Katyn

Uno de los episodios más negros de la reciente historia polaca y un crimen de guerra, uno más, perpetrado por una potencia totalitaria en territorio enemigo. La cosa es, desde luego, trágica, y sigue soliviantando las siempre tensas relaciones entre rusos y polacos. Tampoco es discutible que el episodio ofrece un punto de partida inmejorable para un buen guión cinematográfico. Es precisamente eso, el guión, lo que le ha fallado a Wajda.

Los aspectos técnicos del asunto son intachables, los ochenta años del director polaco dan, sobre todo, mucho oficio. La ambientación es excelente, las interpretaciones, sentidas, la fotografía, magnífica, y la banda sonora no desentona. Su arranque, metafórico y realista a la vez, es prometedor: un grupo de polacos intenta cruzar un puente mientras huye de los soviéticos, pero se encuentra al otro lado del mismo con otro grupo de compatriotas que trata de escapar de los nazis. No hay salida. Tampoco el final es desdeñable, sus imágenes son en verdad impactantes.

Buen comienzo y gran final. Lo que falla es todo lo que hay por el medio, una historia cansina, con demasiadas subtramas y falta de ritmo. Lo del medio es aburrido, no hay que darle más vueltas. En mi opinión, le falta capacidad de síntesis y le sobra al menos media hora. Interesante por la temática y la ambientación, pero ni por asomo una gran película.

El cine está acostumbrado a banalizar la realidad, y el mal, como driría Arendt. Aunque hay cineastas excepcionales que recrean tragedias históricas procurando ser respetuosos de los hechos, como hace Wajda en ésta "Katyn". Algo que nos alegra porque el horror no es visto como espectáculo para el entretenimiento sino como una preocupante reflexión sobre la historia y la naturaleza humana. Todavía nos causa estupor el recuerdo de las matanzas europeas en el contexto de las dos guerras mundiales, y películas como "Katyn" es un dramático recordatorio del sufrimiento de una, -oficiales y académicos polacos-, de las muchas víctimas de la locura de la guerra.

Una gran película de uno de los mejores directores de cine polacos Andrzej Wajda, ganador de un Óscar honorífico en el 2000. "Katyn" es la historia de una masacre ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial, una historia que durante mucho tiempo ha sido un tema tabú.
Es muy importante conocer algo de historia antes de ver la película porque no es nada fácil de entender. Es decir, en primavera de 1940 el ejército soviético asesinó a 22.000 Polacos entre los que se encontraban muchos oficiales del ejército, hechos prisioneros de guerra. La verdad estaba oculta hasta 1990, cuando la Unión Soviética decidió reconocer la masacre. Durante este tiempo la versión oficial era que fueron los nazi, los que eran autores directos de ésta tragedia.
Pues así es, en resumen, la dura verdad, la gran vergüenza de la parte negra de la historia de humanidad, que Andrzej Wajda decidió llevar al cine, y que a mí me apareció una gran obra.

Katyn, es comúnmente recordado como el bosque del pueblo del mismo nombre, que se encuentra cerca de Smolensk, Rusia.
La lista de Katyn fue la que se publicó en los periódicos informando de los 22.000 ciudadanos polacos (tenientes, ingenieros, profesores, médicos y demás vertiente intelectual y cultural de la Polonia de la época) asesinados en dicho bosque a manos de los soviéticos de Stalin, que a su vez echaron la culpa a la Alemania nazi de Hitler.
Este tipo de películas son las que fomentan que se catalogue el cine como "cultura", pues informan de unos hechos verídicos e históricos poco divulgados.
Y está bien tener esta vertiente para tener más variedad cinematográfica, pero qué queréis que os diga, se le debe dar un tono y enfoque atractivo, que capte la atención del espectador. Porque a fin de cuentas, aunque hablemos de denuncia social, de hechos históricos o cualquier otro tema, es cine el medio y cine lo que debemos ofrecer.
La película de Andrzej Wajda tiene un arranque prometedor y un final atrayente e impactante, pero todo su nudo argumental se hace pesado y largo, muchos personajes se mezclan y se confunden, dando una sensación de pastiche del cine de la Segunda Guerra Mundial sin un claro camino. Un metraje excesivo para la información que se da (se repiten ideas y no se desarrollan mejor las que se exponen) y una película de pretende quedar en la memoria para que los hechos se recuerden tiene que ganarse al público y no adormecerlo.
Tiene una cuidada ambientación y fotografía como se le exigen a estas producciones, pero esto no es suficiente para dejar huella en el espectador.

Esperaba ver una película más sobre la Segunda Guerra Mundial, o sobre una parte de ésta, pero he de reconocer que este trabajo aporta novedades, no se limita a ser un llanto a los muertos y una condena a los verdugos. Continúo el párrafo en el spoiler.

En líneas generales es una película que se deja ver, con un argumento bastante sólido, muy bien ambientada y actuaciones bastante correctas. El Director Andrzej Wajda perdió a su padre en la masacre de Katyn y con esa motivación añadida ha fabricado un largometraje que hace reflexionar sobre las atrocidades que se han cometido en el mundo a lo largo de la historia, aunque sin recrearse excesivamente en enlatar escenas dramáticas una tras otra, prefiriendo centrarse en contar la historia de forma más o menos serenada.