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La que apostó su amor

Drama. Romance Cuando la reportera Ellen Garfield (Bette Davis) se desmaya al presenciar la ejecución de una mujer que asesinó a su amante, su novio Curt Devlin (Goerge Brent), que trabaja en el periódico rival, trata de convencerla de que el periodismo es cosa de hombres y de que su lugar está en la tranquilidad del hogar. Pero Ellen no se deja persuadir; le asegura que una mujer puede hacer tan buenos reportajes como un hombre y, además, está ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
10 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Vaya si le ha costado a la mujer abrirse camino en la sociedad machista! Resulta muy triste y deplorable, que todavía un porcentaje excesivamente alto de mujeres, caigan rendidas ante el dinero permitiendo que cualquier hombre vulgar mancille su dignidad por unos cuantos billetes; admitiendo que las filmen y les tomen fotos en las poses más degradantes... o haciendo cosas humillantes e indignas por conservar un puesto o una posición. Porque no nos digamos mentiras, en la humillación y el irrespeto -entre personas de igual a igual- son comunes los casos en que, es la permisividad de la víctima la que hace posible la acción del victimario.

Pero, por suerte, cada día surgen otras tantas mujeres formadas con carácter y dignidad, con empuje y verraquera, dispuestas a capacitarse para poder reclamar, con el más pleno derecho, el ser respetadas y valoradas como se merecen... y cuando la mujer toma conciencia de lo muchísimo que vale, nada la detendrá en la conquista de su integridad y en su afán de lograr un buen lugar en el mundo con que ahora cuenta para su existencia… y sin duda alguna, ésto lo hará con el hombre o contra el hombre.

Ellen Garfield, es una muchacha de este talante. Trabaja como reportera del Daily Star, pero su poca experiencia la ha convertido en el hazmerreír de sus colegas… y más aún de sus competidores -los periodistas del Daily Express-, entre los que se encuentra, Curt Devlin, el hombre que por estar enamorado de ella, considera que su lugar es la casa y no la calle, donde el periodista se enfrenta a diario a situaciones “sólo aptas para hombres”.

Estamos en la tercera década del siglo XX, y todavía la gran mayoría de los hombres piensa que el lugar de la mujer es la crianza de los hijos, y que los únicos empleos a los que puede acceder –si es soltera- son los de secretarias, recepcionistas, coristas… o prostitutas. Pero ya hay mujeres que han comenzado a zafarse las cadenas, y Ellen piensa demostrarle a su prometido que, como periodista, una mujer puede ser tan buena como cualquier hombre.

Con, <<LA QUE APOSTÓ SU AMOR>>, el director, Michael Curtiz, se la juega en pro de los derechos de las mujeres, con una historia ágil, divertida, y llena de frescas y deliciosas sutilezas, con las que la batalla de los sexos tomará su justo punto de equilibrio. El filme significó el encuentro entre la genial, Bette Davis, y el carismático, George Brent, quienes alcanzan aquí una química tan especial que sus relaciones trascenderían la ficción y luego harían pareja en un total de ¡once películas!

Detrás de cámaras, se comentó que, una vez más, Jack Warner le propuso a, Curtiz, al actor Errol Flynn para que hiciera el breve rol de Coulter, pero, él prefirió a Gordon Westcott, y consiguió imponerlo ante el jefe del Estudio.

Ahora, miren bien la escena del juicio… y díganme si no fue viendo esta película que el brillante escritor, Reginald Rose, se inspiró para su magistral guion de, “12 Angry Men”.

Es un hecho, el cine también es inspiración.
Luis Guillermo Cardona
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20 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia frenética acicalada con su trama detectivesca, con su clave judicial, con su perfil amoroso y con un destacado sesgo humorístico que se imbrican entre sí como un elegante juego de insinuaciones bajo la acertada dirección de un inspirado M. Curtiz.
El intenso toma y daca interpretativo entre G. Brent y B. Davis no ofrece un minuto de sosiego y mantiene durante toda la proyección ese tono de vehemencia a medio camino entre lo visceral y lo profesional que conviene al argumento.
Magnífica actuación de ambos.

Sentido de la oportunidad, precisión conceptual, rapidez de reflejos y coordinación del ritmo confieren al largometraje todos esos valores por los que a partir de los años treinta el cine dejó de ser una aventura de caracteres difusos para convertirse en el definitivo Séptimo Arte.
ABSENTA
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7 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No le doy menos puntuación porque está Bette Davis, que intenta salvar la película, y es que, primero de todo, su personaje de mujer fuerte y que quiere la igualdad con el hombre, está tambaleada y se bufan de ella cada dos por tres, aunque parece ser que se iguala, desde mi punto de visto, ha sido tan tambaleada que no consigue balancear la igualdad de los sexos.

