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Voto de Javi McClane:
5
Serie de TV. Thriller. Drama 7 episodios. Después de una noche en Filadelfia con su hermano que amenaza con sabotear algo más que su éxito, un famoso humorista busca desesperadamente una escapatoria.
13 de diciembre de 2021
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo resistirse a una miniserie protagonizada por Kevin Hart y Wesley Snipes? Para un servidor, imposible, a pesar de ser una producción de Netflix (todos conocemos la fama que se han ganado ellos mismos) y de unas críticas tibias. Hablamos de siete episodios de apenas media hora cada uno (con la excepción del primero), en los que se nos presenta la relación entre dos hermanos, uno exitoso y otro fracasado, y el problema que se les plantea a ambos. Quizás sobre el papel no suene mal, pero ya os adelanto que esto ya lo hemos visto todos antes, confirmándose su reparto como lo único destacable de la función. Pero mejor vayamos por partes.

No hay ni un solo elemento que elogiar de la dirección, aunque tampoco se pueda reprochar nada, siendo un trabajo tan convincente como convencional. Aquí lo que importa es la historia (el propio título lo dice, aunque todavía me cuesta comprender el sentido del mismo), con un conflicto entre dos protagonistas con los que es imposible empatizar. En los buenos thrillers se nos presenta a protagonistas que conectan con el espectador desde el minuto uno, y con unas evoluciones cocinadas a fuego lento y con sentido. Que nadie espere nada de eso en esta producción, con unos personajes cuya ética brilla por su ausencia y que caen mal, sin más. Cierto es que hay algunos secundarios que ayudan a adentrarse en la trama, pero salen muy pocos minutos y están totalmente desaprovechados.

Seamos sinceros, una historia de este estilo pide a gritos poder sufrir con los personajes y entregarse a la causa, pero aquí nos plantan un muro, no haciéndonos partícipes de la tensión o malestar de los protagonistas, a no ser que seas un auténtico psicópata o un ser sin escrúpulos, en ese caso, bienvenido. Me puedes vender a un canalla como un tipo con corazón y motivaciones, pero aquí no hay nada de eso, con unas decisiones argumentales más que cuestionables y que no invitan a implicarse en esta historia tan real. Supongo que es a gusto del consumidor, pero me importaba un carajo qué les sucediese a los protagonistas, y esa torpeza es cortesía de los guionistas, incapaces de dotar de alma a sus creaciones.

Por otro lado, se nota que los responsables quieren sorprender al espectador al final de cada episodio, no vaya a ser que se aburran y decidan abandonar la serie antes de tiempo. Eso es algo que le funciona a otras series, como la maravillosa Breaking Bad, pero que aquí no acaba de cuajar. No digo que hayan buscado parecerse a la serie protagonizada por Walter White, aunque no me extrañaría, pero sí se percibe una desesperación por captar la atención del público, con giros supuestamente inesperados, pero que se ven venir a kilómetros, siendo una propuesta rematadamente predecible. Todo suena a ya visto.

Tampoco ayuda el exceso de personajes o de subtramas (todavía me pregunto qué pinta la empleada del hotel) cuando la trama principal ya es suficiente, siendo sorprendente que haya relleno en una miniserie de apenas cuatro horas. Creo que, con un par de vueltas por parte de los guionistas, podría haber quedado una película de cien minutos, pero la plataforma exige contenido, y aquí están los resultados, aunque en esta ocasión no nos hayan atormentado con capítulos eternos, por lo que tampoco conviene quejarse.

La historia es demasiado rocambolesca para que nos la creamos (de ahí lo del nulo sentido del título), y demasiado rudimentaria para que la disfrutemos, siendo un quiero y no puedo (la serie no sabe qué quiere ser, aunque la reflexión sobre los fans no esté del todo mal), que no negaré que cumple su cometido de entretener, pero que no deja huella y se olvida demasiado rápido. Vamos, un producto de usar y tirar de los de toda la vida, no ofreciendo nada nuevo, y siendo su único atractivo su espectacular reparto. Es una pena que se haya desaprovechado a semejantes intérpretes en un producto tan menor, pero es la estrategia de la plataforma (famosos que atraigan las visitas), y de momento no les va nada mal.

Kevin Hart vuelve a demostrar que es capaz de dejar su registro cómico de lado, componiendo un protagonista bastante complejo. Se nota el esfuerzo del actor por ofrecer una buena interpretación dramática, y lo consigue sin problemas. Qué decir del bueno de Wesley Snipes a estas alturas del cuento. Este fabuloso intérprete está saboreando la segunda oportunidad que le ha dado Hollywood, desplegando su carisma innato en una actuación que atrapa desde un primer momento, gracias a su gran labor. Espero que no se le vuelva a relegar al olvido, porque es un actor capaz de todo (da igual el género que le des) y que merece más papeles relevantes. Ambos tienen química, siendo el único aliciente para acercarse a esta miniserie.

Ellos son la clave, pero no sería justo olvidarse de la sorpresa de la función, un fascinante Theo Rossi (‘Sons of Anarchy’), con el que seguramente sea el personaje más interesante y melancólico del conjunto, con permiso del de Snipes. El actor ya demostró sus tablas en uno de los personajes más complicados en la serie de los moteros, pero aquí va un paso más allá, dejando bien claro de lo que es capaz. No le nominarán a ningún premio, pero se lo merece todo. Mención especial a un hilarante Billy Zane, otro que está pidiendo a gritos más oportunidades.

En conclusión, estamos ante una serie que no está mal, se deja ver y no molesta, con siete episodios que no roban demasiado tiempo, pero cuyo visionado sólo está justificado por la presencia de Hart y Snipes (y Rossi), siendo una inteligente estrategia de promoción para vender una serie como mucho más de lo que realmente es. Que nadie se lleve a equívoco, sin ese reparto estaríamos hablando de un producto totalmente prescindible, siendo un drama y thriller de sobremesa que no ofrece ningún aliciente que nos convenza de lo contrario. Una pena, porque el reparto merece más, pero tampoco es una mediocridad. Para ver, y viniendo de Netflix, eso es casi un milagro…

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Javi McClane
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