clava todo tipo de pinchos y clavos en el cuerpo para aliviar su hambre de sesos humanos convirtiéndose en una zombie metalera que está de muy buen ver. La sexy Melinda Clarke y su estética a lo zenobita de "Hellraiser" no tiene desperdicio al igual que la escena en la que Santos, un hampón chicano que quiere exterminar a julie se convierte en un zombi con una espina dorsal kilometríca. Las imágenes del kioskero chino sin la tapa de los sesos que se subleva dentro de una furgoneta tampoco tienen desperdicio. El final me deja frío con la muerte de la prota, no era para nada necesario por mucho que la pobre chica estuviera sufriendo lo indecible desde que resucitara. Yuzna tiene una mente brillante y Gore total para habérsela currado mas pues por mucho que lo haya intentado no le llega ni a la suela de los zapatos a la original de 1985.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here