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España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 2.004
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
21 de mayo de 2024
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Película que se sumerge en el corazón del género western, ofreciendo una narrativa que mezcla la leyenda y la realidad histórica. La película, dirigida por Joseph M. Newman y estrenada en 1959, se centra en la figura de Bat Masterson, interpretado por Joel McCrea, quien tras un incidente en el que mata a un hombre en defensa propia, se ve obligado a huir y termina en Dodge City.

En Dodge City, Bat encuentra a su hermano como sheriff, pero tras un trágico tiroteo, su hermano muere y Bat es elegido para tomar su lugar.

La película explora los dilemas morales y las responsabilidades que conlleva ser el sheriff de una de las ciudades más turbulentas del oeste americano. A través de su lente, “El Sheriff de Dodge City” ofrece una visión irónica y a veces crítica de la leyenda del oeste, mostrando la delgada línea entre la ley y la justicia por mano propia.

La actuación de McCrea es sólida, y su química con el resto del elenco, incluyendo a Julie Adams y John McIntire, es notable. La película también destaca por su dirección artística y su fotografía, que captura la esencia áspera y polvorienta del oeste. Película que resulta ser una pieza interesante para lo que somos aficionados al género.

Si bien abríase podido imaginar un guion más sólido que el de Martin Goldsmith y Daniel B. Ullman, incluso de un desarrollo más profundo de los personajes secundarios, sin embargo, la historia principal es atractiva y bien ejecutada, con momentos de tensión y acción bien dosificados que mantienen al espectador enganchado hasta el final.

En resumen, estamos ante un western que, aunque no revolucionario, ofrece una mirada introspectiva de los héroes y villanos del viejo oeste, y proporciona una experiencia cinematográfica que es tanto entretenida como reflexiva.

Interesante peli con historias de honestidad, dilemas morales, como el que sostiene a un muchachpo oligofrénico que ha matado a un hombre y al que quieren colgar; y en fin, hay también amor, con algunas indicaciones sobre a quién ha que elegir como pareja.
Kikivall
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7
21 de mayo de 2024
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Parece que el actor y director británico Kenneth Branagh se ha aficionado al bigotito afilado de Hércules Poirot, lo cual que, con libreto de Michael Green, ha llevado a la pantalla otra novela de Agatha Christie, Hallowe'en Party (en español: Las manzanas).

Recuerdo que la primera adaptación de Branagh de la conocida escritora británica fue Asesinato en el Orient Expres (2017), seguida de Muerte en el Nilo (2022), ambas exitosas en crítica y recaudación.

Dirigida e interpretada por Branagh, el famoso detective Poirot se enfrenta a un caso de asesinato en una mansión veneciana donde se celebra una sesión de espiritismo. El filme introduce un giro al género de terror y apostando por una atmósfera gótica y sobrenatural: escenario de Halloween y una atmósfera espeluznante y claustrofóbica.

Es la Venecia post Segunda Guerra Mundial. Poirot está retirado y vive su particular exilio, donde emplea al expolicía Vitale (Riccardo Scamarcio) como su guardaespaldas personal y para quitarse al público de encima.

Pero su amiga, la autora estadounidense de misterio Ariadne Oliver (Tina Fey), en un encuentro con él acaba persuadiéndolo para que la acompañe a una sesión de espiritismo de Todos los Santos. Presenta la sesión la reconocida cantante de ópera Rowena Drake (Kelly Reilly), quien ha reclutado a la médium Joyce Reynolds (Michelle Yeoh) para contactar con el espíritu de su hija, ahogada en circunstancias misteriosas atribuidas a espíritus inquietos.

Después que Hércules deje claro su escepticismo sobrenatural, se produce un asesinato que saca a nuestro detective de su retiro. Poirot, adoptando una visión pragmática y contra el espiritualismo barato, insiste en que los fenómenos sobrenaturales son una táctica de distracción por quienes tienen algo que ocultar.

Es una obra que se acerca al terreno del thriller y adopta maneras del cine de terror, pues no sólo hay asesinatos, sino también presencias paranormales, durante las cuales el detective Poirot (Branagh) hace lo imposible por diferenciar lo natural de lo paranormal.

