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Héroe de sangre

Bélico. Drama 1917, en la colonia francesa de Senegal. Bakary se alista en el ejército francés para quedarse con Thierno, su hijo de 17 años, reclutado contra su voluntad. Juntos, padre e hijo deben luchar la Primera Guerra Mundial en el frente en Francia, un país que no conocen y por el que Thierno está dispuesto a dar su vida. Bakary se embarca en una carrera intensa e infernal para salvar a su hijo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
10 de junio de 2022
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Denuncia y drama paternofilial

En una lejana aldea de la colonia francesa de Senegal, Bakary (Omar Sy) y su hijo Thierno (Alassane Diong) no pueden evitar oír un rumor desconcertante: el ejército galo está llevando a cabo un alistamiento forzoso de soldados en la zona. Necesitados de efectivos durante la I Guerra Mundial, recorre las aldeas para suplir las bajas de manera urgente. Comienza así una huida infructuosa que conduce a padre e hijo a los prolegómenos de la batalla de Verdún: el primero seguirá al segundo en un intento de protegerlo de los horrores bélicos.

Gracias a Father and Soldier (Tirailleurs), descubrimos la desconocida historia de los numerosos soldados africanos que se batieron en las trincheras francesas. Muchos de ellos no hablaban siquiera francés, y se comunicaban solamente con aquellos que conocían sus lenguas locales. No es el caso de los protagonistas, que alcanzan la consideración de los oficiales al mando.

Sin embargo, mientras que Bakary busca siempre una escapatoria del conflicto, su hijo comienza a despuntar en el ejército, hasta el punto de que es ascendido y pasa a un rango superior al de su padre. Se plantean de este modo cuestiones interesantes como la naturaleza del amor a la patria y los métodos coloniales franceses, en boga hoy en día.

*Un mensaje demasiado claro

Asesinatos, robos, traiciones... El guion de Father and Soldier (Tirailleurs) alcanza las cotas más altas cuando sus personajes se dejan llevar por la barbarie de una guerra que parece no tener fin. Tanto Bakary como Thierno traicionan sus valores en su defensa de la familia, por un lado, y de la patria francesa, por el otro. Enfrascados como están en sus objetivos, la contraposición de ambos al término de sus luchas conduce a una colisión que, desgraciadamente, no despierta las emociones que debería. Todo va encaminado hacia una catarsis fácilmente previsible, y por lo tanto carente de intensidad.

El film sirve en última instancia como homenaje a todos los soldados que murieron sin poder ser identificados, honrados bajo el Arco del Triunfo de París en la tumba del soldado desconocido. Sin restar relevancia a tal recordatorio, es cierto que no debemos ampararnos en él para elevar la obra a un nivel que no alcanza. Aún así, reúne una serie de aciertos, como un adecuado diseño de producción, una fotografía oscura que refleja la sordidez de la contienda, o un atractivo uso de la cámara en movimiento.

*Conclusión

Father and Soldier (Tirailleurs) funciona mejor cuando reflexiona sobre las relaciones paternofiliales y el sacrificio moral que exige la guerra. En el momento en que se propone ser un homenaje a los soldados caídos en combate, pierde su atracción y cae en la sensiblería fácil. De todas formas, hay que reconocerlo: merece la pena descubrir una faceta desconocida de la I Guerra Mundial, la valentía de los soldados africanos que debieron luchar por un país que no era el suyo.

Escrito por Antonio Cano Márquez
Cinemagavia
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12 de junio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bienintencionada, honesta y digna película, que refleja un hecho histórico, que todavía hoy en día es un hecho no poco vergonzante en la historia de Francia. La utilización de pobres gentes de raza negra que fueron secuestrados por el Ejército Francés para que tomaran parte en la II Guerra Mundial, causando grandísimas bajas entres sus filas.

En esta ocasión se toma de partida una historia ficticia pero que bien podría haber sido cierta y quién sabe si en realidad no se dio, el que un padre se haga soldado para estar junto a su hijo y tratar de salvarle a cada momento para, si puede ser, juntos regresar sanos y salvos a casa.

Pero, dejando aparte el argumento en sí y centrándonos en las cualidades cinematográficas del film, he de comentar que en gran medida me ha decepcionado. Realmente no sé qué esperaba de ella, pero me ha parecido falta de intensidad dramática, muy esquemática y en alguna medida incluso algo fría. Y para la historia narrada creo que se requería una mayor pulsión y fuerza en la narración. Pero es evidente que Vadepied ha escogido el ritmo lento y la profunda reflexión para dotar de un mayor credibilidad a la historia. Más contención y menos efectismos.

Pero lo que ha conseguido, al menos en lo que a mi respecta, es incluso llevarme al tedio en algún tramo.
Con todo, técnicamente es irreprochable, sobre todo en el apartado de la banda sonora y de la fotografía.