A parte de este punto machista, el guión está muy cogido con pinzas, es muy rápido mucho, quizás para que no repares en los fallos, pero ver que un par de periodistas tienen más poder que la misma policía, y que sean ellos los que decidan ciertas cosas.... no sé.... quizás en los años 30 realmente funcionaba así, quizás, aunque lo dudo. Es por eso que hace que no sea muy creíble toda la trama.

Lo único que lo salva es la propia Bette y algunos momentos de comedia.

Realmente Bette, en aquella época ya era una de las asiduas del cine haciendo varias películas por año.
edugrn
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1 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una interesantísima propuesta de la Warner y un grato avance de su director Michael Curtiz, que también hacen una valiente apuesta, al igual que nuestra protagonista en ella (una emergente Bette Davis), en procurar una reivindicación del papel de la mujer profesional, aunque todavía de una forma algo tímida y vacilante (estamos en 1935), los cuales nos presentan una especie de comedia desenfadada protofeminista, en claro precedente de las películas que unos pocos años después proliferarían, del estilo de "Luna nueva" de Hawks o "La costilla de Adán" de Cukor, sentando así las bases del emergente papel de la mujer en la sociedad.

Al ver estas películas, uno se da cuenta realmente de lo difícil que ha sido para la mujer ir reclamando poco a poco su lugar, los obstáculos que ha tenido que sortear, las zancadillas que ha tenido que esquivar y, lo que casi es peor, la condescendencia masculina que ha tenido que soportar.

Davis encarna aquí a una reportera, recién ascendida a su cargo, que tiene en sus manos la oportunidad de cubrir su primera noticia importante, una ejecución. Tiene un novio (George Brent) periodista en un periódico rival, que quiere casarse con ella cuanto antes y no cesa de repetirle constantemente que esa profesión le viene grande, que su sitio está en el hogar y que las noticias importantes no son aptas para los delicados y ultrasensibles espíritus femeninos.
Brent no es diferente a cualquier otro hombre de su época. De hecho, cuando ella acuda a la sala de prensa de la cárcel para cubrir la noticia, todo el grupo de compañeros lanzarán risitas de conmiseración, realizarán comentarios condescendientes y la mirarán con enormes aires de suficiencia.
Desgraciadamente, Davis sucumbirá en ese primer intento, se desmayará al ver la ejecución lo que no hará más que confirmar la opinión del resto de sus compañeros acerca de la blandenguería innata de las mujeres.
Pero esto no desalentará a Davis. Se ha propuesto demostrarse a sí misma y a su novio que es tan buena periodista como él por lo que entrará en competición con Brent para obtener la primicia de la siguiente noticia y no se casará hasta que no lo haya demostrado.
Una apuesta, una competición, se desencadena entre los dos amantes, todo vale, no hay reglas, métodos justos o injustos con tal de ganar, el combate es desigual, a Brent le conceden la ventaja en este film, por algo hacen de Davis "la novata", el chico es más listo, más perro viejo, tiene más escuela, Davis es la aspirante en este combate periodístico y el chico se la colará en más de una ocasión, no importa, nuestros ánimos estarán con la aspirante y apostaremos por ella, diez a uno si hace falta, no es el caballo favorito pero sí tiene madera de campeón.
La subtrama, que será la propia noticia a cazar, implica un asesinato y la búsqueda del asesino correspondiente. No será muy importante para nosotros. Nuestro interés se centrará en la batalla de los dos rivales.
Diálogos frescos, rápidos, contundentes, difíciles de seguir, no es una screwball todavía aunque algo de eso comienza a asomar tímidamente.
La química entre la pareja protagonista aquí es muy buena, se compenetran muy bien, resultan creíbles y simpáticos, incluido Brent, quien a pesar de su machismo recalcitrante consigue despertar nuestras simpatías.
Pero el gran acierto del equipo en mi opinión es cómo consigue mostrar la gran barrera que representaba la sociedad. A Brent todo se lo ponen más fácil en función de su condición masculina. Tiene acceso al interior del edificio que arde. Davis no, por ser mujer. Tiene acceso a la toma de declaración de un testigo. Davis no. Esto hace que sintamos en nuestra piel la ausencia de igualdad de oportunidades. Para Davis va a ser más difícil obtener la noticia y deberá esforzarse más, me parece un gran acierto por parte de los realizadores que se hayan percatado de mostrar algo así.
La verdad es que, sin ser una comedia de las redondas, me parece un loable esfuerzo y una pequeña contribución temprana a la causa. Unos pocos años más y la mujer ya habría conquistado el pantanoso terreno del hombre, sin resbalones, ni caídas.

PD: Sidney Lumet vio esta película, estoy seguro. La deliberación de su jurado en "Doce hombres sin piedad" se parece increíblemente a la que vemos aquí.
Izeta
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