La crónica francesa

Fuimos al cine 4 generaciones diferentes. Los 4 decidimos salir corriendo de la sala a mitad de la película(nunca me había pasado). Lo cómico es que nos empezamos a tropezar con más espectadores que salían despavoridos al mismo tiempo. Hubiéramos huido a los 20' pero intentamos darle una oportunidad, habiendo visto críticas positivas, con esos actores y un reconocido director(y habiendo pagado la entrada).

Un 1% de la película es atractiva, el resto es bazofia. Ininteligible y desagradable. Un espanto que no recomendaría ni a mí peor enemigo. Me da igual quién la haya hecho o interpretado si es basura. Espero que si estás leyendo esto aún estés a tiempo de no verla!

La crónica Francesa (Wes Anderson 2021), es una cinta que pretende prolongar el sello del director americano, pero que termina siendo un producto débil en su intento de contar demasiadas historias de una forma extravagante y confusa.

La nueva película del director norteamericano nos muestra un guion que nos suena conocido; tres historias que ocurren en una ciudad imaginaria de Francia, cuyo único nexo común es que son contadas por periodistas de un periódico- también ficticio-, de la misma ciudad.

Debemos recordar que con una premisa muy parecida, Anderson triunfó en 2014 con su cinta "El Gran Hotel Budapest", pero a diferencia de ésta, en "La crónica francesa" observamos un ejercicio vacuo de estilo que únicamente parece atender a una ambición desmedida del director por mostrar algo único, pretendiendo así dejar su dogma creativo en lo más alto del olimpo del cine.

Y aquí residen todos los defectos del producto. Todo ese ejercicio pirotécnico de extravagancia sucumbe ante la falta de ritmo, montaje, profundidad y construcción de personajes, y debido a ello, el espectador se encuentra como observador de una catarata de imágenes que se deslizan sobre la pantalla sin ningún tipo de rumbo, haciendo que en vez de asombro, lo que la cinta produzca sea tedio.

En cuanto a las historias, únicamente la primera parece conseguir conectar con el espectador, y la razón de ello es que la pomposidad que reina sobre toda la cinta aún no es demasiado cargante, y por ello la atención no se desvía en demasía como sí lo hará en el transcurso de las dos siguientes. Las historias están contadas en un histriónico blanco y negro que mezcla con el color, pasando repentinamente de uno a otro sin saber muy bien la razón que motiva dicho cambio. Además, cada historia está narrada por un personaje, resultando esta narración en muchos casos incluso más complicada y enrevesada de seguir que las propias imágenes que se intentan explicar.

Por último, ni siquiera el elenco de estrellas dota a la cinta de cierta consistencia, ya que la mayoría de las apariciones son simples cameos sin impacto alguno en la historia (Edward Norton, Saoirse Ronan,Bill Murray, Elizabeth Moss, Owen Wilson), siendo las restantes caricaturizaciones de personajes que no hacen lucir a los actores (Timothe Chalamet, Frances McDormand, Tilda Swanson, Adrian Brody), pareciendo que únicamente Lea Seydoux y Benicio del Toro se encuentran cómodos en los papeles confeccionados por el director.

En definitiva, "La crónica francesa" es una película propia del sello Wes Anderson, pero debido a su extremado ejercicio de estilo, se debe reflexionar sobre si, al contrario de lo pretendido por el director, lo que se ha conseguido con ella es perder la esencia de su cine.

El desvelo de la madurez siempre es cruda: En este caso, Wes nos la cuenta mediante el ejercicio constante de escenificación de historias cada vez más sobrecargadas de elementos naif y de imágenes volátiles, pero paralelamente orquestando un guion que rinde veneración al tópico social de la imposibilidad del conocimiento a través del desvalor de las ideas. El elemento central es el cuarto poder, el periodismo, recubierto de lo único que lo significa actualmente, la anécdota y la nostalgia. Aunque su propuesta es espectacular, reconozco que su sosegado homenaje al cine de autor, a veces me hace sentir extraño y distante, y hasta aprecio el ritmo de su obra prácticamente como soporífero; pero detrás hay mucho más que rendición de honores a la nouvelle vague o una comedia inteligente, hay una creación que a nivel de autoría roza la excelencia, un hombre que piensa a través de imágenes, la versión más pragmática, artificial, hiperbólica, y usualmente sobre-abreviada de su cine, que como el periodismo, puede o no parecer un arte pero que señala a la mayoría de nosotros como a espectadores incomprendidos.

