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Críticas de Yaveric
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
6
7 de setiembre de 2021
27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más miedo me daba de esta película es que suponía la inmersión de un director comercial que nunca me ha interesado mucho, James Wan, a mi género favorito: el giallo.

A priori, ambos conceptos se hallan en las antípodas estilísticas, por más que tanto el director de Saw y Argento compartan cierta tendencia al sadismo flebotomía mediante. Donde el giallo es todo plano detalle, color, luces, música de sintetizador y elegantes movimientos de cámara, el terror comercial es iluminar poco y mal, ausencia de color, silencio para ser roto con estrépito estruendoso y movimientos bruscos de cámara. En el giallo lo brusco es el montaje, no la cámara. Es decir, son posiblemente géneros audiovisuales opuestos, pese a compartir muchas veces sinopsis. Una paradoja. Si lo más típico del terror es mover la cámara súbitamente para generar confusión y, de paso, que no se vean las carencias, la firma definitiva de un giallo es hacer zoom sobre un plano detalle. La síntesis perfecta de que terror es tapar, y giallo, mostrar.

Dicho esto ¿Ha pasado el examen James Wan? Pues ni sí, ni no... porque "Maligno" no es un giallo. Es terror, con guiños a tópicos del giallo: guantes negros , gabardina y... un puñal improvisado que semeja una daga dorada. Dicha arma, me parece un acierto de diseño por parte de arte, porque intenta condensar con preciosa precisión en un objeto todo un género cinematográfico. Y el objeto en cuestión es un arma blanca, el fetiche por antonomasia del giallo.

Tales detalles, simpáticos para los cinéfilos, no dejan de ser un aderezo en una película de terror al uso, con algunas escenas de acción excesivas y por momentos mal resueltas. Porque Wan no solo no es Argento en estilo, tampoco lo es como cineasta. La película no tiene la elegancia de aquel director, ni de Bava ni mucho menos de Bazzoni, que le podrían dar muchas lecciones al malayo en composición de plano.

El CGI es un pegote, mal hecho. Supongo que meter este tipo de efectos es una exigencia de Warner para amortizar departamentos dedicados a ello, porque ese CGI era completamente innecesario para contar la historia.

Tampoco lo fotografía es la octava maravilla del mundo. Las escenas de las hermanas hablando en el coche, son indistinguibles de ciertos telefilmes canadienses de sobremesa. Una película irregular en este sentido, puesto que algún plano sí que está infinitamente más trabajado... e incluso, en algún fotograma, se llega a alcanzar la belleza.

Otro punto en el debe, es su historia. No la premisa argumental, sino la trama, su desarrollo. Una cosa es que tu guion tome prestamos obvios de "El síndrome de Stendhal" u "Opera", además de tener extraordinariamente presente "Hermanas" de Brian de Palma. Es homenaje, vale, bien. Pero otra, es telegrafiar todo constantemente al espectador. En este aspecto, esa versión dubstep del famoso "Where is my mind" de Pixies puede ser entendida por algunos como la gota que colma el vaso, pero a mí me ha resultado un detalle de lo más cachondo.

Cierto ánimo de chanza tiene el amigo Wan, y desde luego la película es divertida. Eso es un mérito que hay que concederle. Entretener en el cine no es fácil, al contrario de lo que algunos suponen. Y "Maligno" es entretenida, su protagonista tiene fuerza y sus detalles arrebatan. Se agradece en tiempos en que el blockbuster pergeña peñazos como "Endgame" y tantos otros ladrillos de Marvel, o de la propia Warner con Nolan y sus más recientes palíndromos. Al menos, "Maligno" tiene sentido en sus metáforas sobre la locura, el heteropatriarcado o las relaciones humanas. A mí, subjetivamente, me ha gustado bastante. Es sobre todo por lo delirantemente disfrutable que resulta y lo mucho que me gustan algunas cosas, y lo superior que la veo a otras propuestas coetáneas, que no puedo ponerle menos de un 6. La película es cuanto menos interesante, si bien me temo que sus flagrantes "peros" van a ser motivo de escarnio para la mayoría, por encima de sus múltiples virtudes.

Lo mejor: el prólogo en 1993, la interpretación de los actores (en especial Wallis), lo bien que funcionan sus personajes arquetipo y sus alegorías. La cantidad de aberrados que usa Wan. El plano con la protagonista iluminada de rojo, y la sombra saliendo de detrás, precioso y puro giallo. Una banda sonora correcta, juguetona y que cumple con su cometido. Y por supuesto: el arma. Wan firma su mejor película, la única que por momentos es fascinante, y pese a sus fallos, ojalá una así en cartelera todos los meses.

