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El porvenir

Drama Nathalie (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía que da clases en un instituto de París. Su trabajo le entusiasma y reparte su tiempo entre sus alumnos y su familia, con sus hijos ya mayores y su madre algo senil. Un día su marido le informa de que se va a ir con otra mujer. Ese será solo el primero de una serie de grandes cambios que obligarán a Nathalie a reinventar su vida de un día para otro. (FILMAFFINITY)
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Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
27 de setiembre de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Plantea la película una situación constantemente interrumpida por novedades familares, sociales, ideológicas, afectivas. Al principio parece que la película va de revisión y crítica del sistema, después baja el nivel "me conformo con que mis alumnos piensen con su cabeza" siempre con interrupciones, novedades para acabar en un dulce canto a la familia. Pretende pero no consigue.
Ahora bien, se ve, es entretenida, magnífica fotografía, insuperable Isabelle Hupert, música con o sin texto, con mucho contexto.
Primitivo
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11 de agosto de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de lo cotidiano. No es un thriller, no es de terror, no es un drama, no es romántica, es la vida misma de una mujer: su trabajo, su familia y poco más. Huppert es la protagonista indiscutible. Todo gira en torno a ella. Acapara la pantalla durante todo el metraje. A mí me encanta esta actriz, la recuerdo como jueza implacable, como asesina, como mujer violada, como pianista demente, pero en esta peli su papel es de una mujer como existen millones en Europa. No digo que sea una mujer anodina sino una mujer corriente. El cine francés lo borda con lo corriente, pero aquí se ha rebasado el límite para mi gusto. Falta algo, como he leído en otra crítica. No sé si algo o mucho, pero falta.
shincotiros
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3 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que hace un año vi en el cine "Eden" la anterior película de Mia Hansen-Love, un filme que me gustó mucho y con el que la directora hacía un tributo a la figura de su hermano. Ahora se ha estrenado en España su último filme, que hace lo propio con la madre de la realizadora y que está dirigida de manera diferente. Cuenta la historia de Nathalie, una madura profesora de filosofía de un instituto cuya vida se ve alterada cuando tiene que estar al cuidado de su madre enferma, su marido la deja por otra mujer y sus libros para una editorial se han quedado obsoletos. Así, de repente se encuentra sola y esto hace que se replantee su vida. El filme comienza con su título al lado de la cruz de una tumba pero el filme no está contado como una tragedia sino con cierta ligereza, transparencia y luminosidad. Nathalie encuentra consuelo con un antiguo alumno y el gato de su madre. Por mucho que sufra, apenas la vemos llorar sino que con un ritmo ágil, vemos que siempre va hacia adelante, moviéndose, yendo y viajando de un lugar a otro. La directora alcanza un grado de madurez poco habitual en su generación y reflexiona con profundidad sobre la vida de una mujer a la que le llena su ámbito intelectual (en este sentido algún espectador podría encontrar algo pedantes las conversaciones intelectuales). Isabelle Huppert realiza una de sus mejores interpretaciones en este filme, acompañada por Roman Kolinka como Fabien, el ex alumno de la profesora y Edith Scob como la madre de Nathalie. Mia Hansen-Love fuera merecidamente premiada con el Oso de plata a la mejor dirección en el pasado festival de Berlín y espero que Huppert reciba reconocimientos como actriz por este papel o por el de "Elle" de Paul Verhoeven.

Valoración: 8
Lo mejor: el trabajo de Isabelle Huppert.
Lo peor: que no vaya a ser muy vista.

