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El amigo de la familia

Drama Geremia, un sastre y usurero de avanzada edad, es un hombre repulsivo y tacaño que vive en una casa destartalada con su madre enferma. Su relación con el dinero es morbosa y obsesiva, y suele usarlo para entrometerse en los asuntos de los demás, fingiendo ser un buen amigo de la familia. Un día, un hombre le pide dinero prestado para la boda de su hija, de la que el avaro se enamora a primera vista. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
12 de julio de 2010
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de Las consecuencias del amor y sirviendo de antesala para su cinta más reconocida, Il Divo, Paolo Sorrentino sorprende con este fascinante drama en el que nuevamente deja constancia de su gran capacidad para la elaboración de personajes controvertidos, siniestros, metódicos, peculiares y con todo un mundo oscuro a sus espaldas que espera ser desvelado por el espectador, como el ocultado por el protagonista de la historia de El amigo de la familia, un usurero que hace las veces de sastre o más bien dispone de ese negocio como una tapadera de lo que se encuentra detrás, que es todo un ejercicio de pequeños préstamos relativamente menores que Geremia (Giacomo Rizzo) concede a quienes lo necesitan con unas comisiones bestiales y para colmo creyéndose caritativo por el trabajo que realiza “para la comunidad”.

Geremia cautiva por la supuesta pobreza moral de su despechado personaje, sin sentido de la amistad y con una peculiar forma de andar, por lo monstruoso de su figura. Su total ausencia de belleza se ve acentuada por un brazo escayolado y un inseparable manojo de llaves amarrado por un mosquetón que cuelga junto a su bolsillo. Es calculador, muy inteligente y vive aparentando una pobreza infinita, con su madre enferma y obesa tirada en la cama, viendo todo el día la televisión en una casa triste y mugrienta, hogar incomprensible para alguien que vive de prestar su dinero al prójimo con la idea de multiplicarlo. Acompañado de su fiel escudero Gino (Fabrizio Bentivoglio), que le ayuda en su trabajo, y escoltado por dos mellizos que bien pueden recordar a los célebres hermanos que componen el dúo “Los del Río”, Geremia disfruta haciendo girar su vida en torno a lo económico y la tacañería, rebuscando entre el césped del parque relojes abandonados cuando nada le costaría agenciarse él uno mismo con dinero de su bolsillo.

Con todo lo citado, esta película se propone el reto de ofrecer una visión tan original como moralista de un desarrapado personaje que encontrará en el espectador igualadas dosis de amor y odio, encuadrados todos los elementos de la película en una atmósfera inquieta que inicia su recorrido con unas primeras escenas que aparentemente, no nos dicen nada. Pero Sorrentino, como buen genio y exponente del mejor cine contemporáneo italiano, sabe cómo jugar a esto que se llama cine, dando como resultado una encantadora película que sin duda puede perdurar en la retina de muchos. La hipocresía y la mezquindad se verán entrelazadas con la búsqueda del significado de la palabra amistad y la confianza plena sobre una persona. Un humor muy negro bañará algunos de los muchos buenos momentos de los que dispone esta película, que en su totalidad es una notable obra, lección de calidad de gran cine europeo.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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7 de diciembre de 2008
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la notable "Le conseguenze dell'amore" y antes de "Il Divo" sus dos películas más celebradas, Sorrentino realiza su propuesta más libérrima, más abstracta, dificil y finalmente seductora. Da la impresión de que si Sorrentino sigue en la buena línea por la que transita y se termina convirtiendo en una figura importante del cine italiano, habrá que volver a "L'Amico di famiglia" como ese film poderoso, reflexivo y de catarsis que forja una personalidad cinematográfica fuerte y personal. Como el Fellini más suelto y divertido, como ese Buñuel que hallaba pedazos de auténtica verdad en las más surrealista de las acciones, Sorrentino construye una película tan a vuela pluma, tan fragmentada por sus locuras y juegos visuales y de composición que extrae finalmente belleza cinematográfica. Geremia, su personaje central interpretado con gran solvencia por Giacomo Rizzo es uno de esos monstruos tan humanos que crea el cine, tan reales como esperpénticos, que caminan entre la debilidad, la compasión y el más rancio de los comportamientos, como buen usurero que es. Y entre ese eje tan potente de su rol principal y las formas de la película se crea una historia extrañamente emotiva, introspectiva, fascinante, una rara avis de las que hay que cazar al vuelo porque la acumulación y el exceso de ofertas a veces dejan en un segundo plano.
Vargtimmen
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9 de junio de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que se ha dado a llamar el Renacimiento del cine italiano tiene, a mi entender, tres directores capitales: Giordana, Amelio y Sorrentino. Cada uno de ellos ha contribuido, desde su personal manera de entender este arte, a elevar de nuevo el nivel de un cine que siempre ha sido referencia y que ha vivido constantemente en la vanguardia del panorama internacional. Giordana y su especial capacidad para emocionar, Amelio con su visión humanista y real de la vida y el atrevimiento y originalidad de Sorrentino, han introducido, de la manera más brillante posible, el cine italiano en el siglo XXI.

