El encanto de la bestia

Una adaptación aceptable de este clásico cuento de hadas, donde una vez el amor siempre triunfa y transforma. Con actuaciones aceptables, no da más de lo que se espera, asi que no decepciona.

" Erase una vez, en Nueva York, un joven príncipe ( aunque no pertenece a la realeza como en el clásico de Beaumont, sí es el “Príncipe del Baile de Primavera” que tan popular es en Estados Unidos), llamado Kyle. A pesar de tener todo lo que podía desear, el príncipe era egoísta, déspota y consentido.Pero un día se le enfrentó una joven gótica y poco agraciada. Repugnado por su desagradable aspecto (y porque alguien que él considera inferior le planta cara), el príncipe se río de ella. Pero ella le advirtió que no se dejara engañar por las apariencias, porque la belleza se encuentra en el interior. Y cuando volvió a despreciarla (humillarla públicamente de forma cruel), la humanidad de la joven gótica desapareció,dando paso a una poderosa hechicera. El príncipe quería redimirse, pero era demasiado tarde, pues ella ya había visto que en su corazón no había amor. Y como castigo lo transformó en una horrible bestia. Avergonzado por su aspecto, el monstruo se encerró en su piso, con Internet como única ventana al mundo exterior. Si era capaz de aprender a amar a una mujer y ganarse su amor a cambio antes de un año, entonces, se desharía el hechizo. Sino, permanecería condenado a seguir siendo una bestia para siempre. Al pasar el tiempo comenzó a impacientarse y perdió toda esperanza, pues ¿quién iba a ser capaz de amar a una bestia?"

Utilizándo como base el prólogo de la preciosa película de Disney, esto era más o menos lo que me esperaba de la película. Una historia bonita, emotiva, que con su lema “La belleza está en el interior” nos recordara que no todo lo que es oro reluce y no nos debemos dejar guiar por las apariencias. Todo ello en un Nueva York actual y moderno.
Una intención completamente fállida. Una decepción para los amantes de "La Bella y la Bestia" de Disney. Una historia ñoña y poco creíble, y no por el hecho de que una bruja altere el aspecto físico de una persona cruel y malcriada, sino porque las reacciones de los personajes son de las más inverosímiles.
Así como la película de Disney mostraba a una Bestia violenta y desagradable, cuya ira hace que la transformación en monstruo se vaya transmitiendo poco a poco a su interior; una criatura que se encierra en sí misma, que se odia, incapaz de creer que alguien le pueda siquiera mirar sin temblar (reacciones, por extraño que pueda parecer, muy humanas). Aquí tenemos a una "Bestia" muy poco creíble, que tras su aislamiento inicial y reclusión interior, gracias a sus compañeros de encierro comienza a comprender, amar y respetar la vida; y sólo cuando recibe la visita de Linda (así nombra Flinn, la escritora de la novela en la que se basa la película, a la mítica Bella) alberga algo de esperanza y confía en poder regresar a su estado físico anterior. No para recuperar su vida perdida (eso no le importa tanto), si no por poder pasear tranquilamente con su querida Linda sin que todo el mundo le señale. (sigue en spoiler)

Verla en un avión cuando no puedes pegar ojo es desaconsejable para valorar cualquier película. La he visto porque prometía más de lo que era: una moderna interpretación del mito de la Bella y la Bestia.
Ni moderna, ni interpretación ni nada. Una simple y torpe versión donde todo es previsible sólo escuchando hablar al guapo al principio. Un guapo que ni siquiera es malvado porque es tan estúpido que no podría serlo.
Los retos a lo lacrimógeno de la película, sobre todo los dramas familiares entrecruzados, llaman a la náusea más absoluta y tal.
Si no fuera porque no me gusta dejar películas a medias no hubiera aguantado tanto. Por suerte el aterrizaje ha cortado la reproducción a tiempo y me he librado del bombardeo azucarado que se preveía desde el principio y que he podido comprobar en casa más tarde.
Promete mucho, no da nada.

Ya sé que no es el peliculón del siglo pero escribo esta crítica para animar a la gente a verla, a ver películas con baja puntuación, porque la media no es la opinión universal. Yo la vi en la tele, empezada y me interesó el argumento, quería verla desde el principio y la volví a ver entera.
Sé que jamás me hubiera interesado por ver esta película, si hubiera sido decisión mia ponerla un día a caso hecho nunca la habría visto.
Lo que me gustó de ella es que está bien hecha, tiene un bonito mensaje y moraleja. Existe mucha gente como el protagonista y no tanta como la protagonista. Me encanta Neil Patrick Harris y aquí está muy bien.

No me gustó tanto el tema de la brujería yo soy muy escéptica pero comprendo que es importante para la historia. No me gusta mucho Vanessa y al chico no le conocía pero no creo que actuaran tan mal como dice la gente, solo hicieron su papel y ya está.

Yo la recomiendo, aunque es una película más bien apta para públicos adolescentes.

Adaptación moderna del clásico cuento de la bella y la bestia, que en esta ocasión va dirigido al público adolescente poco exigente y acostumbrado a la cara bonita de dos jovenzuelos.
Cuenta con un ritmo dinámico, el argumento peca de simple, algo que se nota en el desarrollo de situaciones y personajes, sobre todo se aprecia en la justificación que encuentran los responsables, para que la chica guapa este dispuesta a pasar sus días encerrada bajo la protección del monstruo, algo que resulta forzado, como metido con calzador.
En el aspecto interpretativo, no hay mucho que destacar, adolescentes que se limitan a ofrecer su cara bonita para un cuento bonito e idílico que la gran mayoría del mundo conoce.
Los personajes secundarios, llegan a despertar más interés por su historia y aportaciones que la relación de los protagonistas.
Destaca el estilo visual de la transformación física que sufre el actor protagonista, gracias a un original maquillaje, que se aleja de pelos y melenas para presentar a la bestia de una forma más humana.
Cuenta con una banda sonora dulce y melódica a la altura del relato de un amor, que va más allá de la apariencia física y que sigue funcionando gracias a la solidez de su base.
Es el cuento de siempre, el que todo el mundo conoce, pero a pesar de no ser nada nuevo, consigue funcionar gracias al relato entrañable, que ofrece un mensaje inspirador, para una sociedad esclava de la imagen y de las apariencias.