http://josh-cine.blogspot.com.es/
Josh Diaz
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8 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras unos cuantos minutos de proyección de esta película netamente francesa escrita y dirigida por Mia Hansen-Love, tuve la impresión de estar ante un nuevo cuento moral de Éric Rhomer, especialmente Mi noche con Maud larga cita de Pascal incluida. Ante el desmoronamiento de parte de su vida: matrimonio, madre, publicaciones, trabajo, la protagonista reivindica que ha intentado vivir de acuerdo a su pensamiento. Vana ilusión nos mostrará la película. Se trata de una nueva manifestación del mito de auto-identidad: la fusión del pensamiento con la vida. Kolakowski atribuía este mito al marxismo que contraponía la estructura del mundo comunista imaginario a la realidad lóbrega del mundo real pronosticando en su fusión la desaparición de contradicciones. Sin embargo cualquier intento de establecer tal unidad produce un orden humano de trazos totalitarios fuertemente pronunciados. Los jóvenes pensadores de la película se reúnen en comuna para pensar en realizar este mito en la sociedad; la protagonista, escéptica, se deja admirar por ellos aunque a cada paso de forma más distante y crítica. Sabe que si bien el mito de la unidad no podrá ser erradicado de nuestra cultura, su realización implicará siempre un cruel despotismo.
Mientras tanto las idas y venidas de la protagonista van desde lo real que incluye el cuerpo, el deseo, la materia, y, aunque algunos no estén de acuerdo, una parte de la subjetividad, aquella que marca su realidad absoluta: la angustia y el dolor por el daño. Lo imaginario es el mundo del sí mismo, de ese manguito de nada que Sartre designara con el nombre de para-sí compuesto de ser-para-sí más ser-para-otro que determina el conflicto permanente entre los seres humanos: una nada que quiere ser algo y no acaba nunca de conseguirlo y se implicará frecuentemente en la destrucción de los demás para soñar con lograr una cierta estabilidad de su ser. Lo simbólico lo constituyen los discursos mediados por el lenguaje, discursos que remiten a sí mismos y a otros discursos desconectándose de la realidad: unos autores remiten a otros y unos libros a otros libros. Valga esta digresión, de raíz lacaniana, para describir la envolvente trama de referencias filosóficas y de los hechos de la vida que nos ofrece el guión. En una deliciosa novela, Amor y pedagogía, Unamuno, escribía: “La vida no puede ser pensada. Sólo se aprende a vivir, viviendo”. No le faltaba razón.
JRBoxó
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26 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sensible, reflexivo, cotidiano y contradictorio drama francés que cuenta una muy potente interpretación de Isabelle Huppert, quien se ha convertido con sus interpretaciones en la actriz europea más importante de la actualidad, imprimiéndole brillantez a todo lo que hace.
La directora y guionista Mia Hansen-Løve logra edificar una trama sencilla que no tiene grandes fluctuaciones, lo que quizás pueda resultar excesivamente simple y allí aparece una de sus pocas debilidades, pero a la vez allí anidan sus sutiles reflexiones sobre la felicidad, tanto en su contenido como en su perdurabilidad. Haciendo eje en su personaje protagónico va desandando la etapa de la madurez, la infelicidad y las crisis parecen estallar en cada esquina.
La historia se mete en la vida de Nathalie Chazeaux (Isabelle Huppert), una profesora y escritora de filosofía que tiene la vida resuelta. Cuenta con un gran prestigio profesional, una sólida construcción familiar y la admiración de sus alumnos, especialmente de su predilecto Fabien (Roman Kolinka).
Nathalie ya esta pisando los sesenta años y en su futuro no aparecen turbulencias, hasta que su marido Heinz (André Marcon) le declara una infidelidad y la deja para irse a vivir con una mujer mucho más joven; mientras su depresiva madre sigue amenazando con morirse cotidianamente. Al mismo tiempo la editorial para la que trabaja se niega a publicar sus trabajos filosóficos por resultarles pasados de moda.
Aunque pareciera que todo se derrumba de manera inexorable, Nathalie surfea el convulsionado nuevo panorama y de alguna manera va buscando reconstruirse sobre nuevas bases que le permitan afrontar el devenir cotidiano.
Con los premios como mejor actriz para la Huppert en el Círculo de Críticos de Nueva York y de Los Angeles, la obra de Mia Hansen-Løve se construye sobre diálogos sencillos, creíbles y con una natural monotonía que va abriendo un abanico de personajes y situaciones que giran en torno de la protagonista, sin opacarla pero con su propio peso. Una pieza con ese especial aroma a cine francés que permite degustar de la magistral Isabelle Huppert.

Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10
fanaseriecine
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