Ocurre que, además, otros de los personajes, incluido Poirot, viven presididos y vapuleados por diferentes tipos de inquietudes y fantasmas personales. Estas amenazas interiores son subrayadas por Branagh recurriendo a ángulos de cámara, imágenes deformadas, ruidos conmovedores y otras artimañas formales que consiguen un clima de confusión.

Hay de todo para imponer un tono gótico acorde con el misterio del asesinato de la noche y Poirot encierra a todos dentro del sombrío palacio de Rowena mientras trabaja para deducir al asesino. Afuera se desata una tormenta con oleaje y vientos potentes que aumentan el ambiente cerrado y tembloroso.

La producción (excelente John Paul Kelly) agrega detalles y sombras premonitorias dentro de la casa señorial. Sin olvidar una sensación de apariciones y espectros con la fotografía fantasmagórica de Haris Zambarloukos y una música ad hoc de Hildur Guðnadóttir, todo lo cual hace que la historia devenga turbadora.

Branagh utiliza el “plano holandés”, que ofrece una sensación de horror y fantasía; primeros planos en sombras y rápidas ediciones que transmutan el misterio del asesinato en una arrolladora fiesta de Halloween. Impresionante técnica que llena la sala de trémulas sensaciones y vibraciones próximas al temblor del miedo ante elementos sobrenaturales.

Pero, como decía, Branagh apuesta por el aterrador y asfixiante interior de un antiguo palacio embrujado, aislado de las lanchas policiales por el clima borrascoso de aspecto sepulcral y que emana vibraciones turbadoras.

En el reparto, además de un Branagh sensacional, se observa el desaprovechamiento de otros artistas muy buenos y con poco tiempo en pantalla como Tina Fey, Michelle Yeoh, Jamie Dornan o Kelly Reilly, entre otros. Todos en sintonía y con trabajos de calidad.

Lo que ocurre es que hay un ritmo excesivo y las pistas no se exponen con calma. No quita para que resulte un relato entretenido, aunque el libreto no es lo fino que debiera; un guion predecible y con escasa capacidad sorpresiva. Lo que mejor de este filme es el salto que da al género de terror. A Branagh le sale una metamorfosis muy resultona donde hay juegos de luces e inesperadas sorpresas.

Ello todo en un encuadre urbano arrollador como es Venecia, ciudad imponente, hermosa, apabullante, a la vez que de una humedad funesta y sensación de inestabilidad.

El recurso de sus entregas anteriores a las imágenes generadas por ordenador da paso en esta cinta a una estilización de gran elegancia con máscaras de un blanco pálido que resaltan y resplandecen en la noche; picudas góndolas por los estrechos canales; la tremenda lluvia que empapa los muros del vetusto palacio renacentista. En fin, que la mítica Venecia arroja un aura única de nerviosismo y enigma.

El misterio veneciano finalmente nos puede por su intensidad visual y efectista, a la vez que el ambiente gótico lo impregna todo en forma superlativa.

Más extenso en revista ENCADENADOS: https://encadenados.org/otros-articulos/misterio-en-venecia-a-haunting-in-venice-2023-de-kenneth-branagh/
Kikivall
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6
21 de mayo de 2024
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Comienza el filme con un partido entre Patrick Zweig (O'Connor) y Art Donaldson (Faist), observado atenta e intensamente por Tashi Duncan (Zendaya) desde las gradas. La tensión es palpable, lo cual da a entender una historia compartida que la película pronto va a revelar yendo hacia atrás en el tiempo. Unos hechos que se remontan a los años de juventud del este trío.

Esta cinta pretende utilizar el deporte como metáfora de la dinámica interpersonal y romántica de los personajes, aunque acierta sólo a medias.

Art y Patrick son grandes amigos y tenistas desde la adolescencia y verán su vínculo a prueba, no solo por su naturaleza competitiva, sino de manera particular por su recíproco afecto por la guapa Tashi.

En del comienzo ella es una formidable jugadora de tenis, lo cual provoca admiración e incluso intimida a Patrick y a Art, que aún están por debajo. La chica habla con ellos de su dedicación al deporte, mezcla de humor y desaire, a la vez que rechaza sus pretensiones afectuosas.