Lo peor: fotografía de película muy menor, a veces puede que adrede para transmitir cotidianidad, pero que sumado a una saturación de CGI poco logrado, deja una sensación insatisfactoria en el cómputo global. La historia es demasiado obvia, y hubiese funcionado mejor racionando más la información.
Yaveric
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1
6 de agosto de 2022
47 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene un universo paralelo (es como se llamaban cuando yo era niño) en que se intenta rodar todo como si fuese una película de uno de los mejores directores de todos los tiempos: Wong Kar Wai. Es como alguna de Tarantino, digamos, Django. Que solo se salva por el momento metarrefencial al Django de Franco Nero, con el propio Franco Nero (¿Esto es ahora multiverso también o solo un actor haciendo de sí mismo en un cameo?)

"Todo me ha parecido una mierda" (en la dimensión desde la que escribo se llama así) es tan absurda que, por la regla de tres en que es una obra maestra, también podría serlo la quinta de la saga Torrente. Personalmente, no me gusta Torrente.... Su humor, al igual que en esta, es de esperpento y de lo más chabacano. Pero técnicamente es "buena", y más viendo el presupuesto del que disponía... Decís que esta es barata y "meritoria" porque no cuesta los 200 millones de las de Disney, pero en España (o cualquier otro país europeo) este presupuesto de "Todo a la vez no sé qué" sería la megaproducción nacional del siglo. Los que habláis de presupuesto no tenéis ni idea de con qué dinero hizo Mercero "La cabina", Marta Meszaros "Adopción" o Luigi Bazzoni "Huellas de pisadas en la luna" ¿Qué presupuesto tenía Godard en "La chinoise" o en "Made in USA"?

Se habla de montaje... Pues entonces como veais "Scott Pilgrim..." vais a alucinar, de verdad. El éxito de esta "Todo lo que quiso saber sobre el multiverso y jamás le habían contado", se basa en lo mismo que acaece con Tarantino, Sorrentino o Vinterberg: el espectador es tonto (Es lo que piensan ellos de sus espectadores, a mí no me miréis) Y además de poco listo, no ha visto ni a Wong Kar Wai, ni a Fellini, ni a Antonioni ni a Leone, y aún menos una cinta de Clara Law... Y le podemos vender cualquier cosa como "original", distinta" y "con buena fotografía". Vienen de ver Telecinco y a un Youtuber con sobrepeso berreando. Por ende, cualquier cosa les parece inteligente y con unos planos "bonitos". Todo es relativo, ya sabéis: la relatividad. O como la llaman ahora los chavales: el multiverso. No se les puede reprochar no estudiar física... Viendo lo que les cuesta el cine, mejor que ni lo intenten con la cuántica.

Duele corroborar que "Fallen angels", del propio Wong Kar Wai, posee en esta página menos votos y menos nota ¡Cuánta enajenación, por favor! Lo peor no es la valoración, sino el pensar que menos espectadores han disfrutado, esa sí, de una joya del séptimo arte. Por supuesto, en el homenaje que se hace de Wong Kar Wai aquí en este engendro del diablo, queda patente que ni el director es Wong Kar Wai, ni el director de foto es Christopher Doyle o Darius Khondji. Estoy referenciando redundantemente a Wong Kar Wai: vótame positivo, soy casi tan pesado como los "Daniels" y su "obra maestra". Otrosí podría citar a las hermanas Wachowski. O a "Karate a muerte en Bangkok", o incluso el más difícil todavía, que esto es un circo: "Karate a muerte en Torremolinos". De estrenarse hoy esta última, no cabe duda que sería catalogada como un prodigio exquisitamente referencial, autoconsciente y de una postmodernidad pintiparada genial e imponderable. "Un, dos, tres al escondite inglés", del egregio e ínclito Iván Zulueta, o una "Gota de sangre para morir amando" de Eloy de la Iglesia. Eloy de la Iglesia parodió a Kubrick de todas las maneras posibles y lo hizo en su momento, no con 60 añazos de retraso. Esos sí que eran genios, que lo hacían sin internet y con MONTAJE ANALÓGICO, y se reían de Kubrick, Eurovisión y de lo qué querían. Cabe añadir que se consideraban "malas películas" y "exploitation", no actos de alta cultura. Pero eso es porque no venían con el sello de A24, que entonces sí ostentarían todas un 7 en Filmaffinity.

