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El crimen de la calle de Bordadores

Intriga. Drama Madrid a finales del siglo XIX; una mujer de buena posición aparece asesinada y hay sospechas de la autoría del crimen sobre varias personas. La investigación policial se pone en marcha. (FILMAFFINITY)
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
8 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edgar Neville es la primera mitad del siglo XX español. Nadie como él como representación de nuestra cultura y nadie como él para contarnos este crimen, esta profunda historia humana (con todas sus aristas) en la que tienen cabida prácticamente todos los sentimientos que puede poseer un ser humano. Neville disecciona la Madrid laísta, de chotis y sombras de verbena, de corrala y aroma de puro, de amor y muerte. Neville aprendió en América los recursos técnicos para, después, retratar España y Madrid, como antes hizo Goya y después Antonio López. Neville, un artista con una cámara, quizás nuestro Alfred Hitchcock. ¿Hasta dónde hubiera llegado de no haber sido español? Solo el incierto destino lo sabe.
gpiqueras
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21 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente, junto con la Torre de los siete jorobados, la película más célebre de Neville, un auténtico genio en una España poco fecunda para el arte libre.
Madrid costumbrista, enredo policial, y una crítica feroz al periodismo patrio. Teniendo como excusa a los personajes del crimen, víctima y posibles asesinos, expone cómo se vivía en Madrid a finales del siglo XIX, patrocinando un fresco sobre aquella época.
Llama la atención el tiempo que dedica a canciones flamencas. Al parecer era un verdadero entendido en ese arte. Me parece un personaje muy sugestivo. Un vividor, con amantes, amigos, que hacía el cine que quería en un régimen político difícil (por decirlo muy suavemente) en el que todo estaba en contra de los artistas. El protagonista de esta película tiene algo de la propia personalidad del director. Un vividor que consigue enamorar a una mujer mayor muy adinerada.
Me ha gustado. No tanto como otras de Neville.
ÁAD
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16 de setiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edgar Neville es uno de los directores pioneros en la historia del celuloide español. No solamente por estar detrás de las cámaras, sino por su faceta de guionista, ya sea en ideas originales (como la que hoy nos ocupa) o adaptando piezas literarias a la gran pantalla (destacando esa extraña y atractiva película llamada "La torre de los 7 jorobados").

Aquí, Neville trae una historia castiza y muy de la capital en el pasado siglo, casi con sabor a cosido. Manuel Luna y Mary Delgado llevan la voz cantante en una historia coral donde, para la resolución del crimen, se hace necesaria la utilización de varios flashbacks, bien montados por parte del cineasta, quien permite que la trama se siga con interés.

Obviamente, el paso del tiempo ha desgastado una cinta demasiado autóctona, aunque el valor de este autor es mayor si se tiene en cuenta su influencia en los futuros años y cómo marcó muchas de las pautas de nuestra forma de ver toda una época.

Una pieza de arqueología de nuestro cine para ver y rescatar.
El Libanés
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10 de mayo de 2021
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La vi por primera vez el 13 de noviembre de 2011 y 1 de 8 usuarios les pareció útil la crítica que escribí en su momento. Donde comentaba lo siguiente: se nota que quieren hacer una película bastante profesional y digna, y para mi gusto se han quedado un poco a medias. Si bien, la historia es la mar de interesante, y gracias a ello la película está más que aprobada, pero algunas secuencias no son de mi agrado y también algunas actuaciones. Pero aún así, está de buen ver. Las interpretaciones son correctas, quizás lo que me falla es el papel judicial, donde parece más un teatro que algo serio.

Vista de nuevo hoy, le mantengo los 6, porque Edgar luchaba por hacer un cine digno, y de misterio. Tirando quizás algo de Hollywood, pero no llegaba a serlo por los medios que tenía por aquel entonces. El toque cañí, para mi gusto, no favorece.

Claro está, que estamos en 1946, hay que tenerlo en cuenta en todos sus aspectos. Lo que comentaba de la parte judicial, ya no lo veo tan "malo", porque visto mucho cien hasta ahora, me doy cuenta que es así como se hacía cine por aquel entonces.
edugrn
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21 de febrero de 2011
15 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director J.L. Garci, al que los amantes del cine debemos agradecer su loable empeño en la divulgación del cine clásico (cine clásico generalmente proscrito de las basurientas cadenas privadas) propone en ocasiones ciertas películas desconocidas del gran publico (y seguramente también del cinéfilo medio) con el bienintencionado propósito de rehabilitarlas al estar “injustamente olvidadas”.

Sin embargo, la poco conocida “El crimen de la calle bordadores” del hoy seguramente olvidado por el gran público Edgar Neville no creo que merezca la rehabilitación reclamada por el entusiasta director.

De momento la película lleva de serie un lastre que me obliga a quitarla varios puntos: una paupérrima toma de sonido, que hace inaudibles muchas de las secuencias, sobre todo aquellas (y son numerosas) en la que reina omnipresente una música “ratonera” o que se desarrolla en castizas verbenas o en saraos diversos.

“El crimen..”es una película que parece mas una zarzuela no solo por los vestuarios y ambientación, sino por lo inocente del guión (del propio Neville), por los diálogos de los personajes pronunciados con ese molesto deje chulapón madrileño (yo como madrileño siempre me he preguntado si es cierto que nuestros abuelos hablaban así) y por la abundante escenas musicales que salpican toda la película (escenas algunas de ellas desvinculadas totalmente de la narración y puestas ahí porque sí; véase la larguísima escena del tablao en donde unos parroquianos escuchan con lelo arrobo al cantaor, escena durante la cual uno de los asistentes pronuncia una frase que oída hoy envejece si cabe aun mas la película “¡que tendrá el flamenco que gusta a todo los españoles!”). Ahí queda eso, maestro.

La repetición de la escena del asesinato al principio y final de la película desde diversos ángulos (en este ultimo caso para desvelar finalmente la identidad del asesino) es sin embargo un recurso eficaz y que, quizá para su época, pudiera ser original, pero el resultado general no está a la altura. Escenas como la de la riña entre mujeres (de teatrillo colegial) y el pobre final (spoiler) no justifican la rehabilitación que reclama Garci.

De las otras películas que he visto de Neville, “La Torre de los 7 jorobados” y “Mi calle”, me quedo con esta ultima.

Mas interesante que sus films parece la propia vida del polifacético Neville, tipo que tuvo una estrecha relación con el Hollywood de los treinta y que se relaciono con gente como Chaplin (por lo visto actuó como extra en “Luces de la Ciudad”), Douglas Fairbanks, etc...siendo incluso contratado por la MGM, lo cual para un español de la época debió ser muy meritorio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro3
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