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Till: Justicia para mi hijo

Drama La historia de Emmett Louis Till y el legado de su madre, que buscó justicia para su hijo asesinado.
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
23 de noviembre de 2022
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil no empatizar con la madre protagonista y con la situación de la población negra en Estados Unidos. Conociendo que hasta mediados del siglo XX, que se dice pronto, no consiguieron la plena igualdad legal (que no social) y que hasta el mismo 2022 no se ratificó la ley de antilinchamiento, repito que es difícil no sentirse afectado.

Y ahí radica mi problema, porque Till es una película basada en un hecho real, no el hecho real en sí mismo, y pido calidad a una película, no que ya tenga que poner la emoción y la ubicación yo por adelantado con poca o ninguna ayuda del director.

Como producto cinematográfico, es bastante mediocre en muchos aspectos, aunque destaca en la interpretación femenina, la cual el director explota en primeros planos alargados (donde todo lo que ocurre alrededor lo intuimos por las palabras de la actriz y sus gestos), y en la ambientación. Y ya está. Es que yo mismo estaba sorprendiéndome de que entre tanta lágrima, tanta situación chunga y tanto enseñar el cuerpo destrozado del hijo, no me estuviera emocionando como debiera, pero debo de ser yo, que tengo la inteligencia emocional de una ameba, supongo, cosa que no me pasó, por cierto, con la serie Raíces, ni con 12 años de esclavitud, ni con Arde Misisipi, ni con Harriet, ni con Matar a un ruiseñor, ni con Malcolm X ni con Tiempo de matar, por poner varios ejemplos. La edad, quiero pensar.

Desde mi punto de vista, no retrata emocionalmente bien la situación de los negros en Misisipi, ni me cuenta bien el juicio, ni me cuenta bien por qué en Chicago se ha evolucionado más que allí. Que sí, que por supuesto que lo sabemos, pero es que el director da por sentado una serie de aspectos que no desarrolla y que hace que el montaje de la película quede deslavazado y cansino, al centrarse en el 95% del metraje en lo que ocurre con la madre, que es omnipresente en toda la cinta, y no abrir campo y contarnos los entresijos políticos o legales, por ejemplo.

En definitiva, desde luego no está entre mis 30 mejores películas que tratan el tema del racismo en Estados Unidos, pero supongo que tendrá su tirón por aquello de que se acerca la temporada de los Oscar, cosa que también pasará con la nueva de Will Smith, que va del mismo tema.

Veremos.

Que os guste.
Áralan
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8 de marzo de 2023
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El joven negro E. L. Till se atrevió a hablar familiarmente a una mujer blanca, lo que ahora iré desgranando mejor, y terminó con su secuestro, tortura y asesinato. Pero esa muerte no tuvo ninguna consecuencia para los responsables, y se convirtió en un punto crítico en el movimiento de los derechos civiles.

Esta película aborda el caso desde un ángulo único, centrado en la madre del joven, Mamie Till-Mobley (Deadwyler) y su lucha valiente, por momentos solitaria, para encontrar alguna forma de justicia para su hijo. El resultado es una película hecha con una empatía inquebrantable y un coraje cabal.

Till es un niño de 14 años, animoso, le gusta cantar y bailar e imitar los números televisivos. Vive felizmente cos su madre, viuda de guerra, y está también muy próximo a su abuela. Quieren las circunstancias que, alentado por la abuela, aunque contra la opinión de la madre, Till viaje a Misisipi a conocer a sus primos.

El asunto es que, tras el trabajo con sus primos en el algodón, en una pequeña tienda se dirige a la mujer (blanca) del local con la broma infantil de que parecía una actriz de cine. Eso fue suficiente para que fueran a por él, lo golpearan y lo mataran.

Tras el brutal asesinato de Emmett Louis Till en 1955, su madre se arma de valor para reclamar justicia en medio de una sociedad dividida. Esta cinta es la historia de una madre que buscó justicia para su hijo asesinado. Víctima trágica, su muerte sigue considerándose uno de los ejemplos más terribles de racismo en toda la historia estadounidense contemporánea.

La directora nigeriana Chinonye Chukwu nos cuenta con pleno control de las claves del cine americano, la historia de Till, un púber de catorce años de raza negra que vive con su madre en Chicago y que resultará fatalmente muerto por unos racistas asesinos.

Chukwu recurre a una serie de elecciones estéticas que sorprenden para bien, incluidos brillantes colores y la luz de exhibición (magnífica fotografía de Bobby Bukowski); intercala cambios temporales, atrás-adelante, especie de recesos en la trama con cambios de luz asombrosos, más claros para recuerdos retrospectivos. Muy muy acertada la música de Abel Korzeniowski, que siembra el ambiente de turbación y tensión con elegidas canciones pop y desgarradoras olas orquestales.

