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Primavera tardía

Drama Noriko vive con su padre viudo y cuida de él, pero ya va siendo muy mayor para permanecer soltera. Su padre desearía casarla, aunque ello represente su definitiva soledad. Lo malo es que el candidato a matrimonio se casa con la mejor amiga de Noriko. Su tía Masa le presenta a un joven a su pesar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
25 de diciembre de 2017
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndido drama familiar de Ozu, el director con más características japonesas de los tres grandes cineastas que ha dado Japón –Kenji Mizoguchi, Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu– y, probablemente, el más importante de ellos. Creó un lenguaje cinematográfico único, que a día de hoy sigue siendo objeto de admiración en el séptimo arte.

Hizo películas sobre la sosegada vida de la gente (gente casada, estudiantes, obreros). Ningún director captó de manera tan sencilla y soberbia, como este artista, la relación entre las distintas generaciones, la melancolía por el paso del tiempo y la soledad. Era la vida en el cine.

'Primavera tardía', título figurado que hace alusión a la postura de la protagonista al no aceptar el hecho de que debía emprender una nueva vida con un matrimonio para formar una familia, trata sobre la crisis de una mujer treintañera, consciente de que la mayoría de las mujeres de su edad están casadas.

Es el primer filme de la trilogía de Noriko –completada con 'El comienzo del verano' y 'Cuentos de Tokyo'–, interpretada por la musa del director, Setsuko Hara. Una extraordinaria película que supuso el punto de inflexión de un filósofo que convertía lo cotidiano en extraordinario.
José Manuel Barba Márquez
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1 de agosto de 2012
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen de Ozu que nadie como él ha sabido sacar tanto partido a la cotidianeidad, y es cierto, pero eso no significa que sus filmes dejen de ser cotidianos. El director japonés rueda con cierta maestría la historia de una joven núbil presionada para darse en matrimonio y de una historia tan nimia el director saca oro, poniendo ciertas dosis de tensión a lo largo de la cinta, proponiendo dilemas morales que se resuelven sucintamente y agregando ternura y drama a partes iguales para salpimentar el filme. No deja de ser sin embargo, una historia fútil, con poca ‘chicha’ para el espectador muy liviana en cuanto a la temática y aunque el guión se construya sacándole un rendimiento del 100% la película, en mi opinión, pierde interés desde su propia concepción. La forma de rodar es muy occidentalizada, muy al estilo Hollywood, por lo que el ritmo es de forma general apropiado, tiene de todas formas algún despiece en la película donde se impone la tradicional lentitud japonesa, especialmente en la filmación de la obra de teatro a la que los dos protagonistas asisten, que no es apta para el espectador occidental que termina hastiado de esperar a que acabe la escena. Los detalles simbólicos en forma de trenes, o vestidos, la recreación en los cambios en los estilos de vida tradicionales de Japón por los gustos más occidentales, o el cuidado en la escenografía y los decorados, son otros apuntes positivos a tener en cuenta en este filme.

Pero su excesiva sencillez, su visión rasante acerca de los temas que trata (nunca llega a meter el dedo en la yaga), su humildad y corrección social, hacen que la película no termine de llenar del todo y nos quedamos en las maneras y no en lo que nos dice, tal es la sutileza con la que nos cuenta Ozu que apenas la percibimos.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
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1 de junio de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a ser yo el que defienda a Yasujiro Ozu y lo eleve desde aquí a la categoría de imprescindible, eso es algo que ya hacen la mayoría. Creo que si su "Primavera tardía" está considerada una de las mejores de su filmografía es porque su estilo es inequívoco, con esos planos en los que la cámara nunca se mueve y se haya casi a ras de suelo, a la altura de un par de palmos del suelo. Por su contenido, por la cotidianidad de su historia, todo lo que rodea a la soltera Noriko es ejemplo evidente de las entrañas del cine de Ozu. Nos mete en la casa japonesa de la posguerra y nos enseña la vida normal del humano al que le toca vivir esa época. Tienen sus preocupaciones, mantienen su manera de pensar y respecto a las cuestiones de conducta, el deber y las obligaciones familiares se anteponen a los deseos particulares. Ella puede que sea feliz siendo una solterona pero va a dar igual esa certeza, sencillamente debe casarse.

Respecto al momento único y concreto de esta película, como de otras de este mismo año en Japón, no puedo dejar de subrayar la importancia del contexto en el que se realizó: un país derrotado hecho ruinas y ahí tenemos a Ozu haciendo cine. Mi admiración explícita es un gesto necesario por mi parte, mínimo pero obligatorio.

