No soy fanático de las películas de supervivencia (como de tantas otras cosas), pero esta semana he decidido castigarme viendo dos de las mismas, primero la aburrida "The Revenant" y ahora el filme que nos tiene ahora en comentario. Me sorprende sobremanera que la crítica haya alabado tanto a la película de Iñarritu y esta haya pasado con más pena que gloria. Yo para criticar siempre veo en principio el guión y la ejecución del director, que son lo fundamental y representan el 50% del metraje y el otro 50% lo representan las actuaciones, la fotografía, la musicalización y otras cosas menores, y hay que decir que pienso que "Everest" posee un guión mejor que "El Renacido" o al menos, no aburre. Es cierto que ambas películas van sobre temas distintos, (Di Caprio sobrevive y busca venganza, en este filme se muestra todo más en carne viva, solo es el intento crudo por vivir en el ligar más inhóspito de la tierra), pero aquí se nos provee aunque sea un final mucho más emocionante que nos mantiene en vilo.

De una u otra manera la película empieza algo confusa, algunas explicaciones son vagas, y los primeros ascensos realmente aburren. Pero si sobrevivimos a esos momentos que dan ganas de bostezar, realmente todo se pone más interesante momento a momento. Los planos y la fotografía están bien creados, ciertamente muestra una paisaje inhóspito, hermoso pero mortal en el cual cualquier persona común moriría, en el cual una bocanada de oxígeno es un regalo que vale oro. Los personajes y las performances están realmente bien (hay una escena en donde todos hablan del por qué desean llegar a la cima de la montaña más alta del mundo que es realmente muy buena), aunque ninguna sea memorable.

Sin embargo lo dicho, al final todo se pone muy interesante y realmente impredecible. No sabemos quien vaya a poder salvarse o no. Ciertamente es movilizante, entretenido y hasta dramático. Quienes al principio creyeron tener dominada la montaña, se llevan la grata sorpresa de que nunca podrán hacerlo, tienen que luchar contra el ambiente y sus propios cuerpos que se están quedando sin energía vital. No es formidable pero si emocionante y nos tiene en vilo. Saber que los cadáveres de estas personas siguen ahí arriba y nadie los ha podido bajar de allí es algo increíble , e inclusive un poco macabro.

Yo creo que "EVEREST" es un entretenimiento sólido. Es aburrida en ciertas partes, pero si consiguen pasar esos minutos de sopor, podrán ver un un tercer acto muy entretenido y movilizante. No es profunda ni shockeante, pero al menos sirve para pasar el rato sin dañar demasiado nuestros sentidos.

Allá por el año 2013 James Wan nos regalaba esa perlita disfrutable que fue "El Conjuro", el cual fue el mejor título de terror en años. No es casualidad, sin embargo, que dicho título haya sido un completo éxito, tanto en taquilla como en su recepción por la crítica, ya que sus filmes anteriores, que también versaban sobre el terror, iban de lo bueno a lo formidable, siendo uno de los pocos directores potables que posee el género. Wan es un experto en el arte de manejar las cámaras, de generar ambientes sombríos, de hacer dar sustos que te levanten de la butaca, hacer que tu corazón palpite y un largo etcétera de virtudes. No solo el filme que tenemos en comentario lo demuestra, sino que su primera parte también lo hace, así como también "Saw" e "Insidious".
Es este año que nos llega esta secuela, que podría decirse que le va en saga a su primera parte. Aquí la historia se transporta a Inglaterra. Tanto su primera como su segunda parte dicen basarse en hechos reales los cuales aportan mas credibilidad a la trama (aunque siendo sinceros, muchas de las cosas que suceden en el filme son difícilmente creíbles en el plano de la realidad). Y poseemos obviamente la misma casa embrujada de siempre en la cual el director nos tiene en ambiente y nos hace pegar sobresaltos todo el tiempo, algo que podría decirse es inclusive mejor que su primera parte. Seamos claros: el filme está filmado con una tensión notable, ya sea en la casa de Enfield o en la misma casa de los Warren (la escena en donde la monja se le presenta en su casa a Lorraine Warren es francamente formidable), pero existen en la historia ciertas cosas demasiado traídas de los pelos e inclusive carentes de lógica e inexplicables como por ejemplo la manera en la que el matrimonio se entera del caso Enfield, y el increíble tercer acto, en donde la trama hace agua por los cuatro costados.
La historia nos mantiene en vilo completamente y es sólida, los sobresaltos son constantes y completamente efectivos y las actuaciones van de lo aceptable a lo muy bueno, así como también sus diálogos que de ninguna manera aburren como en el 75% de las películas del género, pero el final posee poca credibilidad (el cual comentaré en spoilers) y la manera de evitar el mal es completamente ilógica.
Pero ello no quita que EL CONJURO 2: EXPEDIENTE WARREN sea mala. Todo lo contrario, es un fllme muy bueno y altamente recomendable, la tensión es increíble, las actuaciones buenas y está a años luz de los bodrios de terror que generalmente genera el cine Holliwoodense, algo que sino fuera por el fallido acto final hubiera podido convertirse en completamente memorable.