Ambientación con un superlativo diseño global de los aspectos de la producción escénica. Detalles de época maravillosos (calles, automóviles, etc.). Muy cuidado el vestuario, que evoca perfectamente los símbolos del estilo de mediados de siglo pasado, desde el empapelado del dormitorio de Emmett hasta el cabello planchado de Mamie y los juegos de joyas cuidadosamente combinados.

En cuanto al guion, Keith Beauchamp, Chukwu y Michael Reilly, hacen una singular adaptación de la autobiografía de Simeon Wright, primo de Till y testigo directo de los acontecimientos. Por empezar, son impactantes y dramáticos la identificación del cuerpo desfigurado del muchacho, por una madre que lo palpa centímetro a centímetro, cuando recibe el cuerpo en Chicago, proveniente de Missouri en avanzado estado de descomposición.

El foco de atención principal está en el impacto del funeral con el ataúd abierto en Chicago, subrayando la contundente claridad con que Mamie defiende a su hijo y cómo, su postura anima a otros a hacerlo también. Es en esta parte cuando la protagonista se compromete en la causa, no sólo de su hijo, sino de todos los negros que sufren y padecen la ignominia del maltrato racista.

Hay un episodio, cuando la tía abuela de Emmett, que ha viajado a Chicago al entierro, Elizabeth (muy bien Keisha Tillis), manifiesta que no puede mirar el rostro del muchacho en el funeral. En ese punto, la madre de Emmett le dice que debe hacerlo, y lo hace en un tono y una manera que es como si nos hablara a todos, que tanto se dirige al auditorio que abarrota la sala funeraria en la gran pantalla, como a los espectadores. Nos insta a no apartar la vista de la barbarie que ha desfigurado la cara del joven muerto.

Mamie Till-Mobley es un difícil papel intenso y lleno de matices que interpreta Danielle Deadwyler, actriz que realmente se vuelca en un remolino emociones sobre la pantalla, aguantando bien primerísimos planos con gestos y todo un repertorio emocional intenso y extenso. Este personaje, en la realidad, canalizó su inmenso dolor hacia su labor como activista por la defensa de los derechos de la comunidad afroamericana.

Woophi Goldberg es Alma Carthan, la madre de Mamie y la abuela de Emmett, que instó al niño a visitar Misisipi. Sean Patrick Thomas está muy bien como Gene, el amoroso y solidario novio. Magnífico Frankie Faison como el Sr. Carthan, padre de Mamie que la acompaña en todo momento. Y Emmett, encarnado por un Jalyn Hall muy expresivo.

En suma, Chukwu mantiene la película alejada de clichés narrativos y adornos dramáticos, también huye de la violencia explícita, y si bien aflora una vena sentimental evidente, su prioridad es la denuncia de un sistema legal y social que perpetúa el racismo. Este objetivo se cumple.

Post scriptum

Era esta obra una de las grandes favoritas para la temporada de premios, pero la Academia no la ha incluido entre sus candidatas los Oscar 2023, descartando de facto una de las favoritas de las quinielas. La cineasta se ha enfadado y cree que su no nominación se debe a un claro caso de misoginia y racismo contra las mujeres negras: «Vivimos en un mundo y trabajamos para industrias agresivamente empeñadas en sostener la supremacía blanca y en perpetuar una misoginia descarada contra las mujeres negras», ha explicado Chukwu.

Publicado en revista ENCADENADOS: https://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/6803-till-el-crimen-que-lo-cambio-todo-3
Kikivall
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21 de marzo de 2023
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parte de la audiencia afrodescendiente se ha alejado de esta película por considerarla se regodea en la extrema violencia del asesinato de Emmett "Bobo" Till y en la increíble necesidad de cierta parte de Hollywood de recrear violencia, dolor y brutalidad en las personas no blancas como forma de excusa moral y camino a los Oscar (véase 12 años de esclavitud, Amistad, Antebellum, etc).

Parte de la audiencia blanca ha tildado a esta cinta de melodramática y facilona en su cometido. Cuando no, le han pedido que hubiera sido "más real" y con mayor contexto, casi con la narración en off de un documental.

Y realmente esta película, que han recomendado visionar los descendientes de los familiares de Mamie y Emmett, pretende hacer un homenaje a la relación madre-hijo de sus protagonistas. A quedarnos en el dolor de esa madre y de cómo se convierte en motor de cosas grandes, inimaginables hasta entonces en los años 50 del siglo XX. Porque como dice en su monólogo de cierre, escapar al racismo y vencerlo es cosas de todos, y que nadie estará a salvo viva en el Norte de EEUU como vivía ella o en el Sur donde Emmett fue secuestrado, torturado brutalmente y asesinado tras un encuentro con la dueña blanca de una tienda de comestibles: la versión de la cinta que es la de las memorias del primo de Emmett Till en la que está basado el guión es que hizo comentarios sobre su parecido a una estrella del cine y le silbó al comprar unas gominolas en su tienda, la versión de la mujer durante el juicio fue que intentó agredirla sexualmente.