Me ha dejado a medias.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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16 de junio de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francia ha tenido sus pecados históricos cometidos en tiempos no tan lejanos. Al igual que en obras francesas de calado para arremeter contra el antisemitismo en los años ‘40 como en “Adios, señor Haffmann” (2021), de F. Cavayé. Esta cinta ha pretendido ser una crítica con los abusos coloniales franceses y el reclutamiento forzoso en África de soldados para la I Gran Guerra: los “tirailleurs”.

La película empieza en 1917 con Bakary (Sy) y su hijo de 17 años Thierno (Dong) en su país de origen, Senegal, donde trabajan conduciendo su ganado como pastores de vacas. Son sabedores de que el ejército francés ha estado secuestrando a jóvenes senegaleses y enviándolos a Europa para luchar por Francia en la I Guerra Mundial.

Mientras padre e hijo intentan escapar del reclutamiento obligatorio, Thierno es arrestado y obligado a dejar a su familia para una guerra que no es la suya en un país que no conoce. El padre se alista voluntario para seguir a su hijo y cuidarlo. "Pase lo que pase, no nos separamos", le dice el padre a su hijo.

Desde el primer día que llegan a Europa, Bakary busca constantemente una salida, pero sin dinero para sobornos están atrapados. El teniente blanco Chambreau (Bloquet) toma a Thierno bajo su protección y comienza a adoctrinarlo para que crea que luchar por Francia es lo mejor que puede hacer en la vida.

Todo esto hace que Thierno comience a inflarse de espíritu patrio-francés y empiece a desafiar a su padre, mientras comienza a disfrutar de la libertad y de la autoridad que conlleva su nuevo rango de cabo. Bakary hace todo lo que puede para que no maten a su hijo.

La película abrió Un Certain Regard en el Festival de Cannes, lo cual tiene un doble mensaje: por un lado, para ensalzar la memoria de los africanos que acabaron enamorándose de Francia; y por otro lado en honor a la celebridad mundial francesa que es Omar Sy.

La dirección Mathieud Vadepied es aceptable y combina escenas de acción con momentos íntimos y familiares. El problema es el guion de Olivier Demangel y el propio Vadepied, que no explica bien cómo los personajes procesan los efectos del trauma del secuestro-reclutamiento. Tampoco explora la severidad del imperialismo francés.

Un filme de amargas verdades (a medias), sobre la torpeza de buscar valor en el fragor de la batalla o la imposibilidad de proteger a nuestros hijos de las realidades del mundo. Una película que no llega a donde tal vez habría pretendido.

En el reparto, Omar Sy es la estrella a la película y hace un rol de hombre osado como patriarca preocupado. Pero con un tono excesivamente melodramático, y resta a otros personajes africanos, lo potencialmente conmovedor de sus actuaciones. Sy y Alssane Dong (el hijo) ofrecen lo mejor de su oficio, buenas actuaciones. Junto a ellos un largo reparto donde destaca Jonas Bloquet, bien como el oficial blanco.

La música del compositor franco-griego Alexandre Desplat (que tiene dos Oscar en su haber) acompaña la emotiva y trágica historia de los protagonistas y la envuelve con notas graves y absorbentes, música lóbrega que le viene muy bien a la historia. Magnífica la fotografía del venezolano Luis Armando Arteaga, que capta el contraste entre los paisajes de Senegal y los campos de batalla en Francia.

Estupendo diseño de sonido, pieza fundamental que ayuda a favorecer un tanto la experiencia inmersiva que el guion apenas roza. La película tiene un sonido nítido y limpio, cada explosión, disparos, golpes, tropiezos y otros elementos de la guerra, se escuchan y se sienten.

Película, en fin, que toca conceptos delicados sobre un capítulo oscuro en la historia de Francia, pero que no está interesada en profundizar en ello, o mejor dicho, no se entrega a reflexionar e incluso criticar con el rigor que merecen, estas lacras del pasado colonial galo.

Vadepied abandona los argumentos que abre y establece, no las penurias y el dolor de un ejército de jóvenes secuestrados, sino más bien el cuento de un vínculo padre-hijo, algo que hemos visto docenas de veces antes y en historias más cándidas.

Puede que en el futuro aparezcan películas sobre este tema modeladas por cineastas que puedan elevar esta temática tan peliaguda a un mayor nivel de análisis histórico; o sea, más críticos. Pues esta acaba celebrando el valor y el sacrificio de los tirailleurs senegaleses, que fue el cuerpo colonial de infantería del ejército francés reclutado a la fuerza para ir en vanguardia y poner el cuerpo nada más salir de las trincheras. O sea, carne de cañón.

Sólo cuando aparecen los créditos finales, el filme trae un mensaje conmovedor sobre la responsabilidad por los horrores que Francia cometió durante la guerra, reconociendo a los soldados olvidados de las colonias africanas. Para llegar a esta terrible y vergonzante conclusión, han pasado ya 109 minutos, muchos de ellos de relleno y dedicados a asuntos bastante secundarios.