A24, los supuestos abanderados de la ¿originalidad?, se hartan de imitar planos. Venimos de "Men" (bastante mejor película que esta, dicho sea de paso) que copia planos hasta de Jorge Grau y su "No profanar el sueño de los muertos". Pues eso: que dejen de profanar cosas. ¿Qué será lo próximo, remake no confeso de "Los coches que devoraron París"? Ya puestos, yo casi prefiero el de "El perfume de la mujer de negro" de Barillii. No de Ayanta, sino de Francesco. Total, ya lo han hecho unos belgas con la reciente "Inexorable", que no es más que el resultado de ver en bucle "Vicios prohibidos" de Martino y pensar que sería bueno modernizar la idea.

En fin, esta película es como el tren de "El hormiguero"... Solo que la de Motos era mejor.
Yaveric
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7
7 de enero de 2023
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Winding Refn vuelve a casa por navidad. Regresa a Dinamarca, tras muchos años rodando para el infame mercado capitalista que algunos llaman Hollywood. En el caso de Refn, a diferencia de la mayoría de directores europeos en Estados Unidos, retorna con algunas mejoras. Y, paradójicamente, más influido por directores no-estadounidenses: Por ejemplo, con unas gotas de santa sangre psicomágica de Jodorowsky; con cierta mirada pausada que ambiciona semejar a Wong Kar Wai. Pero sobre todo, poseído por la brujería luminosa y post moderna sumergida en color de "Suspiria" e "Inferno". Si en casi todas mis críticas cito a Dario Argento, en el caso de Winding Refn la mención era insoslayable. Winding Refn a partir de "Drive" es el gran culpable de una ola de neogiallo salvaje, que va desde "Climax" de Gaspar Noé hasta la fallida "Last night in soho", pasando por toda clase de arrebatos en videoclips de Foals o Chvrches de clara inspiración giallo.

Winding Refn, como decía, en Estados Unidos, lejos de jugar a ser más americano que los americanos tipo Roland Emmerich, Wolfgang Pertensen, Sollima y ese largo etc, ha hecho el camino inverso. Ahora vive entre el giallo y la segunda ola de Hong Kong. Ahora podría adscribirse al nuevo extremismo francés. NWR es el anti-Cameron. Tal vez esta sea la mayor paradoja: los cines están capitalizados por una película, Avatar Dos, que se aleja mucho del cine mismo; mientras que en Netflix (ese telecinco marca Starbucks) se hospeda, sin hacer mucho ruido, una obra que recuerda al cine que nos hizo soñar a los cinéfilos con las retinas bañadas en haluro de plata.

Cowboy Kobenhavn, que es como yo prefiero llamarla, además se distribuye en seis dosis, como si de una serie se tratase ¿El resultado? Es la primera vez que veo una "serie" del tirón, sin pestañear... Repite jugada NWR, que ya hizo una película de diez horazas para Amazon.

No se puede obviar las influencias de Winding Refn, ni tampoco como hemos llegado hasta aquí. Netflix le tenía ganas al danés: lo demostró haciendo "Nuevo sabor a cereza", la mejor obra de Refn que el propio Refn nunca llegó a filmar. Pero es que encima series como "Stranger Things" o "Locke and key" son productos digamos light pero derivados de NWR: sin la trilogía de neón de este cineasta, no existirían sus excesos cromáticos y musicales.

Bien, hecho este balance, para mí necesario para entender lo que significa este cineasta en la cultura popular y el audiovisual actual, procedo a analizar la serie propiamente dicha.

En primer lugar, la protagonista me parece un gran acierto. Probablemente, el mejor personaje de la ya pentalogía de neón. Hablamos de una ¿santa/bruja? cruce entre el folklore de Kusturica y alguna protagonista ¿indestructible? tipo Bannion en "Suspiria", y como si "Ms45" fuese protagonizada por Jessica Hyde. Eso sí, la firma inconfundible en dirección de actores de NWR sigue intacta: Angela Bundalovic no parpadea (¿Oye pero sus ojos?) al igual que acaeciese con Gosling en "Drive". Siempre pensé que lo de Ryan Gosling en Drive, era correlativo a Carey Mulligan y cierto episodio televisivo llamado precisamente "Blink" (Parpadeo). Pero posteriormente la cosa fue incluso a más en "Solo Dios perdona", y llegué a la conclusión de que lo de que sus protagonistas ni pestañeen es un requerimiento/argucia del director. Es un recurso. Lo lleva tan al extremo que puede parecer autoparodia, pero creo que es perfectamente válido. Confiere al personaje una distinción con respecto al resto del reparto única. Por un lado, parece el personaje que "más ve"; pero por otro, resulta más ausente. Vamos, que en definitiva, es el espectador.