Es una película que no es apta para todo el mundo por su honestidad a la hora de explicarnos la conexión de Mamie con Emmett y posteriormente con su cadáver. La escena es larga, explícita en su deseo de acompañarnos en el dolor y la pena y la violencia que es ese cuerpo tan amado. Danielle Deadwyler está magistral en cada minuto de cámara con primeros planos que a veces reflejan la angustia asfixiante del momento. Pero para mí es la pieza central del filme y sobre la que pivota emocionalmente el resto de la película. Con su decisión de un féretro abierto y un funeral público en Chicago y con posibilidad de asistencia de la prensa, Mamie fue una mujer visionaria que consiguió acercar al mundo el silencio de la violencia racista en EEUU y concretamente en los antiguos estados confederados. Y aquello fue el principio de su activismo.

No voy a mentir: me pasé llorando la primera hora de la película, pero desde ese lugar de dolor el resto de la cinta deja de ser un melodrama para convertirse en una muestra de cómo Mamie entiende el sistema jurídico de EEUU y cómo se organiza la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) que lleva en marcha desde 1909 para proteger a la población afroestadounidense, para buscar y aglutinar pruebas y testigos, y para atesorar espacios de resistencia como el pueblo de Mound Bayou, ciudades donde la población negra podía vivir en paz, regentar comercios y tener asistencia médica liderada de forma exclusiva por afroestadounidenses. Algunas de esas balsas de supervivencia también fueron arrasadas como Tulsa el Wall Street Negro y el barrio de Séneca en parte de lo que hoy es Central Park... Una conversación histórica pendiente.

Si atendemos a los detalles y no olvidamos que está auspiciada por la producción de Woopi Goldberg que actúa además en el papel de la abuela de Emmett Till, y recordamos que esta historia apenas si acaba de cristalizarse en la ley federal Emmett Till del 2022 considerando el linchamiento un delito federaly por tanto, un asunto estatal y no solo de manejo en cada unos de los estados de EEUU; si recordamos que el centro del relato es la madre de Emmett, que la cámara está de forma continua a su alrededor, acompañándola, y que lo único que quiere es que "el mundo sepa de cómo han tratado a su hijo"... es imposible que uno no llore ni se emocione, en ocasiones lleno de rabia, pero al mismo tiempo entienda que dignificar a las víctimas de asesinatos racistas es humanizar a esas personas cuyas vidas fueron sesgadas por un sistema que protege la supremacía blanca.

Y en este aspecto la película recalca, que a pesar del miedo de Mamie, de esa premonición griega de tragedia autocumplida, Emmett era solo un niño de 14 años. Interpretado por un Jalyn Hall carismático e ingenuo en su retrato de Till como un chico de ciudad del Norte halagador, bromista y algo fanfarrón, alejado de los problemas de sus primos en Mississippi (la amenaza diaria de ser asesinados por sus vecinos blancos por cualquier altercado).

En otro orden de cosas, otros productos audiovisuales comienzan a elaborar esos escenarios históricos violentos y humanizar sus víctimas. Son historias contadas desde hace mucho tiempo por otras voces, y que ahora la comunidad afrodescendiente está liderando. Así como en Watchmen, Lovecraft Country o The Underground Railroad consiguen mantener el lado humano de sus protagonistas, sus familias y su comunidad. En resumen, el legado de esas personas que fueron y que gracias a ellas, somos.

Recomiendo una entrevista a su primo (que tenía 16 años en 1955) sobre Till y su legado, disponible a través de NPR
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lecs
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28 de febrero de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2022 se aprobó en Estados Unidos la ley contra los linchamientos tras un camino de más de cien años. Durante ese recorrido, murieron muchas personas y sus agresores quedaron impunes. Es, entre otros, el caso de Emmett Till, un niño jovial de catorce años que murió asesinado en Mississippi mientras visitaba a sus primos.

De todas maneras, el film no trata de relatar el crimen, sino el legado de la madre de Till, que luchó durante el resto de su vida buscando justicia para su hijo. Por ello, a pesar de la barbaridad que se narra, la cinta resulta delicada, ya que uno prácticamente no vive el horror a través de la sangre y la violencia, sino a través de las miradas angustiantes de quienes lo presenciaron.

En consecuencia, más que una película activista contra el racismo –que lo es– Till – el crimen que lo cambió todo es un crudo retrato de una pérdida y del dolor de una madre. Y resulta conmovedora y efectiva gracias a la maravillosa interpretación de Danielle Deadwyler que no solo es convincente, sino también desgarradora.

www.contraste.info
Revista Contraste
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27 de abril de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, tiene partes muy duras y refleja perfectamente el sufrimiento de una madre que ha perdido a su hijo a la vez que muestra la discriminación racial que había en determinados lugares de los Estados Unidos.

Basada en hechos reales seguramente a muchos les parecerá una película mas sobre el racismo en Estados Unidos pero creo que este tipo de películas siempre son necesarias sobre todo por la memoria de los que lo sufrieron y para visibilizar lo que sucedió siempre en el país mal llamado de las oportunidades y la libertad
Amadeus
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