Y es Sorrentino el que más importancia ha tomado, al menos a nivel de popularidad y reconocimiento. A esto ha ayudado notablemente el éxito obtenido por “Il Divo” pero también al enorme grado de aceptación por parte de crítica y público en sus dos presencias en Cannes: “Las Consecuencias del Amor” de 2004 y esta “El Amigo de la Familia” de 2006 dejaron un gran sabor de boca. En la primera ya se atisbaba un aroma especial y moderno con aquella historia criminal insólita y ese personaje sombrío interpretado por un Toni Servillo que anticipaba claramente su excepcional representación de Andreotti años después en “Il Divo”. Pero es sin duda en este film, “El Amigo de la Familia”, donde Sorrentino sorprende y sitúa su nivel cinematográfico en las alturas. El cineasta construye una película de las que no hay que saber nada: ni su argumento, ni su desarrollo, ni , evidentemente, su final. Solo sentarse a verla para empezar a disfrutar de unas composiciones de planos increíbles, de una utilización de la música ejemplar o de la presencia de unos personajes titánicos, gigantes. Fellini, Buñuel, Antonioni…influencias claras de un simbolismo y surrealismo que aparecen constantemente para dar forma a una historia donde las miserias humanas son las verdaderas protagonistas.

Un final sublime sirve para que el espectador ser trague hasta los títulos finales de crédito y le nazca esa curiosa sensación, mezcla de placer y felicidad, que hace de “El Amigo de la Familia” una experiencia inolvidable. No se la pierdan.
Alfie
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17 de diciembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi la peli que más me gusta de Sorrentino. Sin casi. El actor protagonista más desagradablemente bueno de los últimos años viene de Italia. En otras circunstancias resultaría prácticamente inverosímil que te creyeras lo que le pasa a ese protagonista sin que se te saltara una risa. Pero poco a poco, en un ejercicio de prestidigitador, Sorrentino logra atraparte con unas historias en apariencia inocentes pero que acaban dotadas de crudeza y realismo. Amigo, lo que hay detrás de cada gesto, de cada plano, de cada mirada en esta película. Y esa relación amor-odio de la rubia con el protagonista, que uno acaba por creerse...
cassavetes
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10 de diciembre de 2023
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334/04(05/12/23) Sugestivo drama italiano dirigido y escrito por el mejor de los cineastas actuales del país con forma de bota, el napolitano Paolo Sorrentino. Una turbadora historia que mezcla de modo sugerente ser un remedo del clásico cuewnto de hadas pasado por el tapiz del napolitano, emparentándose con la Bella y la Bestia, con toques de un film que no mencionaré para no inducir a spoiler. Pero siendo el mástil de proa el estudio de personalidad de un tipo en apariencia repugnante, pero que Sorrentino humaniza de modo vigoroso, como diciéndonos que hasta el peor de los monstruos tiene corazón, ello en un fresco incisivo sobre la avaricia, el deseo sexual, la arrogancia, la amistad, el poder de manipulación, la repulsión, ello desembocando el amor.

