MonkeyboneAnimación

A veces me indigna la nota de algunas películas, tanto para lo bueno como para lo malo. La película es ante todo divertida y eso es algo que la gente le cuesta entender, porque en mi opinión el cine es un entretenimiento.
Por otra parte la película es imaginativa, estoy seguro que si la hubiera dirigido Tim Burton la gente diría que es una obra maestra pero por desgracia no lo ha hecho (debía estar ocupado en ese año haciendo ese maravillo remake de 'el planeta de los simios').
La historia es divertida y la verdad es que los actores cumplen a la perfección sus papeles, Brendan Fraser del eterno majete un poco pardillo, Briget Fonda de la eterna indecisa con buen corazón y el mono haciendo de mono. Estilo Disney pero bastante entretenida, denle una oportunidad a pesar de la calificación el Filmaffinity

Me es inevitable mostrar mi indisconformidad de la puntuación expuesta para esta película, ya que si bién muesta el cambio de giro que toma la carrera de Brendan, la película en sí es muy divertida y original.
Se trata de la curiosa historia de una persona atrapada en un limbo plagado de extraños y pintorescos personajes, que si bién da la apariencia de película floja, infantil y prescindible, justo se trata de todo lo contrario, imprevisible, entrétenida y con un buén puntito de humor negro, lo cual me hace considerarla (en lo personal) como una pequeña joya de culto.
Aunque Filmaffinity no lo haga, yo si que la recomiendo.

Fraser siempre apostando por producciones diferentes, esta casi fue una de las más logradas, pero sin llegar al éxito. Lo mejor del film la originalidad. La trama es más compleja de lo que normalmente se espera en este género, y el frenético ritmo de la cinta, junto con los planos, personajes y la obvia presencia de la tijera de la censura, conspiran para robar coherencia a la historia, y convertir a la película en una serie de secuencias tremendamente imaginativas y divertidas, pero carentes de sentido como parte de una historia estructurada. Al mono lo terminas odiando y no termina de enganchar. Con una estética a lo tipo Burton bastante conseguida.

'Monkeybone' tiene una rara particularidad.
Da la sensación de que podría haber sido algo memorable, si alguien hubiera sido capaz de poner en orden las desiguales piezas que la forman.
Un actor en estado de gracia, un mono compinche malhablado y gamberro, ambos perdidos en un submundo de creaciones stop-motion tan extrañas como imaginativas: aquí había una historia, y alguien se ha olvidado de traerla.

De entrada, está el interesante mensaje de que la creación no aterriza muy lejos del creador: Stu y Monkeybone son en realidad dos almas gemelas, parientes de la misma tontería, que han tenido la eventualidad de compartir un coco para que el primero pueda convertirle en estrella de los dibujos animados.
Pero todos maduramos, y Stu está a punto: con una novia a la que quiere, no necesita todo el aparato de marketing que el insidioso mono despliega a su alrededor, como recordando constantemente que todo se lo debe a él.
Es inteligente, de hecho, convertirle en los primeros minutos en una especie de fuerza sutil, pues la sonrisa inequívocamente malévola del mono se despliega en pósters, muñecos y botes hinchables, en cada esquina en la que Stu pueda llegar a escaparse.

Será después, en el Bajo Mundo, tras un accidente, donde Stu se vea las caras con su creación, y descubra cuán lejos están de entenderse uno con el otro.
Es a partir de ahí donde, lentamente, la historia va perdiendo foco y parece simplemente querer ser un muestrario de situaciones bizarras, con personajes imposibles, de las más insospechadas formas. Una gatuna Rose McGowan capta nuestra atención, y es un crimen dejarla pasar solo para hacer más espacio a la tontería desatada entre cíclopes, minotauros y demonios patizambos.
Brendan Fraser parece haber sido desafiado a ver cuántos idiotas totales es capaz de interpretar, y todo da vueltas a su alrededor tratando de acomodarse a él, pero a la vez con ganas de, se nota, hacer lo que le da la gana: como si alguien estuviera detrás conjurando esta imaginería fantástica con gusto, con la única condición de que el actor esté en el plano.

Así, quedan por el camino fantasías pesadillescas y personajes curiosos, que no llegan a calar porque Stu tiene que irse a otra parte, y deprisa.
Parecería incluso que su tercer acto es una excusa gigantesca para que Brendan Fraser interprete al personaje más imbécil que sea capaz, mientras de fondo se desliza una mal desarrollada subtrama acerca de madurar, no dejando las infantilidades atrás, sino sabiendo cuándo deben ser libres.
Es bien poco, pero es algo, si se consigue sobrevivir al caos de género entre comedia, truculencia e imaginación.

Merece la pena por el mundo, Bajo Mundo, que crea, y quizás también por la afirmación, tan cierta como gamberra, de que debajo de todos nosotros existe nuestro Monkeybone, pidiendo salir para darnos caña.
Aunque es una lástima que todo lo bueno que tiene nunca luche por encontrarse para crear algo mejor.

Creo, sinceramente, que es una de las peores películas, si no la peor que he visto en toda mi vida.
Papel nefasto de Brendan Fraser; un monkeybone que le pone a uno de los nervios.
Para mi gusto, una sosa y aburrida producción que nunca debió rodarse.
Algunas escenas son de un gusto que le revuelven a uno el estómago. Cómo se nota cuándo hay dinero, si lo gastan en cosas como esta.
En fin, no recomiendo verla en ningún caso, ya que es perder totalmente el tiempo y la dignidad.