La estrella

En Hollywood, muy pocas actrices logran la permanencia. A sus 30 años, la mayoría de ellas ya son consideradas viejas… y su cotización entra a la baja pasando su foto al álbum donde, ocasionalmente, son llamadas para hacer de madres, tías o abuelas. Con gran empeño, a esto se resistió hasta su muerte la gran Bette Davis quien, un día, declaró: “Sé que tengo que aceptar que mis próximos papeles serán, cada vez, de una mujer más y más anciana, pero, aún en estos casos seré la protagonista. Quiero acabar con mi nombre por encima del título de la película”.

Como una denuncia de esta deplorable costumbre de la industria hollywoodense, y a la vez, como una voz de aliento para las incontables actrices que se han visto en tales situaciones, surge esta historia que escribiera la pareja, Dale Eunson y Katherine Albert (“Sabre Jet”, “How to Marry a Millionaire”…), con la cual, Bette Davis, a sus 44 años, vuelve a ser la protagonista como una de las pocas excepciones y merced a un talento, sin duda, excepcional.

Aquí, ella es la actriz, Margaret Elliot, venida a menos al alcanzar su mediana edad y llena de deudas que ya no puede pagar, pues, los productores ya no la toman en cuenta, no obstante haber ganado un Oscar y tener un nombre que muchos reconocen en las calles. Margaret tiene una bella hija en la flor de la adolescencia, pero, ni siquiera los deberes que tiene para con ella, la convencen de hacer otra cosa, pues, aún guarda la esperanza de que podrá volver a actuar. Cuando tiene un casual encuentro con el ex-actor, Jim Johannsen, dedicado ahora a otras labores, su presencia la hará mirar nuevas opciones… y quedará a su elección seguir alimentando la esperanza del cine o tomar otro rumbo para seguir sobreviviendo. ¿Qué ocurrirá de aquí en adelante?

Margaret Elliot, es uno de esos personajes que sirven de espejo a muchísimas personas que, tras haber alcanzado el éxito en determinadas profesiones, un día la vida los coge sin las suficientes provisiones y les “regala” una de esas crisis que, algunos superan con tesón y sabiduría… pero, otros se hunden hasta caer en la desgracia. Lo que hará, Margaret, es bien aleccionador y vale la pena verlo porque, posee, además, una serie de reflexiones y de pruebas que vale la pena considerar. Quizás se nos dé constancia de que, ser útil a los demás, puede, sin pretenderse, ser un buen seguro para esos momentos difíciles que, un día, vamos a tener… y, puede que también entendamos que, para alcanzar la felicidad no hay un solo camino sino cientos si somos capaces de ver.

Bette Davis, es secundada por el carismático Sterling Hayden, quien, como Jim Johannsen, recrea a la suerte de hombre que ofrece equilibrio y seguridad; y Natalie Wood, es la buena chica que, lo que más parece anhelar, es un hogar bien constituido.

Stuart Heisler, vuelve a demostrar una gran sobriedad en la dirección y su filme se desenvuelve como un efectivo drama donde, la puesta en escena, la iluminación, la edición, y demás aspectos estéticos, encajan debidamente.

Esto es cine para aprender a vivir.

Título para Latinoamérica: LÁGRIMAS AMARGAS

Unas cuantas películas abordan la lamentable e injusta decadencia de estrellas valiosas que gozaron de un gran reconocimiento. Y si no vean también “El crepúsculo de los dioses”
El desenlace final depende de la aceptación y resignación del personaje.
Merecida nominación a Bette, ya que plasma perfectamente el dolor, miedo e inseguridad provocados por el olvido a la que en su tiempo había sido una prestigiosa actriz.
Realmente esta es una difícil batalla a la que todos los actores tienen que hacer frente alguna vez en sus vidas.

Película de corte psicológico dirigida con buen pulso narrativo y con encomiable concisión expositiva apoyada en juegos de cámara muy elocuentes para resaltar el dramatismo del argumento..
Muy convincente B. Davis y una Inesperada Natalie Wood componen, junto al resto del elenco, una interpretación magnífica.
Historia sólida, muy bien construida, oportuna, didáctica pero, al mismo tiempo, sencilla y sin ampulosidades.

El descenso a los infiernos de la autodestrucción por el camino de la vanidad, de la decepción y del orgullo sucede en el cine y sucede en la vida misma, incluso en la vida que se vive en el cine.
Y es bueno saberlo.

Invierno mortal (también fatal).
Como Winona Ryder en Noche en la tierra, hermana gemela, antes muerta que famosa, mejor taxista que pedorra, en el tiempo viajamos.
La banda sonora de Victor Young es hermosa, ella es tremenda y fabulosa, Sterling, el hombre perfecto, trabajador, inteligente, generoso, enamorado, comprensivo, flexible, paciente, de no te menees un chulazo, Natlie Wood (también, como Hyden, el agua como destino o fin de ciclo, esta película es en ese horrible sentido un triste anticipo, un negro augurio) un pimpollo cursi cargante repelente adorable y el guion tiene sus buenas ideas/recursos* y un final sorprendente, a su vez a cada paso da soluciones/bandazos de melodrama tópico estupefaciente** y se producen/perpetran giros argumentales de sonrojo por lo previsible y anunciado, pero así en general es elegante, dulce y entretenida sin llegar a mayores, pasatiempo bello raquítico.

Es muy curiosa esta película como surgió...

Esta película, se hizo pensando en Joan Crawford. Se dice que rechazó hacer el papel aunque luego se dijo que nunca se le ofreció. En cambio, Bette Davis, que no se llevaban bien, aceptó con gusto el papel.

Es curioso saber, que dos años más tarde, en 1954, Joan Crawford hiciera una película queriendo representar ser mucho más joven, tal como sale en esta película.

Pero aquí no acaba el culebrón. Los guionistas, amigos de Crawford, enviaron a su hija Joan Evans de 17 años, para que Crawford la persuadiera de casarse con un vendedor de coches. Aludiendo que era muy joven para casarse. Crawford, para vengarse por esta película, organizó la boda en su propia casa, y no invitó a sus padres. Lógicamente, la relación entre la pareja de los guionistas y Crawford se acabó. Eso sí, en 1984, Joan Evans le hizo un homenaje a Joan Crawford.

Curioso lo que hay detrás de una película... y bueno, ahora valoramos la película en sí, que no tuvo éxito, pero aún así Bette Davis fue nominada a la mejor actriz. Ella está como siempre, espléndida. Sale un atractivo Sterling Hayden (muy atractivo) justo cuando estaba en los más alto gracias a "La jungla de asfalto" de 1950.

La película en sí, tampoco tiene mucha más chicha, es muy curiosa, y quizás mucho más a día de hoy, ver como el cine de antes (más o menos) y lo que significaba el cine a ciertas personas.