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La crónica francesa

Comedia. Drama Una carta de amor al mundo del periodismo, ambientada en la redacción de un periódico estadounidense en una ciudad francesa ficticia del siglo XX, con tres historias interconectadas entre sí. (FILMAFFINITY)
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Críticas 70
Críticas ordenadas por utilidad
24 de octubre de 2021
216 de 296 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabiendo ya de sobra el poderío técnico, visual y artístico que tienen todos los trabajos de Wes Anderson, he encontrado esta película tremendamente aburrida.

A los 15 minutos me encontraba totalmente sobrepasada por la cantidad de información que me ofrecía la película y abrumada por los estímulos visuales y sonoros. El ritmo de las historias te exhausta y no te permite, al menos en mi caso, disfrutar de la película.

Más estilo que sustancia, más estrellas que personajes, más homenaje que sentimientos.
Elvira
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21 de octubre de 2021
64 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos instantes en los que parece que la normalidad pre-pandemia es una realidad cada vez mas palpable, las distribuidoras españolas han optado por una estrategia desquiciada de bulimia cinéfila que bien puede resultar en un fracaso conforme lleguen las cifras en las próximas semanas: bombardear octubre y noviembre con poderosos estrenos de grandes nombres del cine comercial y de autor, con títulos tanto del nuevo curso como del pasado que habían quedado en espera desde entonces. Tenemos entre manos el nuevo trabajo de un director consagrado cuyo tráiler ya pudimos ver hace casi dos años, que formaba parte de la selección de trabajos de Cannes 2020 y que compitió a su vez en la Sección Oficial de este año. Pero al fin se estrena en nuestras pantallas La crónica francesa, carta de amor al periodismo de Wes Anderson en colaboración con su equipo técnico de confianza y un amplio reparto lleno de talento y prestigio. Trabajo que fue recibido con entusiasmo en la ciudad francesa y que mantiene impacientes a los cinéfilos y sobre todo a los fanáticos, familiarizados cómo estamos todos con el estilo del americano y sabedores de lo que nos podemos encontrar. Y antes de entrar en profundidad, es innegable que nos encontramos ante una película que hará las delicias de los mas adeptos. Y en lo que a su estilo y virtuosismo, supone la mayor celebración del mismo de toda su carrera. Esta hipérbole también es, a su vez, su mayor problema.

La crónica francesa ofrece la experiencia inmersiva de experimentar en imágenes la lectura de un número del suplemento cultural que da nombre a la película. Una película revista, un recorrido audiovisual a través de sus diferentes secciones. Un discurso escrito transformado en mundos físicos y aventuras desquiciadas. Un homenaje a los pormenorizados reportajes de publicaciones prestigiosas del siglo pasado como fue The New Yorker y al espíritu aventurero de estas historias cargadas de matices y reflexión cultural. Un filme poliédrico por definición, bañado en puntos de vista y afanado en resaltar la importancia de la personalidad de los narradores para moldear sus historias. Un viaje que sostiene que lo verdaderamente valioso no son los hechos sino la narración que se construye a su alrededor, el arte para servirse de recursos lingüísticos y semánticos para darle riqueza y dotarlas de capacidad de fascinación.

Un tributo a este mosaico literario que sirve de excusa a Anderson para filmar una suerte de compendio de toda su obra, pues podríamos decir que todas sus películas están comprimidas en La crónica francesa. Todos sus rasgos estilísticos desfilan presos del frenesí por la pantalla: portadas, intertítulos, escenas congeladas, perfiles, planos simétricos, travellings laterales, cambios de altura, zooms, alzados de los decorados, maquetas en stop-motion…e incluso algún otro que remite a algunas películas específicas que no detallaré por no hacer spoiler formal. Un festival mayestático de prodigiosa dirección de arte, virtuoso trabajo de vestuario o depuradísima dirección de fotografía. Elegante y heterogénea partitura de Alexandre Desplat, diálogo ingenioso que va mutando entre los distintos narradores en off, humor físico, acción disparatada o melodrama tragicómico. Un filme técnicamente deslumbrante que es imposible no admirar, en el que no dejan de desfilar actores maravillosos con desigual reparto de tiempo en pantalla y registros dispares pero mayormente acertados. Una catedral Andersoniana que queda para el análisis en años futuros.

Es tal la ambición del filme, queriendo comprimir cuatro o cinco películas distintas en apenas 108 minutos de metraje, que la experiencia resulta agotadora, en un viaje histérico y atropellado que se ahoga a sí mismo. Menos suele ser más en el cine, y nos encontramos ante una película que parece dirigida a espectadores con déficit de atención, que no discrimina elementos ni ocurrencias y amalgama de igual manera genialidades y frivolidades. Un torrencial de verborrea y elementos visuales que permanecen dos segundos en pantalla que tras el asombro inicial derivan a una honda desconexión y a un hartazgo analítico, habiendo sustraído los elementos interesantes de la propuesta apenas han pasado treinta minutos. Bien hubiera funcionado cada historia por sí misma, y sin embargo su estructura de ligereza, cinismo y correcalles provoca que para cuando lleguemos a la tercera historia, con mucho que valorar, nos encontramos plenamente saciados. Es un caso claro de ramas que no desean que veamos el bosque, en el que nada reposa el tiempo que necesitaría y por lo tanto induce a una desconexión emocional absoluta. Una película que podríamos considerar inexpugnable en su fútil perfección, lo que derive a que sea muy curiosa pero un tanto intrascendente.

