Symbol

Si tuviese que escoger un ejemplo para un diccionario cinematográfico del concepto película rompedora (o What The Fuck picture para los entendidos), escogería la presente prácticamente sin dudarlo.
La película se cimenta en dos tramas absolutamente dispares.
En una de ellas se nos presenta los acontecimientos relativos a una familia mexicana cuyo cabeza de familia es un luchador de lucha libre, teniendo como clímax un combate que parece de relativa trascendencia para ellos.
Por otro lado, la trama principal de la película, que no podría ser más kafkiana.
Un tipo japonés vestido con un colorido pijama y un corte de pelo delirante, que despierta en una sala vacía y delimitada por paredes blancas y lisas, de la cual parece no haber salida.
En esa sala aparecen pequeños querubines, los cuales se fusionan con las paredes dejando a la vista únicamente sus genitales, que al ser presionados como si de interruptores se tratasen, aparecen todo tipo de objetos aleatorios y suceden absurdos sucesos.
Con este punto de partida la estupefacción del espectador está garantizada.
Habrá quien, a partir de este momento, sea incapaz de aclimatarse a los aparentes disparates que se suceden en pantalla, sintiéndose incomodo.
Sin embargo, quien consiga introducirse en esta delirante historia se descubrirá sonriendo ante los enrevesados intentos de fuga perpretados por el protagonista haciendo uso de los objetos antes mencionados.
En cualquier caso, no se trata únicamente de una comedia de humor absurdo como uno podría esperar.
La forma en que las dos tramas acaban confluyendo, y que a más de uno mantendrá intrigado (incluido este servidor), resulta jocosa , dando ganas de aplaudir al director y guionista por tan imaginativa resolución.
Pero ahí no acaba todo. Para mi mayor asombro, en los últimos minutos de metraje, la película adquiere un nuevo rumbo que dota de un significado trascendente a todo lo visto anteriormente, con un desenlace abierto a la interpretación como broche final.
Es posible que haya gente que critique la sobreactuación de la cual Matsumoto dota a su personaje. En mi opinión ese histrionismo del cual hace gala está al servicio de la teatralidad y entiendo que es adecuado para acentuar la vis cómica de los sucesos narrados.
Hitoshi Matsumoto se ha ganado mi total admiración, por lo que considero desde mi punto de vista, un derroche de imaginación que ha roto todos mis esquemas.
Shinboru es una película totalmente genuina y un triunfo de la creatividad.

Obviamente viendo la nota media que tiene esta película, y leyendo algunas de las opiniones que sobre ella se han escrito en esta web, no puedo por más que reconocer que soy más torpe que un cerrojo.

Mira que donde yo he visto una tontada absurda y aburrida sin gracia ni trama, otros ven algo revolucionario, original, transgresor y en extremo original.

Mas allá de una bonita fotografía, con una estética y lograda habitación blanca llena de objetos y texturas, yo solo encuentro sopor, un film que invita a hacer otras cosas mientras lo ves (como por ejemplo mandar washups o echarse una cabezadita).

Volviendo al título de mi crítica, la vida es limitada, hay mucho cine que ver, y yo empiezo y termino en este mismo instante mi seguimiento de la obra de Matsumoto.

No me interesa, y lo que es peor, me aburre. Le recomiendo al autor que se dedique a hacer videoclips o anuncios de televisión, quizás con ese puntito estético que tiene, ahí consiga encontrarme

Me atrevo a decir que si "Symbol" triunfa es porque opta por el buen humor, porque aunque no se aleja de la trascendencia (y eso es algo de lo que no nos daremos cuenta hasta el final) decide empezar con unos buenos chistes, principalmente en lo que tiene que ver con el hombre que aparece encerrado en una habitación rara rodeado de protuberancias fálicas. Digo que triunfa y es indiscutible, aunque haya un grupo de opinión que no le encuentren la gracia y piensen que la película es una tomadura de pelo.

Sea como sea, yo personalmente no sólo la he disfrutado sino que con el paso de los días me doy cuenta que sí será una película que recuerde y no una de esas tantas que, aunque causen buena impresión, lo normal es olvidarlas por completo. No, yo a "Symbol" pasados unos días le pongo mejor nota, porque me parece astuta, bien pensada y finalmente presenta un paradigma que explica la existencia de la materia y su movimiento por muy disparatado que sea. Tal vez sea tan absurdo que a nadie le interese, pero creo que es tan válido como cualquier otro que posea millones y millones de seguidores en el planeta.

¿Por qué no un hombre encerrado en una habitación infinita que toca esas protuberancias en una y además sufre su encierro ridículamente vestido?; ¿tanta diferencia real hay entre lo que se plantea en "Symbol" y cualquier fe mesiánica? Puestos a molar, mola más Matsumoto y sus querubines, sus imposibilidades, su originalidad y su genio. Y además entretiene una barbaridad...

Seguramente una de las películas más bizarras, extrañas y surrealistas que haya visto nunca. Si se juntaran Lars Von Trier y los chicos de Muchachada Nui (con más toque de los segundos que del primero) y se pusieran a tope de peyote les saldría algo así. Porque lo que está claro esque el autor (que además encarna al protagonista) está zumbado o va puesto de todo. Imaginación no le falta.

Partiendo del acertado planteamiento de la sinopsis que pongo (por lo no hace falta repetirlo) tenemos por un lado la lucha por escapar de la celda del protagonista (desmedida sobreactuación quizá pero en consonancia a lo demás por lo que no queda mal) y la interacción con los objetos en plan aventura gráfica y por otro la historia de la familia mexicana del padre boxeador y la intriga de como narices van a hilar ambas cosas al final y saber si quiera si lo van a hacer.

El puteo de los querubines y la propia habitación tiene puntazos muy buenos, yo hace tiempo que no me reia tanto como con algunas escenas de este film, pero a veces se hace muy pesado y hay escenas muy largas de pulsar una "protuberancia" cien veces seguidas mientras cae el mismo objetoel verle como se come tropecientos trozos de arroz envueltos mientras asiente por la cabeza, ect

También hay veces que lo surrealista se convierte en absurdo y hay secuencias que uno no puede impedir el llevarse las manos a la cabeza y pensar "dios mio, que estoy viendo? que es esto??!!"

Y la parte final en plan profundo y darle un sentido a todo no se si es la sobrada más grande del film o para ponerse a aplaudir presa del éxtasis, dejandose contagiar por el estado psicotrópico de los creadores.

Una cinta que en si misma resulta una experiencia metafísica tal como probar los tripis. Recomendable para cinéfagos sin miedo a nada, pero no me atrevería a animar al público en general a que la vea. No tengo claro si es una mierda o una obra maestra, me dan puntazos de darle de un 3 para abajo y otros de darle un 9 y como no soy capaz de decidirme lo dejaré en un término medio. Un 6

Lo que en un principio me ha sorprendido, ya que me ha parecido una idea cuando menos interesante, poco a poco se ha ido cayendo hasta llegar a aburrirme. Ni siquiera la histriónica interpretación de Matsumoto me ha convencido. En fin, una excentricidad que gustará a algunos pero que a mí me ha provocado varios bostezos.