Allá por el año 1989 Akira Toriyama lanzaba al mundo su obra cumbre y es precisamente la que nos tiene en crítica. Cambiaría el animé para siempre y es gracias a ella que las productoras de todo el mundo tomarían a troche y moche cualquier serie que pulule por Japón y la traería a nuestros pagos, algunas con éxito, otras sin pena ni gloria.
Es preciso decir que muchos como quien escribe fuimos marcados por la serie, la que disfrutaríamos hasta el hartazgo. Es cierto que la serie tiene sus aciertos, posee un ritmo movido y las batallas son sensacionales pero algunas cosas son demasiado traídas de los pelos. Ya llegando a sus últimas temporadas podría decirse que se convirtió en un culebrón por demás disfrutable.
Las acciones transcurren en un mundo totalmente aparte al nuestro, plantea sus propias leyes (recurriendo con mucha frecuencia los llamados deux ex machina) aunque algunas cosas terminan siendo un misterio para el espectador (de donde salen por ejemplo todas esas criaturas abominables que viven entre los humanos) los cuales interpreto son una inclusión del Director para darle un toque de humor, las esferas del dragón y las semillas del ermitaño le quitan dramatismo a las luchas, los cambios de bandos no tienen demasiada coherencia (como pro ejemplo Vegeta, un asesino destructor de mundos por naturaleza, es metido con calzador dentro del bando de los buenos para no eliminar el personaje) y algunas decisiones estúpidas como tener al villano de turno al borde de la destrucción y no matarlo, lo que le permite ser más poderoso e indestructible para el héroe que lo enfrenta, lo cual es una duda total con la lógica y una bobada monumental del guión.
Sin embargo y pese a todo ello, hay que destacar que Toriyama se ha despachado aquí con unos personajes que sin exagerar son de los mejores que se han visto en el mundo de los dibujos animados. Tanto el buenazo inocentón de Gokú, cuyo instinto de superación es francamente memorable, el decidido y sabiondo Picolo, el vengativo Vegeta, el bueno, llorón pero fulminante Gohan y la lista sigue y sigue, son un conjunto de clices pero generados de una manera sabrosa y disfrutable, que cuando entran en escena es sencillamente memorable. Y claramente es preciso decir que otro tanto pasa por el lado de los villanos de turno ya que cualquiera de ellos son personajes asesinos sin ningún tipo de escrúpulos. Tanto Raditz, como el mismo Vegeta, pasando por Freezer (el mejor de la serie, que en algunos puntos llega a ser odiable y uno desea constantemente que alguien lo elimine del mapa), Cell y en menor medida Majin Boo. Esto hace que las luchas sean intensas, vividas, pasionales e incluso a veces, dramáticas.
También hay dentro ciertas ideas, que si bien han sido sobrexplotadas, tienen en este anime su mejor desarrollo y están expuestas de manera gradual, con lo cual el espectador no se satura de las mismas. El concepto de la transformación (el famoso Súper Saiayin), lanzar energía con las manos y la fusión, están recreadas de gran manera. Inclusive algunos han sido copiados por algún que otro cómic.
DRAGON BALL Z es un animé disfrutable, los más chicos lo amarán, ya que es pasional, sus batallas son épicas y sus personajes son completamente carimáticos y para los más grandes será un recuerdo nostálgico de la ninñez, que se podrá disfrutar siempre y cuando ponga su cerebro en off y pueda perdonar los problemas del guión.

Es increíble que este engendro haya tenido en Netflix el éxito que tuvo. Es cierto que el gigante del Streaming tiene control 0 sobre sus productos (produciendo últimamente bodrios a diestra y siniestra) pero lo de Disomnia supera absolutamente todos los límites tolerables.

Odio los futuros distópicos absurdos, las películas de pandemias estúpidas y las películas que plantean el final de la humanidad de manera absurda y Disomnia entra dentro de esta última categoría.

La cosa va así, sucedió un evento que genero que la gente se quede sin luz y no pueda conciliar el sueño, excepto la hija de la protagonista. Desde ya, que la premisa es ridícula, es imposible no poder conciliar el sueño sea cual sea el evento que lo haya causado. El problema está, es que uno no puede suspender la credibilidad de esto, porque la ejecución del filme es una seguidilla de idioteces y estúpidas decisiones que te Dan ganas de agarrar a la protagonista y que la alcance una de las miles de balas que se desperdician en esta abominación.

