Rocky II

Siguiendo la estela de la primera, sin llegar a superarla, es después de esta la mejor de la saga, la más completa y la que demuestra más sentimientos, guión muy bien elaborado y con ansias de triunfar, tal como la tercera era con muchos combates y acción en el ring y sin embargo menos personal, la cuarta un videocilp patriótico y la quinta una forma fallida de acabar con esta interesante saga y la sexta un final digno, en solución la original y esta secuela son las más acertadas, pero sin menospreciar la saga, pues soy fan de Rocky y sus secuelas.
Aquí se ve como la fama es efímera y como bien dice Rocky a la salida del hospital a un agente de publicidad –La gente tiene poca memoria.
Como después de un acoso y derribo por parte de casi todos los vecinos del barrio humillan y presionan para que vuelva al ring, cosa que le prometió a su mujer Adrian que dejaría.
Vuelve al barrio a trabajar en lo que buenamente puede, después de fracasar en el mundo de la publicidad – Olerás mucho a Rata…mucho rato. Las cosas no le son fáciles y acude al gimnasio de Mickie su entrenador para estar cerca del mundo del boxeo que es lo que realmente la llena como persona. Una sucesión de hechos le hacen que vuelve al Ring para volver a enfrentarse con Apollo Creak.
Gran película con diálogos memorables y momentos muy graciosos, como cuando está rodando los anuncios de la tele. –Lee los carteles para tontos.
Dirigida muy bien por el mismo Stallone que se convertía cada vez en más estrella y más taquillero, Rocky y Rambo tuvieron la culpa, escrita, dirigida e interpretada por él mismo, como Orson Welles o Chaplin, sin llegar esa altura claro está. Los actores repiten ampliamente todos, Philadelphia el lugar escogido y el entrenamiento original y divertido como en toda la saga, muy recomendable a todos los fans de Rocky y a los que no pues también les gustará.


PD: Yo no te pido que dejes de ser mujer, no me pidas tú que deje de ser un hombre.

El segundo acto de Rocky es una especie versión alternativa de la primera parte, en la que da la sensación de que pocas cosas han cambiado, Rocky sigue siendo el mismo, su vida a sufrido un ligero empujón económico y su popularidad tras el combate le proporciona nuevas vías para salir adelante. En el actual mundo del DVD ambas películas, primera y segunda parte podrían coexistir en un sólo disco como diferentes versiones de la misma película con final alternativo. Una película que al igual que la primera no defrauda en cuanto a su actitud hacia los personajes y que avanza en cuanto ritmo y continuidad sin llegar ni mucho menos a la altura del original.

En 1976, Sylvester Stallone creó y mostró al mundo uno de los personajes más peculiares de la historia del cine que ha recibido golpes tanto de derecha como golpes bajos a partes iguales por parte de crítica y público. Pero siempre encajándolos de la misma manera: con resignación y humildad. Esta primera parte de una larga saga dirigida por el director de “dar cera, pulir cera” (John G. Avildsen) se alzó con las estatuillas de mejor película, director y montaje y propició el salto definitivo de Stallone a la fama internacional en el mundo del celuloide.

Esta segunda entrega significó la primera película de Rocky dirigida por Stallone y la segunda en su carrera como director. En ella vemos al mismo tipo sencillo que en la primera intentando luchar de la mejor manera que puede en la vida. Se encontrará con que encima del ring no es el único lugar donde se reciben golpes como la enfermedad de su mujer Adrian (Talia Shire), no encontrar trabajo y las dificultades familiares que ello conlleva, sus propios problemas personales, ver que a tu alrededor hay más gente que estorba de la necesaria, etc. El problema es que Rocky no sabe hacer frente a ellos aunque esto no le impide seguir siendo fiel a su naturaleza tranquila y entusiasta (quizás un poco de mala hostia tampoco le vendría mal) pero dentro del ring es otra cosa. Golpe que recibe, golpe que devuelve. Y así, después de una boda, una casa, un coche, un hijo y un entrenamiento bajo la imperecedera melodía de Bill Conti le llega la oportunidad al gran Potro Italiano de Philadelphia de convertirse en Campeón del mundo de los pesos pesados ante el incombustible y bocazas (futuro amigo de Rocky) Apollo Creed.

Le sucederían cuatro películas más en las que veremos la vida y obra (combates) de Rocky Balboa en los que se sucederán sus habituales acompañantes de viaje, rivales de ring, fanáticos del boxeo y apasionados del cine. El propio Sly ha manifestado que es el personaje que más le ha gustado interpretar y al que más cariño le tiene. Y yo estoy de acuerdo con él.