En el caso del papel de Angela Bundalovic, creo que es aún más adecuado que en el de Ryan Gosling. Angela Bundalovic interpreta a una suerte de vidente. El personaje siempre ve más allá que el resto de seres que pueblan esta obra. Tiene visiones, corazonadas, precogniciones. Es un triunfo cómo entre actriz, guion y director dibujan el personaje, que acaba siendo fascinante pese a algunos "peros" que el conjunto de la serie sí que plantea y no siempre resuelve de manera satisfactoria.

También es curiosa la evolución de los capítulos, con uno como el 5 claramente escindido del estilo visual predominante en la serie. El quinto está en una coordenadas entre la fantástica "Utopia" de Marc Munden (influencia innegable) y el videojuego sueco de 2008 "Mirror´s edge". En el sexto, las reminiscencias son obvias a una de las mejores cintas de Romero: "Season of the witch" y su inicio (obra maestra total) en un bosque onírico.

El cromatismo juega con dos colores: el rojo y el azul. El azul es asignado a la paleta de color de la protagonista. El rojo, sin embargo, está omnipresente en los antagonistas por sanguinarios y lascivos (la protagonista es un personaje, por contra, asexuado) Colores como el rosa y el morado aparecen cuando confluyen ambas fuerzas en ¿la psique de la atmósfera?

Finalmente, Refn llega a enmarcar a nuestra protagonista en un neón circular, evocando la imagen de una santa. A los malos, recreando toda iconografía vampírica que se precie, siestas en el ataúd del castillo incluidas.

La serie es abstracta, tanto por momentos desde dirección, como evidentemente desde el punto de vista del guion. Esto, que será vilipendiado, se me antoja explicar que no es malo per se. No, no "indica una falta de ideas". Las ideas están, ya las he comentado. La serie también trata otros temas como la inmigración. No es que los esquive precisamente, sino que el estilo tiende a dejar margen de reflexión al espectador. Muchas veces es preferible a mascar y remarcar al consumidor lo que está viendo. Los diálogos sobreexplicativos pueden ser síntoma claro de una mala película, y Winding ya solo hace películas que como mínimo merecen en nuestro Filmaffinity el calificativo de interasentes e incluso "buenas". Aquí recupera premisas de sus primeras pelis... Pero como ha mejorado este chaval desde entonces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Yaveric
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6
14 de agosto de 2022
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notas tan bajas para películas tan loables en su estilo, solo se explican con sujetos como el que escribe la anterior crítica, que confunde género (en cine, fantástico) con el género sexual. Y suelta todo un batiburrillo de llamar "wokes" a todo dios, cuando la película si nos ponemos quisquillosos, de tener algún defecto es precisamente parecer ser inusitadamente indulgente con la violencia machista. En cualquier caso, adapta de manera muy libre una novela de 1666, escrita por Margaret Cavendish, y que tiene el honor de ser uno de los relatos de algo parecido a la ciencia ficción más antiguos de los que queda constancia.

A lo que ibamos, y que los menos listos vuelvan al Sálvame o a ver comer doritos a un youtuber sobrealimentado. Carlson Young ha hecho la película que quería hacer, una película que transita entre los videoclips del grupo de su pareja (Foster the people) y el neogiallo tan de moda en los últimos años. El resultado es una estética sumamente interesante, tan capaz de recrear algunos de los aciertos atmosféricos de Dario Argento en sus obras más abigarradas (Suspiria, Inferno, Opera) como de tener ese rollo hipster Coachella. Por momentos, la película puede llevar a algunos a pensar en Jodorowsky (una cinta deslavazada y surrealista por momentos) Gilliam o incluso en Burton o Joel Schumacher (excesos crómaticos como "Línea mortal" o la injustamente denostada "Batman y Robin", que ya eran en su día una suerte de postgiallo americanizado que por aquel entonces no se apreció)