Ozu vive su época a su manera, esa nefasta década de los 40, aferrado al cine y enseñándole a todos historias comunes de su entorno. El tema de la solterona Noriko y la relación con su padre nos parecerá ajena en cierta manera, pero si no acaban de parecernos extraterrestres es porque Ozu nos los acerca, nos metemos en sus casas y los vemos preparar el té, cambiarse de zapatos, entrar y salir. La intimidad precisa de esa cámara inmóvil que no molesta ni a los actores. Todo ello, y principalmente en lo referente a esta "Primavera tardía", ¿es suficiente como para considerarla como una obra maestra? Para mí no, desde luego, queda claro que el cine de Ozu es muy personal, pero le falta intensidad y al menos a mí no me acaba de ganar del todo, de hecho estoy en condiciones de afirmar que he podido disfrutarlo pero entiendo perfectamente a aquellos que creen que esto es un tostón que no aporta nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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30 de junio de 2009
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Qué hermosa es!", escribió Fernando Sabater tras ver El espíritu de la colmena. ¡Qué hermosa es!, se puede exclamar también tras la visión de Primavera tardía. No creo en eso de que exista una única película de la que se pueda decir que es la mejor película de la historia del cine. Sí creo que existen varias (tampoco muchas) películas que podrían ser calificadas así. Teniendo en cuenta esto, digo que Primavera tardía es la mejor película de la historia del cine.
Jusante
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21 de marzo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película que define perfectamente los fuertes lazos familiares y las costumbres en ellas, quizás diferentes a las occidentales, todo bajo un orden propio de su cine, detallado, humilde y cercano, aquel espectador que disfrute de este estilo tendrá culto por "Primavera tardía", escenas de cámara fija que engloban conversaciones educadas con naturalidad, adornadas por paisajes, que definen sentimientos, plantean y meditan para acercar a la vida con el objetivo de resumir el amor de sangre y el adquirido, o quizás el impuesto, mientras la protagonista se pasa sonriendo en cada una de ellas para, de vez en cuando, pasar a estar preocupada incluso a llorar.

La fotografía es tan perfecta que parece definir mediante la vista a la virginidad, consigue hablar sobre mujeres de aquella época en medio de la juventud con la amenaza de tener que dar el paso hacia la boda y separarse de un espectacular padre, genial actor para este tipo de papeles, para intimar con él y para ir creando un conflicto sobre la necesidad de ese tipo de matrimonio casi que concertado, una película tradicional pero también convencional, nunca busca salirse del tiesto sino más bien plantea el destino ante la renuncia, lo mejor es el tratamiento de la relación entre el padre y la hija, de hecho el buen partido no aparece, en mi opinión lo peor, lo menos bueno, es la falta de expresión, de consecuencias sobre decisiones.

Hay una fuerte comparación de vidas de dos generaciones, los que combatieron y los de la postguerra, tanta sonrisa comienza a convivir con el dolor, la angustia de ver que se hace tarde, las razones para casarse, pero nunca llega a escena alguna de histeria, más que nada es un ejemplo de negarse a rechazar, de elegir una vida antinatural, todo queda encuadrado en belleza y seriedad en las formas y en lo imposible de vivir juntos eternamente, existe la presión y la conveniencia, pero realmente lo principal era montar una historia que ejerza el peso de la vida, de hecho transforma fácilmente a la protagonista en afortunada.

Habla de pocos hombres buenos y de que todos los matrimonios son iguales, pero la clave sigue estando en la sonrisa, reflejo de timidez y discreción, y luego consecuencia de ilusiones ante la nueva vida, de manera lenta, pero consigue avanzar en lo que supone la evolución de la especie, se mueve al ritmo de la vida para la perpetuación, todo un proceso que va modulando a sus personajes y que va dejando pensamientos en el último viaje a Kioto, lleno de nostalgia y felicidad, de fidelidad y esfuerzo, así definen todo tipo de amor, es el que tiene por su padre pero que ahora debe dedicar al afortunado marido, creo que Ozu se superaría ampliamente con "Cuentos de Tokio", pero los dos títulos que he podido ver plantean seguir conociendo esta obra de dilemas que se retratan a la perfección, reír y llorar como la propia vida, sin hacer ruido, desde lo más íntimo de los corazones, desde los sentimientos más reales e incotrolables, definiendo las vidas de los familiares como ciclos de mareas que suben y bajan, como olas que van modulando playas...
stikma
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