Hablar del argumento seria olvidamos que el cine, ante todo son imágenes que buscan despertar emociones en el espectador; algo que se da desde las películas de acción y suspense, hasta las que están hechas para remover conciencias. La historia o el guión no dejan de ser meros instrumentos, como la iluminación, los actores o el ritmo, para completar un resultado. En este caso una película que democratiza el buen cine y lo abre a todos los públicos.

Y eso que empieza con un argumento que podría valer para un culebrón, pero este no es más que un dibujo en el cual Susanne Bier empieza a pintar encima el resto de recursos cinematográficos para hacer esta maravilla. Una cámara que nos acerca o nos aleja de los personajes, como la historia durante la película.

Los actores, a través de las situaciones en las que se ven envueltos y de las buenas interpretaciones que realizan, consiguen implicarnos acerca de cual es su lugar en el mundo, llevándonos a compartir su debate acerca de lo que les mueve, les ata, que es lo importante y que nos puede hacer sacrificar cosas tan esenciales en nuestra vida como la verdad, las ideas, las personas que amamos o el tiempo.

...lo primero de todo, me ha sorprendido Bill Murray, no me esperaba tal interpretación de el.
Ahora bien, subjetivamente la película me resulta aburrida. Los personajes no logran que me implique con ellos, quizá porque no pertenezco ni a su clase ni a su mundo, ni comparto sus problemas pero no consiguen que me gane su simpatía.
Si, se habla sobre la soledad, la incomunicación, o la intimidad con personas a las que apenas conoces o con las que te cruzas en un momento mínimo de tu vida, en estos tiempo modernos, pero para eso no hace falta irte a rodar a un hotel de lujo en Tokio, lo tenemos a diario en el metro y con eso podría haber conseguido universalizar el mensaje, quizás ese sea el fallo que se cargue la peli.
Y ahora tendría que decir algo bueno para terminar, pues que este tipo de películas que generan tantas opiniones contrarias deben verse