DOA: Dead Or Alive

Un puñado de personas muy guays se parten los dientes en un torneo de lucha internacional para ganar un jugoso premio. Se podría decir que el argumento de un "fighting game" cabe en una servilleta de papel, pero hay muchas maneras de interpretarlo en el caso de trasladarlo a imagen real...
Este fue el peor ejemplo posible.

Data de aquellos días en que la industria del cine vivía su peor momento en cuanto a cine comercial (y jamás se recuperó), también cuando las malas adaptaciones estaban muy a la orden del día. El panorama idóneo para estropear una más, máxime si detrás se encontraba el "arruinador" de franquicias por excelencia, Paul Anderson. Y el punto de partida no es nada mediocre (se trata de "D.O.A.", que revolucionó el mundillo tras "Street Fighter" y "Tekken" y salvó de la quiebra a Tecmo). Pues resulta enervante que muchos subnormales al ver esta pseudo-película afirmen que nada bueno se podía extraer si el material de origen es un "simple juego de ostias".
Pero eso es porque su capacidad cerebral es la misma que la de quienes idearon esta bazofia capaz de competir contra el peor título de Jim Wynorski. El sr. J.F. Lawton (que no lo hizo mal en "Alerta Máxima") tenía la gran historia de Kasumi, huida de su clan Mugen Tenshin en busca de su tío Raido, quien violó a su madre y dejó en coma a su hermano Hayate, llevándola al torneo de lucha "Dead or Alive", y alrededor de ella se habrían dispuesto los demás personajes, empezando por su hermanastra Ayane, que tiene la misión de perseguirla cual fugitiva.

Así es, tenía la historia, pero no quiso verla, ni los productores tampoco. ¿Para qué contar la dramática y oscura venganza de una joven samurái?, eso no interesa a nadie; ellos se enfocaron en el espectáculo para el público adolescente del momento, ofreciendo las consabidas dosis de humor chabacano y un punto picante de onanismo "teenager". Y tal producto, que sobre el papel ya era la crónica de una muerte anunciada, se lo dan a Gang-Ming Yin (o Corey Yuen), infatigable veterano con dos décadas a sus espaldas de películas de artes marciales tan insustanciales como entretenidas; este sería el punto más bajo de su carrera...de hecho no volvió a la dirección.
Se empieza con una versión masticada del arco de Kasumi, humillada en la piel de Devon Aoki (futura Miho de "Sin City"). Al parecer la han convertido en una integrante de "Los Ángeles de Charlie", y el protagonismo, mala idea, lo comparte con unas Tina (mi adorada Jamie Pressly, aquí insoportable) y Christie sin carisma ninguno, ésta pasando de asesina desalmada a una ladrona divertida y coqueta. Al torneo llegamos junto al resto de gilipollas que se batirán por el premio, y debemos hacer un esfuerzo para soportar a la troupe que nos presentan, cuyas actuaciones y diálogos sólo provocan mucha vergüenza ajena.

Después de cuatro escenas mal dirigidas repitiendo los clichés del cine de acción del momento (todos cual parodia de "Matrix") y ser testigos de un bochornoso sexismo y los peores diseño de producción y efectos digitales concebidos (los gráficos del "D.O.A." de 1.996 son más atractivos), ¿qué hay? La respuesta es nada. En absoluto. Porque no hay personajes, ni motivaciones, y quieren cruzar varias tramas sin un guión que las conduzca, y cuando asoma el drama personal de Kasumi (tomando parte una Ayane prostituida y vacía con el desagradable rostro de la modelo noruega Natassia Malthe) se despacha en cuestión de segundos con un montaje horroroso.
Debo insistir en que Lawton y Yin (desaparecido en combate) tenían entre manos la brillante historia de la protagonista, su venganza y odio que podría haber guiado el film a terrenos muy violentos y oscuros...pero por desgracia, siendo Anderson uno de los productores, no es extraño que este sea el resultado, donde todo está al servicio del pastiche barato y el entretenimiento delirante y descerebrado. No obstante, si lo importante es el torneo...¿por qué no hay torneo?, ¿por qué el guión se desvía hacia los planes del villano Donovan metiendo de por medio además el arco de Helena (también prostituida aquí)?