P.D: No llego a entender el menosprecio por un gran sector de la crítica y el público hacia la saga Rocky basándose mayormente en el argumento de que salvando la primera parte, ninguna aporta nada nuevo. Pero… ¿qué esperáis? ¿Qué Rocky se suba al ring y cuando suene la campana se ponga a bailar una sardana en tanga? No lo entiendo. Me gustaría saber qué opina esa misma crítica y público de otras sagas como El Padrino, El Señor de los Anillos, Alien, Matrix, Star Wars, Batman, etc. ¿Qué muestran las segundas y terceras partes de estas sagas diferentes a la primera entrega? Podrán gustar más o menos según la temática de cada persona, pero como argumento principal para devaluar una serie de películas me parece patético.

"Tu le puedes vencer porque eres un potro, eres un tanque italiano de 90 kilos."

La segunda parte de Rocky comienza poniendo en antecedentes mediante unos pequeños flashback el camino pugilístico de Rocky acabando por situar al espectador en mitad del de ring, en los últimos minutos del combate entre Rocky Balboa y Apollo Creed. Así el film se comporta como una continuación natural de lo que sucedió en su primera parte. Es decir, con la llegada de los dos contrincantes en el hospital, pocos minutos después de haber librado la gran pelea de boxeo. Un combate que dió como ganador a Apollo Creed por puntos pero que moralmente ganó con contundencia Rocky. Este hecho, será el principal motivo por el cual el primero quiera volver a enfrentarse al Potro Italiano y así demostrar a todo el mundo que lo que sucedió fue pura casualidad.

Dirigida y escrita por Silvestre Stallone, Rocky II seguirá conservando aún esa “esencia” que tanto gustó en la primera entrega, aunque es cierto que no aporte apenas nada nuevo. Una película en la que vemos que pese a ser un reconocido boxeador por haber aguantado 15 asaltos al campeón mundial de pesos pesados, sigue siendo un pelele al cual nadie tiene en consideración ni respeto.

Con la misma honestidad y sacrificio, volvemos a ver a un incombustible Silvestre Stallone dando vida a un Rocky Balboa agotado que parece que carga con el mundo a sus espaldas una vez más. Un hombre que lucha por ganar el éxito soñado y darle una vida digna a la chica que ama. Solo el boxeo parece ser el único sitio donde Rocky puede triunfar y demostrar quien es una vez más, tarea que no será nada fácil ya que tendrá que adquirir de nuevo ese portento físico y mental que perdió desde el último combate. También volvemos a ver a un desafiante Apollo Creed muy bien caracterizado por Carl Weathers, que quiere demostrar de una vez por todas que él es el campeón mundial de los pesos pesados. No sería justo no hacer mención a Talia Shire interpretando a una notable Adrien de nuevo, en esta ocasión ejerciendo el rol de mujer de Rocky y siendo una vez más la pieza angular que gira en torno al protagonista.

Bill Conti vuelve a tener entre sus manos la banda sonora, realizando un trabajo correcto. Realizando 8 temas, de los cuales algunos de ellos son recopilaciones del anterior disco como el mítico tema Gonna Fly Now o simplemente adquieren alguna modificación como el tema de Overture.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)

Allí estás, en el ring, aguantando una lluvia de puñetazos de Apollo Creed, el campeón. Y tú, un mísero gorila treinteañero que dejó de estudiar a los 14 años y apenas sabe leer, plantándole cara, mirándole a los ojos.

No ganaste la pelea, pero no logró tumbarte. Y eso suena a victoria para tus oídos.

Ahora la gente sabe quien es Rocky Balboa, conseguiste conquistar a aquella flor que parecía inalcanzable y te llevaste algún dinero por el combate. La vida empieza a sonreírte.
Pero la fama es algo que pilla por sorpresa a un chico de barrio como tú, deseoso de comerse el mundo. Y el dinero no es eterno, y la gente olvida pronto. Y cada acto tiene consecuencias.
Humillar al campeón no es algo que pueda hacerse sin esperar respuesta.
Pide venganza, pero tu no la deseas, tienes a tu mujer y un hijo en camino, pero la sociedad y los egos pueden ser muy malos consejeros.
Y la historia se repite, y vuelves a no tener dinero, y vuelven las segundas oportunidades.
Y una vez más atas tus botas, te enfundas los guantes, subes las escaleras, suena tu canción y le pides al Señor que la paliza no sea tan dura.
Pero esta vez te acompaña toda Philadelphia, coreando tu nombre, vibrando con cada golpe que asestarás.
Lo que no sabes, es si esta vez es para mejorar o para empeorar...