El cuento se intensifica cuando los amigos persuaden a Tashi para que vaya con ellos a su habitación del hotel. Ella, con ciertos juegos sensuales viene a concluir que la amistad del dúo es un “romance de varones”.

Con el tiempo, Tashi mantendrá una relación con Patrick durante el período universitario, pero hay un momento crítico en el que ella sufre una lesión y es Art quien está a su lado como firme apoyo. Este incidente afecta al trío, alterando el curso de la amistad entre ellos. En tanto, van asomando las complicaciones del amor, la lealtad y las aspiraciones personales en sus vidas adultas.

Tashi, que ha visto truncada su carrera por la lesión, se convierte en entrenadora de quien acaba siendo su marido, ceño constantemente fruncido detrás de la estancada carrera tenística de Art, un jugador inseguro a quien convierte en campeón de varios torneos.

Pero hete aquí que Art encadena un rosario de derrotas. En esas, Tashi le inscribe en un importante torneo, en el cual se reencontrará con su antiguo amigo y exnovio de Tashi, Patrick, un rival en lo deportivo y en lo amoroso.

Luca Guadagnino nos obsequia con esta película de smashes, dejadas, saques, passing-shots, drives y voleas, muchas voleas y peloteos, tanto en la cancha, como de candentes emociones humanas y conflictos amorosos oscuros y soterrados. Es un trabajo filmográfico falto de seguridad a la hora de mantener la tensión de la película.

Hay un elemento que sí es acertado: la exploración de la vulnerabilidad masculina. Guadagnino retrata a sus personajes masculinos con una acritud conmovedora, capturando su desnudez física y emocional sin sensacionalismo, pero de manera clara.

En el reparto, una Zendaya arrolladora de largas piernas y voluptuosos labios hace un gran papel de fuerza y sofisticación; Tashi queda es alguien que controla las vidas de Art y Patrick, una mujer seductora y manipuladora. Curioso resulta que sabemos lo que sienten por ella los chicos, pero no lo que ella siente por ellos.

Josh O'Connor y Mike Faist tienen una química por encima de la mera rivalidad. Además, se sugiere una relación más profunda de sus personajes, que roza lo carnal, moldeado ello por años de amistad, masturbaciones compartidas y competencia deportiva. El amor y la rivalidad no se excluyen, son caras de la misma moneda.

Faist, gana como jugador, aunque con una actuación mansa y muchas dudas. Mientras que O'Connor es atrevido y encantador. Faist es tranquilo y contemplativo y hay un interjuego de superioridad – inferioridad entre ellos.

La música de Trent Reznor y Atticus Ross se percibe acorde al paisaje visual y emocional de la película, con sus elementos de tecno pop de los 80. A veces realza la profundidad emocional de las escenas, aunque en ocasiones afecta a la intimidad de ciertos momentos.

La película pretende explorar el complejo mundo del amor, la amistad y la competencia mirando la cosa a través del cristal del tenis, un deporte que es un ejercicio de fuerza, pero también intenso, fino y muy psicológico.

Hay destellos que refieren el paralelismo entre las estrategias del tenis y las maniobras de los personajes en el amor y en la vida. Se muestra la naturaleza de los afectos sujeta a causas imprevistas de ida y vuelta, como las bolas en un partido.

En el relato hay bastantes idas y vueltas en el tiempo, flashbacks que nos muestran los orígenes de las relaciones de los protagonistas, desde los años de secundaria, y de cómo un triángulo amoroso trastoca su amistad.

Estos frecuentes saltos en el tiempo ralentizan el impulso del relato, lo que hace que la experiencia visual resulte entrecortada. Un enfoque así, no lineal, necesita de un manejo más diestro y preciso para mantener un flujo constante. A Guadagnino le falta ese magisterio.

El peloteo melodramático que pretende el filme deviene volea fallida en el guion de un dramaturgo y novelista joven, Justin Kuritzkes, que vertebra una película errada en sus principales lineamientos, pues no da la talla ni como romance, ni como triángulo amoroso, ni como drama deportivo de los buenos.