Una obra de visionado imprescindible para cinéfilos y que sin duda fascinará a los más fanáticos de Wes Anderson, y que no debemos dejar de valorar a nivel artístico, ni dar por sentado el virtuosismo con el que el tejano manipula el espacio. Pero consideradas las cotas de sus trabajos recientes, La crónica francesa es una experiencia tan virtuosa como descompensada y frustrante, más ruidosa que sustanciosa.
Néstor Juez
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2 de noviembre de 2021
43 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wes Anderson se recrea en lo superficial, en el envoltorio, los colores y las campanillas. Todo es precioso, cada detalle está en su sitio. Los figurantes, los decorados, la música, el color. Hasta los más grandes actores rebajan su caché para trabajar con él. Lo tenía todo para hacer una gran películay sin embargo ésta no funciona. Ninguna emoción, ni una gota de humor, no posee ninguna corriente eléctrica que corra por debajo de unas viñetas maravillosas y perfectas, y a la vez frívolas, triviales, y la convierta en una película viva, vibrante. Tan perfecta como aburrida, a pesar de no ser una película larga (1h 48”) terminas mirando el reloj. Una auténtica decepción (y van dos seguidas, junto con Isla de perros) que el autor de verdaderas joyas como Fantástico Mr Fox, Los Tennenbaum o Gran Hotel Budapest, firme un caramelo sin interés, plano, vacío, y lo peor en una película, tremendamente aburrido.
Sir Royal T
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3 de octubre de 2021
57 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como casi siempre ocurre con las películas del bueno de Wes Anderson, uno/as opinarán que se trata de una absoluta obra maestra llena de ingenio e inteligencia y otro/as pensarán que es una tomadura de pelo, un ensimismamiento en su propio mundo, cada vez más absurdo.
Yo, a medias.
Y es que la cinta comienza francamente bien, con la historia de amor entre los personajes de Benicio del Toro y la bellísima Léa Seydoux (estoy enamorado platónicamente de ella desde la primera vez que la vi en pantalla), pero poco a poco cae en unas situaciones, historias, muy irregulares con, eso sí, rica puesta en pantalla con mezcla de imágenes reales y animación, bonitos decorados y colores y presencia, como siempre ocurre con las pelis de Anderson, de excelentes intérpretes amiguetes suyos, alguno/os de ello/as casi haciendo labores de extra.
El interés va dando tumbos y llegan a apabullar sus imágenes locas, recargadas, disparatadas.
Pues, eso, que alguno/as se lo pasarán bien y otro/as se sentirán abrumados y "saldrán" de la peli pasados unos minutos.
Para gustos.


https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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27 de setiembre de 2021
35 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque Wes Anderson preserva la mayoría de los atributos que lo han convertido en un auteur de fama internacional, las variaciones que introduce en The French Dispatch parecen marcar un nuevo capítulo en su filmografía –los rumores sobre su próxima producción, actualmente en fase de rodaje en Chinchón (Madrid), confirman lo anterior. La estética continúa siendo inconfundible, con planos perfectamente simétricos medidos al milímetro, pero ahora el blanco y negro es predominante salvo en las contadas escenas que se desarrollan en el presente diegético. Los personajes son típicamente andersonianos: extravagantes, dadaístas, bellamente artificiales. Sin embargo, la propia estructura del filme –he aquí la innovación fundamental– motiva una narración fragmentada, en la que el inflado elenco nunca coincide en el mismo espacio-tiempo.

En efecto, el texano nos traslada en esta ocasión a la redacción del "The French Dispatch", la filial gala de un periódico con sede en Kansas. El hilo se desarrolla a la manera de un magazine, paginado y dividido en diferentes secciones explicitadas por los intertítulos. Tras un breve obituario que anuncia la muerte del jefe de redacción (Bill Murray) y el consiguiente cierre de la publicación, se inicia una suerte de guía de viajes de Ennui-sur-Blasé –el pueblo que alberga La Crónica Francesa– a cargo de Owen Wilson y su bicicleta. El propio nombre del pueblo es un chascarrillo francófono que referencia el estancamiento de una localidad que parece no haber experimentado la más mínima transformación en el último medio siglo (a excepción de la construcción de un nuevo centro comercial con párking subterráneo).

Tras este doble prefacio, adornado con la esperable paleta de colores (rosas chicle, azules esmeralda, verdes pistacho), comienza el grueso del guion, compuesto por tres artículos independientes y representado en blanco y negro para enfatizar el pretérito periodístico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Carlos
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