El neogiallo es todo un fenómeno. Pese a que siempre hubo aprendices tácitos del género (el citado Schumacher, los hermanos Scott en "The hunger" o la saga Alien, Wong Kar Wai, Gaspar Noe) la referencia no llegaría a ser reverencial y confesa hasta que en Bégica Helene Catet y Bruno Forzani recuperasen sus esencias, cambiando a los Goblin por el duo francés Justice, en cintas como "El extraño color de las lágrimas de tu cuerpo". A partir de ahí, los hermanos Onetti en el cono sur, Yann Gonzalez (hermano del lider de M83) harían neogiallos que funcionarían muy bien para los feligreses del género en festivales, pero que lo tendrían difícil con un público mainstream que no captaría los ecos de sus múltiples guiños a botellas de Justerini & Brooks, música de sintetizadores y sangre de colores irreales como el rosa.

No es casualidad que hayamos mentado a Foster the people, m83 o términos como festival o mainstream de manera colateral. La relación del mundo del videoclip actual con el giallo es sorprendente, sirviendo siempre de ejemplos flagrantes el de "Exits" de Foals (dirigido por Albert Moya) "Good girls" de Chvrches o lo acaecido con la pieza que Bayona realizó para "Disconnected" de Keane. Es normal que si a algunos caían rendidos ante las virtudes de Leone en el western almeriense, el tiempo acabaría por poner en su merecido lugar el talento imponderable de genios como Bava, Argento, Aldo Lado o Bazzoni. Y cada vez en cines más comerciales la tendencia se filtra más y más, con la trilogía de neón de Winding Refn, clara deudora de las enajenaciones de Argento, Alex de la Iglesia con Veneciafrenia, Wang con Maligno o Edgar Wright con Last night in Soho.

No es un accidente por ende que, en una película arrebatada toda ella por los ambientes saturados de color de "Suspiria", Udo Kier sea parte del reparto. Udo Kier era el psiquiatra joven, el psiquiatra escéptico de la "Suspiria" del 77.

Como "buena" película onírica, la relación con el padre tiene tintes freudianos. La percepción de uno mismo, kafkianos. Un personaje con un marcado solipsismo desde la escritura de guion. En este aspecto me gusta y sorprende la actuación de Young, convincente y carismática. Por supuesto, habrá espectadores que la encuentren sobreactuada, pero es que Carson Young no solo ha entendido el giallo desde la puesta en escena. Carson Young ha comprendido el encanto del acting de Cristina Marsillach en "Opera", Mirella D´Angelo en "Tenebre" o Katja Anton en "Dellamorte Dellamore". Interpretaciones desaforadas en las que abrir mucho los ojos.

En definitiva, Carson Young se meterá en el bolsillo a los que amamos el género que homenajea y todos los buenos detalles que genera como directora en la creación de imagénes. Por otra parte, no me cabe duda de que sembrará la discordia y el rechazo para quienes se introduzcan en esta fiesta sin saber dónde se meten. Mención especial para Isom Innis.
Yaveric
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6
30 de noviembre de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, no salgo de mi estupefacción cuando se habla de Edgar Wright como si de Kubrick se tratase. No lo digo por la cinta que nos ocupa, de la que me dispondré a charlar amablemente a continuación, sino de una filmografía plagada de comedias que no es que lleven por bandera el toque Lubistch precisamente.

Puestos ya sobre aviso de que Edgar no es Wong Kar Wai, el graciosillo del cornetto Wright se nos pasa del cornetto a otro postre italiano no menos apetitoso: el giallo.

Algo pasa con mi querido giallo últimamente, que todes, belgas, uruguayos, malayos e incluso británicos post brexit se lo quieren llevar al terreno modernillo con la etiqueta de neogiallo. Wan probó suerte con la entretenida pero delirante hasta limites insospechados "Maligno", y Winding Refn lleva varios conatos de resurreción, el más obvio para el gran público de "The Neon Demon".

Si en "Baby Driver" Wright hizo su versión comedia light de un drama con pretensiones artisticas como "Drive", en "Last night in Soho" parece querer hacer lo opuesto: extirpar al giallo de su inocente sentido de la diversión delirante, para elaborar una obra cinematográfica que violenta al espectador con su constante representación de la "cultura" de la violación, siendo una película difícil, más enfocada en angustiar que en divertir a quienes la visionen.