Aunque la película tiene sus defectos, también es muy humana e indaga en las profundidades de enredos y tramoyas emocionales.

Más extenso en revista ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/rivales-2/
Kikivall
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8
20 de mayo de 2024
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Western con toques de comedia dirigido por un profesional George Marshall. La película está ambientada en una típica ciudad del “Oeste”, llamada Bottleneck, que está corrompida y dominada por un cacique sin escrúpulos, Kent (Brian Donlevy). Kent controla todos los negocios, el juego, acapara las tierras de los alrededores e incluso decide quiénes serán los sheriffs locales.

La trama se desarrolla cuando Kent, creyendo que tendrá una marioneta en sus manos, nombra al borracho del pueblo, Washington Dimsdale (Charles Winninger), como sheriff. Sin embargo, Dimsdale sorprende a todos al traer como ayudante al joven Destry (James Stewart), hijo de un antiguo y célebre guardián del orden.

A diferencia de su padre, Destry no porta armas de fuego y se toma muy en serio su trabajo, aunque utiliza métodos poco ortodoxos. Investigando concienzudamente lo que ocurre en el pueblo, Destry va ganándose poco a poco la admiración de los habitantes más decentes, incluida la pícara cabaretera Frenchy (Marlene Dietrich), quien trabaja para Kent.

La película destaca por la química entre Marlene Dietrich y James Stewart, quienes interpretan a los personajes principales más que mejor. Dietrich, especialmente bella en esta cinta, regala dos o tres actuaciones memorables y el: “¿Qué tiempo hace por ahí arriba?”, dirigido al larguilucho Destry. Por su parte, Stewart ofrece una docena de anécdotas con cierto humor inteligente.

La pelea entre Marlene Dietrich y Una Merkel es antológica y muestra la destreza de ambas actrices en la pantalla. Acompañan también Irene Hervey, Mischa Auer o Brisn Donlevy.

Buena fotografía de Hall Mohr y estupenda la BSO de F. Skinner y F. Hollaender que arropa muy bien la historia.

Además, la película satiriza las formas convencionales del heroísmo masculino, basadas en la violencia, los enfrentamientos a pistola, la afición a la bebida y la ausencia de sentimientos humanitarios.

En suma, western que se apoya en la habilidad actoral de la pareja protagonista y en la lucha por la justicia en un pueblo corrupto, lo cual ofrece un mensaje ético, amén de ser peli entretenida.
Kikivall
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7
19 de mayo de 2024
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George y Lennie, dos amigos desempleados, son contratados para trabajar en un rancho durante la Gran Depresión. George es inteligente y generoso, mientras que Lennie, aunque posee una enorme fuerza, tiene limitadas habilidades mentales.

Ambos sueñan con tener su propia granja con huerto y animales, y ahora buscan un nuevo empleo en el Rancho N°3 para ahorrar y hacer realidad su anhelo.

Película que se desarrolla en el contexto de la Gran Depresión estadounidense. La trama gira en torno a las ambiciones de mejora en un mundo implacable, la amistad inquebrantable y la inocencia enfrentada a la dura realidad.

George Milton (interpretado por Burgess Meredith), un hombre inteligente y generoso, y Lennie Small (Lon Chaney Jr.), un grandullón de enorme fuerza, pero limitadas habilidades mentales, huyen en tren tras ser perseguidos por unos hombres armados. A pesar de los tiempos difíciles, ambos sueñan con tener su propia granja con huerto y animales.

Otros intérpretes, muy bien, son Betty Field, Charles Bickford, Bob Steele y Noah Beery Jr. La partitura fue compuesta por el neoyorkino Aaron Copland, siendo su primera para un largometraje. Esta banda sonora fue nominada a los premios Oscar.

La película, basada en la novela “De ratones y de hombres” de John Steinbeck, ofrece una visión conmovedora de la vida en esa época y la amistad entre los protagonistas.

Puede que no alcance la profundidad de otras adaptaciones de Steinbeck, pero sigue siendo un testimonio valioso de la lucha por la supervivencia y la conexión humana en tiempos difíciles.
Kikivall
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