Así y todo, tal vez algunos espíritus sensibles se sientan afectados por los momentos finales. Si algo impacta es, no tanto el escenario, las tropelías de la Francia de la época ni los abusos hacia la población africana. Lo que puede impactar es la angustia que expresan los ojos de Sy cuando observa en su rol de Bakary que, como senegalés, está en una guerra ajena, lo cual pone en peligro la vida de su amado hijo.

Publicado en revista ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/padre-y-soldado-2/
Kikivall
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15 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
TIRALLEURS – PADRE Y SOLDADO
Los “escaramuzadores”, los de la avanzadilla en el campo de batalla.

Esta es una película que, intentando hacer un ejercicio descomunal de ambientación, no logra del todo sumergirse en la atmósfera de la I Guerra Mundial, quizás porque ya tenemos otras referencias de películas, con mayores presupuestos, que cuidan hasta el extremo esos detalles. No obstante, esta película sí consigue meterte dentro de las trincheras de 1917, con el barro y las ratas, con los uniformes, del tejido de la I Guerra Mundial, los aperos de cuero, las cantimploras, las armas… aunque se echa de menos más bigotes en “les poilus” y las bayonetas, ausentes.
(Poilu es, en argot, cómo se llamaba a los soldados de infantería franceses en la IGM, literalmente “peludos”, por su remarcable y habitual bigote)

La película no necesita mucha explicación histórica, porque eso ya lo encontramos en otras películas, sino que su pretensión es contar, por un lado la relación paterno-filial de dos soldados, uno de ellos, el padre, que quiere volver a toda cosa a su casa, a su tierra, en Senegal, y el otro, el hijo, que al hablar francés, descubre otro mundo y le conquista el tener poder, integrándose en el mundo de la ambición.

La originalidad de la película, en su faceta histórica, es la lengua hablada, casi siempre wolof, y el mostrar cómo reclutaba Francia a jóvenes negros en sus colonias de África: haciendo capturas de jóvenes entre los poblados, esclavos arrancados de África y obligados a combatir en una guerra que no era la suya, más tarde reclutados con sueldos casi miserables (entre 70 y 20 francos) que se robaban entre las tropas, y promesas de que si defendían a esta su nueva patria se convertirían en verdaderos franceses a los que se respetaría. Falsas promesas, sacrificios de unos jóvenes secuestrados de sus aldeas, desarraigados de sus familias y tierra, denominados entonces “indígenas”, para colocarles de avanzadillas ("les tiralleurs senegalaises" – escaramuzadores, aunque no sólo había de Senegal, sino del resto de colonias francesas) en el frente, luchando y defendiendo una tierra en la que se les prometía ser considerados héroes y que, al final y realmente, la forma de considerarles ha sido en homenaje al soldado desconocido.
AngelsRup
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9 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Padre y soldado" se incorpora al listado de recientes películas ambientadas en el contexto de la Primera Guerra Mundial, como "1917" (Sam Mendes, 2019) o "Sin novedad en el frente" (Edward Berger, 2022). No obstante, toma distancia respecto de estos grandes éxitos y profundiza en el conflicto desde un punto de vista particular: el del colonialismo francés presente a inicios del siglo XX.

Mathieu Vadepied construye un relato bélico rehuyendo la guerra como espectáculo y el campo de batalla como escenario exclusivo de la acción descarnada. El director plantea las escenas de combates como hechos puntuales, sin recrearse en ellos, y reenfocando el conflicto desde lo interpersonal. El argumento navega por el impacto individual de semejante contienda y su afectación, sobre todo, en aquellos obligados a defender un país que les es totalmente ajeno.

Entre este planteamiento, sobresale la aproximación a la figura paterna. El personaje de Bakary (Omar Sy) demuestra en su lucha incansable por proteger y cuidar a su hijo Thierno (Alassane Diong), cómo el amor de un padre no entiende de riesgos ni fronteras y, mucho menos, de rendiciones. Contrariamente, el rol del general Chambreau (François Chattot) se postula como un modelo completamente opuesto y contrasta con el protagonista por su cobardía, su despreocupación hacia su hijo y su frialdad al rendirle honores cuando es demasiado tarde.

Con un guion sencillo, la historia desvela intencionadamente desde el comienzo hacia dónde se dirige y prepara al espectador para que no se centre solo en el desenlace, sino en todo el viaje. De esta forma, en su conjunto, y acompañándose de la voz en off de Bakary, la cinta se convierte en mensaje de ultratumba que da voz a los que no la tuvieron en su momento. Mathieu Vadepied ficciona un fragmento de realidad para hacer justicia a la memoria de aquellos a quienes se enterró en el anonimato y evitar así que caigan en el olvido.

www.contraste.info
Revista Contraste
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