Parecía por aquel teaser de unos 15 segundos que "Last night in Soho" por fin iba a ser ese neogiallo que mirase de tú a tú a Argento, Bazzoni, Bava o Barilli. Pero... Mira, no.

Sí: los tropos y clichés del género se aparecen hasta en la sopa: luces de colores, luces intermitentes, luces cambiantes de color, planos saturados cromaticamente, tijeras y otras armas blancas, espejos y cristales, taxistas (un saludo a los taxistas de "Suspiria" e "Inferno", por cierto) ¿He dicho "Inferno"? Hasta un garito aquí en "Last night in Soho" se llama así. Aunque dicho antro en su interior me remite más a la fiesta de disfraces de "Ángel de venganza", aquella del 81 en que Ferrara repartió de lo lindo contra el patriarcado y los machirulos. Algo de Ferrara hay aquí también, algún susto es muy del sobresalto que a Ferrara siempre le gusta meter hasta en películas como "Siberia", que a priori poco tienen que ver con el terror.

Pero si algo emparenta "Ángel de Venganza" (1981) y "Last night in Soho" es "Repulsión" de Polanski, cinta que digamos, irrumpe con sus brazos opresores en esta de Edgar Wright de una manera a veces acertada, otras veces, algo más torpe en la ejecución. Los efectos no quedan bien en esta película ¿Qué necesidad hay de estos "alardes" digitales, que además no están nada bien conseguidos?

"Last night in Soho" como podéis ver, está confeccionada a cachitos de otras cosas, tal y como Mary Wolfstencraft concebió a ese tipo tan atribulado, el monstruo de Frankestein. No me malinterpreten. Las influencias son buenas. El que tu película sea un crisol de cines e ideas no la deslegitima. Al contrario, demuestra que un cineasta, incluso uno tan normalito como Wright, ama su oficio y que lo ha amado también como espectador. Eso no es poca cosa, teniendo en cuenta que por ahí algunos dicen que dirigen pelis de cine pero no van al cine a ver cine. Considerando esto, solo cabe ponderar como estimable el que su director haya demostrado ver "La sindrome di Stendhal" más de una docena de veces en su vida (Ese cambio de look al rubio tras el contacto con un alter ego) Ojo, el tipo no solo ha visto giallo, porque hasta aparecen planos muy frontales de Anya Taylor Joy en azul, que recuerdan poderosamente a "L'Enfer" de Clouzot. Estas concomitancias, me llevan a ver a Ellie como un trasunto del propio Wright, con esa obsesión con un pasado de estilo "perfecto" y a Sandie como la encarnación del giallo de elegancia natural, cuyo espiritu busca Wright cual santo grial.


Para explicar en un ánalisis los pormenores de esta cinta me ceñiré a dos apartados, y seré conciso: virtudes y defectos. Ambos brillan mucho, y son especialmente llamativos.

-Lo mejor: guiños y homenajes a Argento, Clouzot, "Repulsión" o "Sei donne per l'assassino". Que Terrence Stamp estuvo en "Tobby Dammit" de Fellini. Diana Riggs, que era una actriz también icónica de la época, que en paz descansen ella y Nolan. Los planos detalles, los aberrados, y los planos frontales volcados de manera extrema al rojo, verde o azul. Algunos giros de guion son imprevisibles y sorprenden de verdad, no como en "Maligno". La película logra ser profundamenre desagradable y hostil por momentos, empieza con bullying, y sigue con toda forma de abominables violencias contra las mujeres. Si querían que el espectador se sintiera mal, lo han hecho. Y es el gran acierto del director y la guionista: generar esa empatía en el acoso que sufren McKenzie y Taylor-Joy.

Lo peor: si no sabes lo que homenajea, no tiene tanta gracia. La película se ve lastrada por un exceso de metraje, se hace pesada, Wright carece de la capacidad sobrenatural para entretener que sí poseía el tan referenciado Argento. Y vale, la película se propone crear terror a partir del machismo, pero llega a ser dura y no apta para todos los estados de ánimo. Reconozco que en arte es un mérito compugir o consternar, pero no me esperaba esa mala baba que la película gasta, y desde luego, no es para todos los públicos.

Con tanta amenaza en la sombra, veremos si en Veneciafrenia, el neogiallo corre más suerte. De momento, me quedo con el videoclip realizado por Albert Moya para "Exits" de Foals, el mejor exponente hasta la fecha de dicho subgenero postmoderno.
Yaveric
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