Entre tanta basura cinematográfica que embarra las carteleras año a año (y más desde la pandemia y con los servicios de streaming monopolizando los estrenos) uno suele recaer y confiar en los estrenos de directores de renombre, que ya desde el vamos uno sabe que propondrán algo diferente de lo acartonado del panorama de películas mainstream. He notado, para mi sorpresa, un fenómeno extraño (y espero pasajero) sobre el cine de estos grandes directores en los que uno confía ciegamente: el exceso de estilo, trade marks, autohomenajes o como gusten llamarlos. Le pasó a Tarantino con Erase una vez en Hollywood, a Nolan con Tenet, a Scorsese con El Irlandés (que a pesar de todas sus falencias me gustó) y ahora le pasa al Sr. Anderson con La Crónica Francesa, la máxima exponente hasta esta fecha de lo anterior mencionado.

Como es característico de toda su filmografía, la factura técnica no solo es impecable sino que su estética alcanza un sumun dentro de su estilo que será difícil de superar. Todo lo demás de este film, es inferior a sus anteriores trabajos, ahondo:

- El primer problema de LCF es su estructura. Esos tres relatos cortos dentro de 108 minutos no son una virtud, sino un problema:
a) Porque en el cine de Wes Anderson y sus complejos personajes es imposible condensar tanto contenido en tan poco tiempo.
b) Porque ante semejante aluvión de información uno no se identifica, empatiza o le resulta atractivo ningún personaje. Sí quizás alguna historia, pero como dijo otro usuario, ya para la tercera uno esta agotado mentalmente.

- El segundo problema de LCF es, como antes mencionaba, el exceso de estilo. LCF es un museo de todos los recursos usados por el cineasta desde sus inicios hasta su última película. Muchos la embellecen, algunos la entorpecen. Hay un exceso de uso de maquetas en esta pellícula (que ya se notan, a diferencia de anteriores producciones). También hay un exceso de sobrecaracterización de personajes ínfimos que no tienen ninguna relevancia en la trama.

- El tercer problema es la música. No me desagradó el trabajo de Desplat, que reluce más en The Grand Budapest Hotel, pero extraño ese blend de BSO y temas musicales encastrados a la perfección en otras peliculas del director. Como las épicas Where do you go to my lovely? o Play with Fire en The Darjeeling Limited, la versión sinfónica de Hey Jude en Royal Tenebaums o el perfecto soundtrack de Life Aquatic, de la mano de Seu Jorge y Bowie.

- Por último (y quizás más personal), no entiendo cuál es la gracia de tener una infinidad de actores de renombre en papeles que involucran una o dos líneas. ¿Es una cuestión de ego? Entiendo el eventual cameo que nos divierte a todos (como los conserjes en Budapest, caras familiares del mundo Anderson), pero esto ya es un abuso. A continuación los enumero:

Owen Wilson
Christoph Waltz
Willem Dafoe
Edward Norton
Saoirse Ronan
Elisabeth Moss
Jason Schwartzman
Liev Schreiber

En conclusion: al espectador que por primera vez se adentre en una película de este famoso director, seguramente le resulte intensa pero espectacular. A los que ya conocemos el paño, si bien nos gusta ver que el multiverso de Wes Anderson esta más fuerte que nunca, por momentos nos resulta agotadora. Si tuviéramos entre manos una película de 180 minutos, quizás mi cantar sería otro. Si comparamos este filme con la cartelera actual, es una muy buena película. Pero dentro de lo que es capaz el director, hay que ser más exigentes.

6.5 (seguro cambie con un segundo, tercer y cuarto revisionado, para saborear mejor los matices).

PD: Ojalá Wes en un futuro vuelva a rodar cintas más personales, sentimentales y humanas como The Darjeeling Limited y no tanta parafernalia estética o dependiente de referencias petulantes al mejor estilo Borges.

El prolijo y minucioso Wes mantiene su estilo, con planos simétricos, cuidados al milímetro, con escenarios en donde los colores (en las secuencias en que los hay, dado que casi todo está en blanco y negro) embelesan todavía más esa puesta en escena exquisita que caracteriza al director. Pero, más allá del aspecto visual que estamos acostumbrados a ver en sus proyecciones, ¿la historia se condice con el encanto de las imágenes? Y he aquí el problema principal de 'The French Dispatch'.

Un elenco de lujo, donde desfilan artistas como Benicio del Toro, Frances McDormand, Jeffrey Wright, Adrien Brody, Tilda Swinton, Timothée Chalamet, Léa Seydoux y Owen Wilson, entre otros, además de unos cuantos cameos. ¿Qué tan bien está aprovechado el reparto cuando algunas de las actuaciones se perciben en piloto automático, a raíz de un relato que no conquista ni entusiasma?

Anderson se repite, pero bajando considerablemente el nivel respecto de sus cintas anteriores, entregando un producto que también encuentra irregularidades en su particular modo de hacer humor, cuando lo absurdo peca de inocente e insulso.

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