Además, ¿qué planes? En el juego secuestraban a Kasumi y hacían un clon de ella, con la que debía enfrentarse...en cambio tenemos una sucesión de imbecilidades cuya cúspide de lo horrendo es ver a Eric Roberts (nunca elige un papel bueno este hombre) con esas gafas ridículas dándose de tortas con las cuatro zorras protagonistas. Aunque para horrendo ya es el partido de volleyball luciendo éstas sus curvas, las peleas videocliperas (donde, sorpresa, sólo ganan las mujeres) o todas las escenas del insoportable Steve Howey (y le ponen de interés romántico de Helena, la madre que los parió...).
Llegado el final no se sabe qué estamos viendo. Hay tantos personajes sin propósito (algunos desaparecen para siempre), tantas vueltas de una trama que no existe y tantas peleas gratuitas que uno sólo desea entrar en la película, agarrar la cámara y estampársela al director en la cabeza para que cese esta tortura visual, auditiva y psicológica, y además aburrida. Gracias a Dios se cayó de boca en taquilla y las secuelas pensadas se cancelaron.

Cosas así presagiaban la llegada de "Dragon Ball Evolution", pero fuimos ignorantes y no hicimos caso de las señales...

Espantosa e irreal película, donde las mujeres hacen cosas imposibles de realizar, los oponentes masculinos o mejor dicho los animales que salían, como ese tal "león" eran tipos invencibles, lo tenían todo fuerza, técnica y velocidad si las coreografías serian en serio, esos tipos serian campeones mundiales imposible de ser derrotados por una mujer por fuerte que sea, quitando esa parte de pura fantasía, (lo siento chicas si os he ofendido pero es lo que hay) me veo forzado a repetir lo mismo que "Neathara" una criticadora buena donde las haya, el malo de la película era pésimo, yo en las películas siempre me fijo y valoro al malo, me parece fundamental su actuación, el malo tiene que ser odioso, carismático,convincente y este malo era odioso pero por la falta su falta de interés y su por su pésima actuación. Y ultimo mensaje, chicos para ponerse cachondo, hay otras películas.

Tras decidirme a verla (hay locuras peores -o iguales- en este mundo), me esperaba al menos ver algo de acción decente, una coreografía decente en las luchas, buena banda sonora, incluso efectos especiales, de los que suelen elevar la nota media de estos truños hasta el 4... pues no.

NO HAY guión. La dirección... bueno, el director debía de estar de cubatas hasta las cejas. Las interpretaciones, como de amateurs (como de amateurs malos, claro), los efectos especiales... En fin, uno no acabaría nunca.

Si al menos la película fuese de por estos lares, uno podría recrearse (o no) con la silicona de quienes en la película no lucen más que espalda desnuda, o bikini.

No la vean por nada del mundo, de verás.

Le doy un 2, y no un 1, porque sale Devon Aoki (Miho en Sin City), e invita a imaginar que se está viendo otro tipo de película.

... no se puede sacar.

Si es que volvemos a lo de siempre.. que un videojuego tiene buenas ventas. ! Pues nada! Hacemos la peli...

¿Pero que mentalidad es esa? Claro, luego pasa lo que pasa...

¿Que futuro cinematográfico puede tener una película que se basa en un videojuego mediocre/malo que su único aliciente son las "grafiTetas" de sus personajes femeninos?

Que triste... Luego nos sale esto, una vergonzosa historieta de personajes de dibujos animados que basa su éxito en los escotes, (tremendos, por cierto) de las penosas actrices "pornotragonistas".

Mirad, amigos Productores, Guionistas y Directores, que hay películas porno con una trama argumental mejor que DOA, mismamente "Garganta Profunda".
Por eso, por favor, si vais a inundar las pantallas con tetas, tetas, culos y mas tetas, hacerlo bien, producir una porno y no ir con la falsa mascara ética que os colocáis en las producciones como eta.

Estos ejecutivos de Hollywood no se cansan de sacar truños adaptados de videojuegos y ahora le ha tocado el turno a D.O.A cuyo único reclamo para verla (seamos sinceros) es para ver a las protagonistas darse de hostias con la menor ropa posible y ni así, no se ve ni un pezón. Hay que joderse.

Guión 0, dirección videoclipera, música punchancha, actores nefastos, coherencia inexistente, personajes ridículos, fx lamentables y al final sale el nombre del infame Paul W.S Anderson como productor lo que responde muchas preguntas.

Hombres: Es esto o esa porno que está a punto de finalizar su descarga.
Mujeres: ¿Hace falta decir que eviten por todos los medios su visionado?