Estamos ante un patético protagonista, Geremia, tipo con muchas aristas y matices, un misántropo, viscoso, lascivo, en la fachada caricaturesco, obeso, anda encorvado, lleva siempre un brazo enyesado, cuelga de sus pantalones un manojo inmenso de llaves, es un ser siniestro, mezquino, tacaño cleptómano, que tiene por afición recorrer los parques con un buscametales, en sus propias palabras, "una persona patética y repugnante". Tras el escaparate de llevar un negocio de costura en la trastienda es exitoso prestamista usurero, pero en bajas cantidades para no llegar a pisarse los dedos, gusta de inmiscuirse en las familias a las que presta plata haciéndose pasar por amigo. Aunque en realidad solo parece tener un amigo, su socio Gino (Fabrizio Bentivoglio), con el que gusta ir de pesca. Vive en un piso deprimente, mugriento, con goteras, junto a su enferma madre (Clara Bindi), con la que parece sufrir el Complejo de Edipo, es un hipocondriaco que toma pastillas, lleva en su casa un pañuelo liado a la frente con rodajas de patata, dando una imagen grotesca. Y todo esto lo encarna de modo sublime la actuación mayestática de Giacomo Rizzo, que aprovecha el caramelo que este personaje para dotarlo de corazón, de expresividad arrolladora, consigue humanizar al Ogro hasta compadecernos de él, amén de aportar la voz en off de sus pensamientos (recurso narrativo muy de Sorrentino); Tendrá su talón de Aquiles cuando se enamora perdidamente de la bella y sensual Rosalba (Laura Chiatti), hija de un cliente recientemente coronada Miss Agro Pontino. La actriz Chiatti borda su rol con una química trémula en el contraste con Rizzo, poseedora de una personalidad dura, nada florero, mantiene ententes crudos con el protagonista ávaro, producen incomodidad en su aspereza, siendo sublime en el número de baile (otra marca de Sorrentino) cuando gana el certamen de belleza, acompañada por música de sintetizador (idem); Bentivoglio como Gino, es el otro que tiene gran peso en la trama con otro papel pintoresco, como un amante de la cultura country estadounidense, vistiendo de vaquero con sombrero y chaqueta con flecos, sueña con marcharse a Tennessee, emite melancolía de lo que anhela, tiene buena compenetración con Rizzo.

Mientras avanza el metraje vamos descubriendo al protagonista absoluto, pues solo estaremos con él. Iremos moviéndonos por sus clientes, y con ello percibimos su carácter retorcido de querer hacerse pasar por un altruista allegado, cuando no es más que un usurero cuidando que se no se desperdicie su dinero. Todo ello desenvuelto con diálogos inteligentes, con narración en off filosófica de Geremia, y con situaciones ingeniosas, siempre regando de humor negro el metraje. Hasta que en su parte final nos damos cuenta de que aquí nadie es trigo limpio, desembocando en un rush final nada complaciente, con ese turbador y esclarecedor encuentro de Geremia a las 4 de la mañana con varios tipos vestidos de romanos frente al coliseo de Roma.

Tiene tramos tan hipnóticos que solo sabe crear Sorrentino en conjunción con su DP fetiche Luca Bigazzi adornando los fotogramas con deliciosos movimientos de cámara, con una estética que por momentos exuda ensueño, ello surtido por encuadres medidos con mimo, con fulgentes cromatismos, como es (cosas tan simples) ver al público de un concurso de belleza llevar y colocar las sillas frente al escenario, o la retorcida imagen del inicio de una monja enterrada en la playa hasta el cuello, o crear sensualidad perversa en el candor de una chicas jugando al voleibol. También sexteado por secuencias tan inquietantes como la ‘seducción’ de Geremia a Rosalba el día de su boda. Ello punteado por otra de las especialidades de PS, la disposición musical en forma ecléctica con Antony And The Johnsons mezclado con el Concierto para violonchelo de Elgar, The Family Friend, o Jimmy LaValle.

Cinta de las que cala, sobre todo por la personalidad intrincada del complejo protagonista. Siendo otro escalón más hacia la cima del gran Sorrentino. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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