Aguas profundas

Tenemos a un director especializado en manejar presupuestos modestos logrando películas aparentemente mejores de lo que son, tenemos maravillosos paisajes playeros, tenemos a Halle Berry en bikini (¿Quién da más?) y finalmente tenemos un tiburón malo malote. ¿Qué debería salir de esta ecuación? Al menos una película razonablemente entretenida. ¿Qué sale realmente de todo esto? Algo tan soso que asusta. Un guión sin apenas sorpresas al que el espectador se adelanta cada minuto (por obvio), Halle Berry y Olivier Martinez tienen la misma química que un adolescente y un libro de filosofía (¿y estos dos son parejas en la vida real?), la historia no cuenta nada que realmente capture al espectador. Pronto nos damos cuenta de que alguien se ha equivocado: las películas que comienzan con una escena dramática (que el espectador adivina antes que suceda) y continúan con un plano que con la sobreimpresión de “Un año después” lo que en realidad nos avisa es que no tiene demasiado que contar, que van a utilizar una fórmula y no se saldrán de ella. La historia de esta buceadora y sus problemas con los tiburones es tan torpe que aburre. No es un thriller, no es una película de aventuras, no es un drama, el problema es que no encuentra el tono a lo largo de todo su metraje. Es simple y llanamente, algo aburrido que ni el buen oficio de Halle Berry consigue reflotar. Puede que a algunos entretenga más por la duda de saber si les va a sorprender con algo no visto que por la historia en sí. Es como un mal documental del National Geografic con la misma tensión que una abuelita enhebrando una aguja un sábado por la mañana.

La película tarda en arrancar, por decirlo de alguna forma. De acción no tiene prácticamente nada y de terror menos.
Yo vi esta película por ser un amante del género de terror, y de los tiburones, ahora, no me habría importado perdermela, porque además de ser lenta, los grandes blancos se ven muy dóciles y manejables, lo cual choca de frente con la idea que pretende dar la carátula (acción, terror y suspense, No lo vas a tener)
La película en conclusión es un pan sin sal. Un film muy regular, mínimamente aceptable gracias a la intervención de Halle Berry, pero difícil de ver dos veces. Eso si, si lo que quieres es contemplar gente nadando con los tiburones en plan documental perfecto, te vas a hartar!.

Cuando haces un film en el que uno de los elementos principales de la trama son los tiburones, es muy evidente que estas haciendo un thriller con el que quieres mantener al espectador en tensión. Pues después de soportar "Marea letal", estoy en facultades de admitir que en cualquier misa de los domingos hay más tensión que en la película de John Stockwell. Lo único que me produjo "Marea letal" fue tedio, hastió y sopor; todo ello aderezado con unas ganas inevitables de que terminara la cinta. Por definirla de alguna forma, "Marea letal" es la clásica película que será emitida en bucle en las sobremesas de alguna cadena generalista, para que a los veinte minutos (o menos) empecemos a cerrar los parpados; y después de una agradable siesta, despertaremos una hora más tarde solo para darnos cuenta de que la historia sigue en el mismo punto que cuando nos dormimos. Pensándolo bien, el film se titula "Marea letal" y de letal no tiene nada. Podría haberse titulado "Marea aletargante", de esa forma el espectador estará advertido de lo que se va a encontrar en la película.
En fin, cinta totalmente innecesaria. Si lo que quieren es estar en tensión durante noventa minutos con una digna película de tiburones, recuperen "El arrecife" (Andrew Traucki. 2010); eso si que es tensión queridos lectores.

Esta película me gustó, la protagoniza la guapa actriz de Catwoman, Halle Berry, en una película trágica, basada en hechos reales, de lo que puede pasar, si te llevas por la ira, y en lugar de irte, ya para casa, haces ir al que ha pagado, que es un viejo hombre un poco "huraño y sobervio con su hijo pequeño" que ha pagado por nadar entre tiburones mucho dinero, al barco que conduce Halle Berry con su marido, al que trata a veces fatal, y aparecen en el cabo del miedo, nadando en una gran tormenta, pero sin barco, porque se ha hundido.
Una película que enseñan la atracción americana tan fascinante, al borde del terror, ,de ser devorado por un tiburón, y cómo no hay que dejarse llevar por la ira, en ninguna relación, sentimental o afectiva. "Una retirada a tiempo, vale por dos".

Película que se queda a medio camino entre la aventura, la intriga y el terror, y no hablo de romanticismo porque la química entre Halle Berry y Olivier Martínez es cero.

John Stockwell pierde una buena oportunidad de haber conseguido un buen thriller al contar con un avezado y atractivo reparto que no sabe aprovechar, porque el terror ya lo tienes latente cuando hablas de tiburones y no hacen más que pasearse entre ellos en una espeluznante danza marítima, pero el guión es pobre y la dirección es nula, aunque hay que ponerle a su favor la magnífica fotografía del fondo del mar y sus criaturas, y la coreografía entre el personaje de Halle y los tiburones.

Sólo por eso la voy a aprobar, un 5.