Mencionar todos los absurdos que suceden en la película seria hacer una crítica de 200 páginas. Esta gente no ha podido dormir por doce horas y todos ya están absolutamente desesperados intentando matar a una niña para hacer un milagro, la abuela de la niña que decide ir a la iglesia en medio del apocalipsis, la madre que decide dejar sola a su hija en los momentos más inoportunos, los autos que funcionan cuando al libreto se le ocurre (como si no utilizarán energía de la misma fuente que las casas), autos que con un bidón de nafta hacen miles de kilómetros, y un largo etcétera.

Las actuaciones son uniformemente malas. Gina Rodríguez parece tener una papa en la boca, a Frances Fisher parece que hibiera sido vícitma de una lobotomía frontal y el peor no ofensor de los sentidos es Lucius Hoyos, que no puede mover un solo musculo facial y los extras son zombies caminando por el set esperando cobrar su jugoso cheque de Netflix.

El final, aclaro, lo comento en la zona spoiler, adelanto solo que es un verdadero espanto.

Le pido por favor a todas las personas que no vean DOSMNIA, valga el juego de palabras es un filme para dormirse, plagado de ideas absurdas, una ejecución con suerte mediocre y malisimas actuaciones. Y el problema no es la idea de base, porque ya se ha visto que futuros distópicos o apocalipsis absurdos pueden surgir buenos productos como Los Juegos del Hambre, cuando hay una buena ejecución. El problema de base es Netflix, que da luz verde a cuanta basura encuentra y acá no hay ni siquiera una película tan mala que de risa, sino un largo y aburrido engendro mal ejecutado y plagado de inconsistencias que es mejor evitar que padecer.

Klaus, es una reinvención de los orígenes de Santa Claus (o Papá Noel, como se conoce por estas latitudes), de la mano de Netflix y Sergio Pablos, un inexperto director (y que también participa en la elaboración del Guión) que realiza una impecable manufactura, y lo pone a la altura de las mejores "historias de inicio" de Santa, y como un fuerte candidato al Oscar.

Pero, además, esta reinvención de la historia es una que se me hace realmente interesante. Y, lo mejor de todo esto, es que el autor no trata a Klaus como un ser supremo con cualidades mágicas (como la inmensa mayoría de historias de inicio mostradas en el celuloide hasta la fecha), sino que el tipo es un leñador, que sufre, como usted y como yo, y que tiene una profunda razón de actuar como actúa (este tipo perdió la oportunidad de tener un hijo propio por u esterilidad, por eso ama a los niños), y no es un carácter de cartón pintado, un semi dios en la tierra. De ahí en más, es donde se diferencia claramente con cualquier cosa vista hasta la fecha sobre la temática de la Navidad.

Pero si ello no fuera poco, la historia no esta contada desde la óptica del propio Klaus, sino del cartero de una penosa ciudad, en donde el crímen, la avaricia y la guerra son constantes. Esto es interesante, puesto que le da una profunda efectividad a la totalidad de la trama. Acá nadie actúa sin razón aparente, sino que tenemos a un montón de personas mejorando sus acciones paso a paso de manera coherente.

Honestamente el filme no arranca con nada novedoso que digamos. Tenemos a Jesper, un vago cómodo que tiene un padre poderoso, y que es castigado por este último a trabajar en el peor lugar del mundo. Sin embargo, la cosa se va poniendo interesante a medida que todo avanza. Los puntos fuertes son sin dudas la reimaginación de las leyendas propias de Santa Klaus, cuya explicación es una completa delicia (que van desde su ingreso por la chimenea, hasta los renos voladores). Pero en el fondo, uno se siente realmente compenetrado con los sentiemientos de Jesper, que ha pasado a ser un bonachón con sentimientos encontrados. Eso sumado a unos secundarios excelentemente escritos, alguno de los cuales despiertan una gran cantidad de ternura.

Quizá el único error que pudiera achacársele es el final, en donde el guión decide inclinarse por algo más metafísico y este pierde el impacto que deberia tener (aún cuando tenga su carga emocional), pero es un pequeño detalle, en una historia que realmente funciona con una animación más clásica (y que combina de manera espectacular con los sucesos narrados) y cuyos engranajes se encuentran perfectamente aceitados.

Honestamente, Klaus me ha parecido un sólido entretenimiento. Su historia va desde lo potable hasta lo excelente, y su reimaginación del fenómeno de Santa Klaus es un acierto desde todo punto de vista. Desde luego que tiene sus errores, pero son muy pequeños comparados con las enormes virtudes de la historia. Es por ello que es sumamente recomendable, y no solo para los niños, sino para cualquier adulto que quiera volver a ponerse el traje de su niñez más inocente.