No voy a pedirle a nadie que me crea

La nueva propuesta de Fernando Frías de la Parra sobre la novela homónima de Juan Pablo Villalobos (ortónimo del personaje protagonista de la película) plantea una cuestión curiosa: el divertimento que nos despierta una situación cruel y cómo nos aleja de quien la está viviendo.

El relato nos da pistas hacia donde mirar a través de un fino juego de reflejos. Los encuadres hablan por sí mismos. Enfocan a la Barcelona cínica y subrepticia que sonríe al ganador al tiempo que desprecia a quienes no tienen tanta suerte. Ese es el baile que le toca al personaje central que por desgracia tiene que realizar constantes misiones para una red criminal mientras intenta hacer carrera como escritor. Soriasis y nervios de acero.

Delirante. Como el hecho de que a medida que progresa absurdamente la pesadilla, los sueños tienden a materializarse también. La madre racista, el antisistema italiano con su galgo afgano, las dos Laias, el gorrón clasista, el guiño a las pelis de mafiosos de Takeshi Kitano o a “El show de Truman” que al director, en sus propias palabras, le hubiera gustado rodar, son todo un puntazo. Toca cumbre, entre otros momentos, cuando transmite el desapego de los migrantes con esa sensibilidad tan particular. La actriz Natalia Solián establece conexión con Juan Daniel García, el Ulises de los Terkos que emigra a NY en la preciosa "Ya no estoy aquí".

Fernando Frías parece contestar con ironía a esa especie de género que implementó en su momento Netflix de corte multicultural, zombie-narco, brilli-mate, tan complaciente con un determinado público, tan irresponsable, tan falsamente woke, tan degradante.

¡Quieto todo el mundo! y antes de que se pudra todo, no os perdáis la gran actuación del tremendo actor venezolano Facu Diatz, en particular el espectacular obelisco que interpreta el padre del feminismo, yo creo que le va a llevar a saludar de nuevo al Dogi-Dogi en los Goya. Zorionak Facundo.
Por lo demás, la película explora temas como la corrupción, la violencia, la desigualdad social y la complejidad de las relaciones humanas, todo ello desde una perspectiva humorística y satírica. La inclusión de referencias literarias y culturales también proporciona una capa adicional de profundidad y complejidad a la historia. En resumen, "No voy a pedirle a nadie que me crea" es una película interesante y entretenida.

Me gusta cuando veo una película sin saber mucho y sin esperar mucho, y me termina sorprendiendo. Es el caso de este film mexicano que estaba en mi lista, pero no le tenía mucha esperanza, me parecía entretenida la sinopsis y con cautela decidí verlo. Que dure casi dos horas fue algo que me hizo dudar de verla, por suerte la vi y me llevé una grata sorpresa con este film mezcla de suspenso con comedia y un poco de drama.

Me pareció que el comienzo se desarrolla muy rápido, cómo que no te da tiempo a pensar que está sucediendo. Empieza de manera inocente, Juan Pablo gana una beca para ir a hacer una maestría a Barcelona, su novia lo va a acompañar. Antes de irse del país viaja a la ciudad donde viven sus padres y el resto de su familia para una despedida. En ese viaje su primo, (nos muestran antes el poder de manipulación que tiene sobre Juan Pablo) lo convence de hacer un “negocio” juntos, y ahí comienza todo el caos, pero un caos en silencio, un caos tranquilo, un caos que se manifiesta en la piel de Juan Pablo por medio de sarpullidos.

Juan Pablo termina con Victoria, su novia, pero esta banda criminal liderada por el “Licenciado” le obliga a volver con ella y llevarla a Barcelona. El Licenciado tiene un plan elaborado muy preciso y sabe que todas las piezas son necesarias, Juan no tiene idea en lo que se está metiendo. La película tiene un par de situaciones que te dejan pensando “que carajos”, no son giros, pero son de esas cosas que no te esperas para nada y te sorprende para bien. Tiene un buen desarrollo el film, hay algunas situaciones que parecen estar de más en la historia, como si no sumaran, pero a lo largo de sus 118 minutos nos van desarrollando y contando cada una de esas situaciones, mostrando cómo son parte del gran plan que tiene ese malvado mexicano.

Las actuaciones me gustaron todas, no creo que haya alguno a destacar. Darío Yazbek Bernal hace un buen papel como nuestro protagonista nervioso, que solo quiere escribir una novela y se encuentra envuelto en todo este caos. Anna Castillo también me gustó en su papel de Victoria, esa novia que no entiende para qué o porqué aceptó viajar con este ser que antes de viajar la trató muy mal. Juan Minujín está excelente en ese argentino insoportable que se cree que las sabe todas, así es cómo realmente nos ven algunos extranjeros, y Minujín lo hace de manera perfecta, siendo muchas veces lo más cómico del film.

Filmada en México y España tiene buenas imágenes de aquellos países, está filmada de una buena manera, interesantes ángulos que ayudan a generar el suspenso, me gusta la forma de contarnos la historia que tiene el director y guionista Fernando Frías de la Parra. Si bien el film está basado en la novela homónima de Juan Pablo Villalobos, la adaptación está bien hecha, Fernando no lo hizo solo, colaboró con María Camila Arias. Me dieron ganas de leer esa novela, ver que tanto tiene de este film entretenido, con situaciones divertidas, algunos momentos extraños, pero bien contado.

Mi recomendación: Buena película mexicana, está bien contada y bien actuada.

Mi puntuación: 7/10

Donde Verla: Netflix